H5N1: no, no estamos a una mutación de sufrir una pandemia de gripe
A principios del pasado diciembre, un grupo de investigadores publicó un artículo en la revista Science titulado “Una sola mutación en la hemaglutinina de la gripe bovina H5N1 cambia la especificidad a los receptores humanos”. Algunos medios de comunicación, de manera exagerada, lo interpretaron como que estábamos a una sola mutación de la próxima pandemia de gripe.
Aunque actualmente no hay casos documentados de transmisión entre humanos, existe la preocupación de que el virus de la gripe aviar H5N1 que se ha extendido en el ganado bovino en Estados Unidos pueda adaptarse a la transmisión de persona a persona y termine desencadenando una pandemia de gripe.
Barreras moleculares
Una de las barreras para que se produzca transmisión de virus aviares a los humanos es la especificidad de la unión de la hemaglutinina (HA) del virus con el receptor celular, una molécula de ácido siálico de la que existen diferentes tipos. Así, la HA de los virus de la gripe aviar se une a los receptores celulares de “tipo aviar” que contienen α2-3 ácido siálico. Por el contrario, la HA de los virus de la gripe humana se une a receptores con α2-6 ácido siálico, abundante en nuestras células de la vías respiratorias superiores.
Para que el virus de la gripe aviar se transmita de persona a persona, el primer paso sería, pues, que fuera capaz de unirse eficazmente a los receptores humanos.
El estudio antes mencionado es en realidad un ensayo experimental in vitro, no la caracterización de un aislamiento concreto del virus H5N1 que esté circulando en la naturaleza. El trabajo consistió en introducir mutaciones en un sitio concreto de la proteína HA del virus H5N1 y evaluar cómo se unen al receptor de tipo humano mediante distintas técnicas de laboratorio.
Adicionalmente, los científicos determinaron las estructuras cristalinas de esas proteínas mutantes para conocer la base molecular de la unión específica entre las proteínas HA y los receptores. Así observaron que una sola mutación (concretamente, el cambio de un aminoácido glutamina por una leucina en el residuo 226 de la proteína) era suficiente para que el virus se uniera al receptor humano en el laboratorio.
En teoría, la aparición de esta única mutación podría ser un indicador de que el virus se puede transmitir entre personas. Además, los investigadores comprobaron que una segunda mutación mejora aún más la unión al receptor humano. Pero eso no significa que estemos a una mutación de una pandemia.
Una auténtica pandemia en el mundo animal
El primer virus altamente patógeno de la gripe aviar del subtipo H5N1 surgió en China en 1996. Desde entonces, los virus H5 se han extendido ampliamente en Europa, África, América del Norte y Asia a través de las aves migratorias, y se han ido diversificando en distintos tipos genéticos (clados y subclados).
En 2020 surgió el clado denominado 2.3.4.4b, que llegó a América del Norte a finales de 2021. Los virus H5N1 pertenecientes a este grupo han sido capaces de infectar a más de 350 especies de aves y más de 50 especies de mamíferos marinos y terrestres, incluidos humanos. Por la extensión geográfica (se ha detectado incluso en la Antártida), temporal (se describen casos durante todo el año), el número de especies que registran transmisión y el número de animales afectados, la epidemia de gripe aviar puede considerarse ya una auténtica pandemia en el mundo animal, lo que se conoce con el término de panzootía.
A finales de marzo de 2024, se informó en Estados Unidos del primer caso de infección de H5N1 2.3.4.4b en ganado lechero, un reservorio inesperado del virus. Desde entonces, este patógeno se ha detectado en más de 900 granjas lecheras en 16 estados, siendo California el que ha registrado mayor incidencia (cerca del 80 % de los casos).
La infección de aves silvestres por H5N1 está también muy extendida y los brotes en granjas avícolas han provocado la muerte de más de 100 millones de ejemplares en el país. Además, se ha identificado el virus en muchas especies de mamíferos silvestres y animales de zoológico, sobre todo en felinos.
El H5N1 en humanos
Históricamente, las infecciones humanas por H5N1 han sido esporádicas y relacionadas siempre con la exposición a aves de corral infectadas. Hasta noviembre de 2024, se han notificado más de 900 casos humanos en 24 países y se han reportado tasas de mortalidad de más del 30 % en casos hospitalizados. No obstante, muy probablemente sea una sobreestimación, ya que no se tienen en cuenta las infecciones asintomáticas o no registradas.
Desde marzo de 2024, cuando se produjo la primera transmisión del virus H5N1 de vaca a persona en Estados Unidos se han confirmado 64 casos humanos en nueve estados. Más de la mitad de ellos (36) se han producido en California. Ahora se acaba de publicar la información clínica detallada sobre 46 de esos casos identificados entre marzo y octubre de 2024. De los 46 pacientes, 45 estuvieron expuestos a vacas lecheras (25) o a aves de corral (20) infectadas. Solo en uno de los pacientes no ha sido posible identificar la fuente de infección (fue hospitalizado con síntomas no respiratorios, no presentó complicaciones y fue dado de alta tres días después del ingreso).
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Entre los 45 pacientes con exposición a animales, todos tuvieron una enfermedad leve, ninguno fue hospitalizado y nadie murió. El 93 % sufrió conjuntivitis; el 49 %, fiebre, y solo el 36 %, síntomas respiratorios, siempre de corta duración. No se identificaron casos adicionales de infección entre los 97 contactos de esos pacientes, por lo que no se ha podido demostrar transmisión de persona a persona. Esto es consistente con la falta actual de evidencia de contagio entre humanos del virus H5N1 en Estados Unidos.
¿Por qué todavía no es pandémico?
Una respuesta sencilla es que el virus puede necesitar simplemente más tiempo para encontrar la combinación adecuada de varias mutaciones. Para que el patógeno de la gripe aviar H5N1 acabe siendo pandémico no solo debería mejorar su capacidad de transmitirse por vía aérea entre humanos y de unirse a los receptores de las células de las personas, sino también mejorar su capacidad de entrar en su interior y de multiplicarse en ellas.
Además, debería ser capaz de evadir el sistema inmunitario humano. No se puede descartar que parte de la población tenga ya cierta inmunidad adquirida frente a virus de la gripe con neuraminidasa de tipo 1 (como el H5N1) por contacto con otros virus de la gripe humana como el H1N1, o que las vacunas contra la gripe estacional tengan cierto valor protector.
De momento, la secuenciación de los virus H5N1 de los casos en Estados Unidos no ha mostrado cambios en el gen HA asociados con una mayor infectividad o transmisibilidad, y no se han identificado mutaciones en otros genes que indiquen una adaptación al ser humano. Quizá una mutación concreta que permitiera al H5N1 adherirse mejor a los receptores humanos podría perjudicar al virus de alguna otra manera.
La estrategia Una Salud
Que se produzca la combinación correcta de varias mutaciones es complicado… pero no imposible. El virus de la gripe es el campeón de la variabilidad y la recombinación. La intensa circulación mundial del virus H5N1 en el mundo animal es una mala noticia.
Aunque actualmente el riesgo para el público general es bajo, resulta esencial mejorar la bioseguridad en las granjas, intensificar la vigilancia veterinaria no solo en aves de corral sino también en ganado vacuno y porcino y promover la coordinación efectiva entre los sectores de salud pública y sanidad animal a través del enfoque colaborativo llamado Una Salud (algunos sectores han criticado la lentitud con la que las autoridades estadounidenses están interviniendo).
Si una especie susceptible (cerdos, vacas, visones…) se infecta a la vez con virus de gripe estacional humana y gripe aviar, se podría producir un reordenamiento entre los genomas de ambos virus, dando lugar a un híbrido que esté más adaptado para la infección humana.
Los esfuerzos de salud pública deben seguir enfocándose en proteger a los trabajadores expuestos a animales infectados con medidas de prevención, como la vacunación, para minimizar el riesgo. Es fundamental investigar cada caso humano para detectar de forma temprana cualquier cambio que pueda sugerir una mayor patogenicidad, virulencia o transmisibilidad entre personas.
Además, la investigación sobre nuevas estrategias terapéuticas y el desarrollo de vacunas universales, eficaces contra todos los subtipos de gripe, siguen siendo una prioridad. No estamos a una mutación de una pandemia, pero el virus H5N1 cada vez está más cerca.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.
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