¿Qué cantidad de alcohol aumenta el riesgo de cáncer?

La caja de una tienda de licores en Gaithersburg, Maryland, el 10 de diciembre de 2022. (T.J. Kirkpatrick/The New York Times)
La caja de una tienda de licores en Gaithersburg, Maryland, el 10 de diciembre de 2022. (T.J. Kirkpatrick/The New York Times)

El cirujano general del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos advirtió el viernes que incluso el consumo ligero o moderado de alcohol puede aumentar el riesgo de cáncer de una persona.

En un nuevo informe, Vivek Murthy, cirujano general, afirmó que se descubrió que el consumo de alcohol está relacionado directamente con al menos siete tipos de cáncer, entre ellos los de boca, garganta, laringe, esófago, mama, hígado y colon y recto. En todo el mundo, se pudieron atribuir 741.300 casos de cáncer al consumo de alcohol en 2020.

Sin embargo, según una encuesta nacional realizada en 2019 por el Instituto Estadounidense de Investigación Oncológica, muy poca gente es consciente de esta relación: solo el 45 por ciento de los estadounidenses cree que el alcohol tiene un efecto significativo en el desarrollo del cáncer.

La investigación ha demostrado que cuanto más alcohol bebe una persona (sobre todo cuanto más consume de manera habitual, a lo largo del tiempo) mayor es el riesgo de cáncer. La asociación es cierta para todos los tipos de alcohol: cerveza, vino y licores.

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Pero incluso lo que consideramos consumo “ligero” o “moderado” de alcohol, hasta una bebida al día, aumenta el riesgo de algunos cánceres, como los de boca, faringe y mama.

“No existe un nivel seguro de alcohol en lo que respecta al riesgo de cáncer”, afirmó Ernest Hawk, vicepresidente y jefe de la división de Prevención del Cáncer y Ciencias de la Población del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas.

El informe del cirujano general define una bebida estándar como aquella que contiene 14 gramos de alcohol, aproximadamente la cantidad que contiene un vaso de vino de 5 onzas, una cerveza de 12 onzas o un chupito de licor de 1,5 onzas. El informe examinó las pruebas sobre el cáncer basadas en la cantidad que la gente consume cada día o cada semana.

Menos de una bebida a la semana: la investigación sobre la relación del consumo muy ligero de alcohol con el cáncer es limitada. El informe de Murthy analizó lo que se conoce como riesgo absoluto ─o probabilidad de que se produzca un determinado resultado en un periodo de tiempo dado─ de cánceres específicos con distintos niveles de consumo de alcohol. Para ello, examinó los datos de un estudio australiano de casi un cuarto de millón de adultos publicado en 2020.

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En promedio, según el informe, unas 17 de cada 100 mujeres que consumían una bebida a la semana o menos desarrollarían cánceres relacionados con el alcohol a lo largo de su vida. Unas 11 de cada 100 mujeres desarrollarían cáncer de mama, que se considera un cáncer relacionado con el alcohol. Las investigaciones sugieren que el alcohol puede aumentar el estrógeno, una hormona sexual relacionada con el cáncer de mama.

Los hombres que consumían menos de una bebida a la semana tenían aproximadamente un 10 por ciento de probabilidades de desarrollar algún cáncer relacionado con el alcohol a lo largo de su vida.

Los investigadores consideraron a este grupo de “menos de una bebida a la semana” el grupo de referencia, con el que compararon los niveles más altos de consumo de alcohol. Al igual que en muchos estudios, no incluyeron a los no bebedores para evitar lo que se conoce como el efecto del “enfermo que deja de beber”, que se produce cuando los datos de un estudio se ven empañados por quienes dejaron de beber debido a una enfermedad.

Una bebida al día: durante años se pensó que consumir cantidades bajas o moderadas de alcohol era bueno para la salud, sobre todo para el corazón. Pero en los últimos años más investigaciones han demostrado que incluso una bebida al día está relacionada con mayores riesgos para la salud.

Según el informe del cirujano general, el riesgo de desarrollar algún cáncer relacionado con el alcohol a lo largo de la vida aumentó al 19 por ciento (19 de cada 100 mujeres) entre las mujeres que consumían una bebida alcohólica al día (siete bebidas a la semana). A este nivel, el riesgo de cáncer de mama a lo largo de la vida aumentaba al 13,1 por ciento, es decir, 13 de cada 100 mujeres.

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Según el informe de Murthy, entre los hombres que tomaban una bebida al día, unos 11 de cada 100 en promedio podrían desarrollar un cáncer relacionado con el alcohol a lo largo de su vida.

Aunque los aumentos absolutos del riesgo puedan parecer pequeños, reflejan un riesgo relativo notablemente mayor en comparación con las personas que beben menos alcohol.

Un estudio de 2013 publicado en la revista especializada Anals of Oncology que analizaba específicamente la asociación entre el “consumo ligero de alcohol” y el cáncer descubrió que, en comparación con las personas que no bebían, las que bebían hasta una bebida alcohólica al día tenían un 30 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer de esófago, un 17 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer de cavidad oral y faringe y un 5 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer de mama.

Dos bebidas al día: con dos copas al día (14 a la semana), el porcentaje de mujeres que podrían desarrollar cánceres relacionados con el alcohol a lo largo de su vida aumentó del 16,5 (entre el grupo de “menos de una copa a la semana”) a casi el 22 por ciento, según el informe del cirujano general. La proporción de las que podrían desarrollar cáncer de mama aumentó al 15,3 por ciento.

Entre los hombres que bebían esas cantidades, la proporción de los que tenían probabilidad de desarrollar un cáncer relacionado con el alcohol a lo largo de su vida aumentaba al 13 por ciento.

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Cuatro o más bebidas al día: además de estar relacionado con el cáncer de boca, orofaringe, laringe, esófago, mama y colorrectal, el consumo excesivo de alcohol, definido en términos generales como el consumo de cuatro o más bebidas al día, está relacionado con el cáncer de hígado, estómago, vesícula biliar y páncreas.

Un gran metaanálisis que comparaba a los bebedores ligeros, moderados y frecuentes con los no bebedores y los bebedores ocasionales descubrió que los bebedores frecuentes tenían un riesgo relativo de cáncer de hígado y vesícula biliar más de dos veces superior al de los no bebedores y los bebedores ocasionales. Su riesgo de cáncer de estómago, pulmón y páncreas era entre un 15 y un 20 por ciento mayor.

Consumir cuatro o más bebidas en una sesión de dos horas se considera beber en exceso en el caso de las mujeres, mientras que, en los hombres, se considera consumo excesivo a partir de cinco o más bebidas. Timothy Naimi, director del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Consumo de Sustancias de la Universidad de Victoria, explicó que, aunque los daños derivados del consumo de alcohol en exceso son bien conocidos, la mayoría de los estudios en humanos no han analizado las diferencias en el riesgo de cáncer entre beber mucho en un mismo momento o la misma cantidad a lo largo de varios días. “Es un área de necesidad en lo que respecta a futuras investigaciones”.

Aunque el informe examina específicamente los niveles de consumo de alcohol, muchos otros factores (como el sexo, la genética, la dieta y los antecedentes familiares) también influyen en la forma en que el consumo de alcohol afecta el riesgo de cáncer.

Por ejemplo, se necesita menos alcohol para afectar negativamente la salud de las mujeres que la de los hombres, posiblemente porque las mujeres tardan más en metabolizar el alcohol y éste permanece en su organismo durante más tiempo.

Según los expertos, cualquier persona con mutaciones genéticas o antecedentes familiares que la predispongan a este tipo de cánceres partiría de un riesgo basal más elevado de padecer cáncer.

Ciertos comportamientos y elecciones de estilo de vida también podrían agravar el riesgo de cánceres relacionados con el alcohol. Se sabe que beber y fumar cigarrillos, por ejemplo, agrava el riesgo de cáncer de cabeza y cuello, afirmó Elizabeth Platz, epidemióloga del cáncer de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. Y beber alcohol cuando se tienen malos hábitos dietéticos y de ejercicio puede aumentar aún más el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad, otra enfermedad asociada al cáncer.

Un grupo de trabajo de la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer descubrió recientemente que dejar de beber alcohol o reducir su consumo a largo plazo estaba relacionado con un menor riesgo de cáncer oral y esofágico. Sin embargo, el informe del cirujano general afirma que no se sabe si reducir el consumo de alcohol hace que el riesgo vuelva al punto de partida, ni en cuánto tiempo sucede.

Naimi afirmó que incluso para las personas que beben más, reducir un poco la cantidad de alcohol que consumen tendrá beneficios para la salud a largo plazo. “Menos es mejor”, afirmó.

c.2025 The New York Times Company

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