Champions League: mientras Julián Álvarez sufrió como primer delantero, Ángel Correa fue el jugador N°12 en el milagro del Atlético de Madrid

Ángel Correa festeja su gol, el del agónico triunfo de Atlético de Madrid en París
Ángel Correa festeja su gol, el del agónico triunfo de Atlético de Madrid en París - Créditos: @FRANCK FIFE

Condenado a que la pelota le llegara muy poco y a estar siempre más rodeado por defensores rivales que por compañeros, Julián Álvarez, reemplazado a los 21 minutos del segundo tiempo por Ángel Correa, se debe preguntar si éste era el cambio que quería para su carrera cuando forzó su salida de Manchester City tras dejarse convencer por los argumentos de Diego Simeone y los consejos de Rodrigo De Paul. El ecosistema futbolístico que la Araña encontró en el Atlético de Madrid es muy distinto al que dejó en Inglaterra.

Necesitará el cordobés tomar lecciones de Angelito Correa, que en su décima temporada en el club colchonero se sabe de memoria el libreto del Cholo. Consumido por la impotencia y un desgaste improductivo, Álvarez dejó la cancha sin remates al arco, con apenas dos toques de pelota en el área rival y tres intervenciones en el último tercio de la cancha. Muy poco para un atacante de sus quilates. Había sido testigo directo y cercano del amplio dominio de Paris Saint Germain (71 por ciento de posesión, 22 remates -nueve al arco-). También había sufrido por la cantidad de veces que Jan Oblak, como en tantos otros partidos, había evitado la derrota con salvadas ante Marquinhos, Barcola, Hakimi...

Julián Álvarez, anticipado por Nuno Mendes
Julián Álvarez, anticipado por Nuno Mendes - Créditos: @Michel Euler

El asedio ofensivo de PSG se acentuó sobre el final del partido. Merecía más que el 1-1, Oblak no paraba de revolcarse para evitar la derrota. Atlético ya podía dar por muy bueno el empate. Pero PSG fue tan ambicioso como tierno. Se regaló en la última acción del encuentro, en el tercer minuto de descuento, en un contraataque que condujo Antoine Griezmann con un pelotazo cruzado a Correa y toda la defensa local abierta y en un desesperado retroceso.

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El ex San Lorenzo enganchó ante un defensor y definió de zurda. Increíble final, con el Atlético sacando de la galera una victoria. Con Correa en su versión completa. Como jugador de equipo, porque nunca se queja públicamente de las reiteradas suplencias o porque en esta temporada tiene que competir por minutos con los incorporados Álvarez y Alexander Sorloth. Y como delantero que suele aprovechar las oportunidades que tiene: le quedó una y no perdonó. Está acostumbrado a arreglarse con poco y ser solución. Simeone lo conoce muy bien: “A Ángel cuesta aceptar su papel en el equipo; siempre que entra, pasan cosas. Yo se lo digo, discutimos, y cuando entra, aporta mucho al equipo. Es increíblemente importante como, llamémosle, el jugador número 12 del equipo”

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El delantero, de 29 años, tiene muy asumida su condición de as en la manga en la baraja que maneja Simeone. De esas lecciones tendrá que aprender Álvarez. “Fue muy difícil y complicado, ellos juegan muy bien. Contento por el esfuerzo, nos llevamos una victoria importante a casa. La idea es estar fuerte en defensa; hoy pudimos convertir lo poco que generamos. Esa es la idea que debe tener el equipo, animarse a jugar un poco más”, expresó tras el final Correa, que marcó el cuarto gol en 74 cotejos por Champions.

Otro argentino que también tiene incorporado el decálogo del Cholo es Nahuel Molina. El lateral fue el futbolista más ofensivo del Atlético. No solo porque con un zurdazo consiguió el 1-1, sino también porque fue la individualidad del equipo con más intervenciones (7) en el último tercio del campo rival. Con sus proyecciones, fue el único que conseguía estirar a un equipo comprimido en su campo.

Nahuel Molina marcó el primer gol del Atlético de Madrid con un zurdazo cruzado
Nahuel Molina marcó el primer gol del Atlético de Madrid con un zurdazo cruzado - Créditos: @ANNE-CHRISTINE POUJOULAT

Atlético afrontó la visita al Parque de los Príncipes con las precauciones y repliegue defensivo que hubiera merecido un PSG con Messi, Mbappé y Neymar. Pero el campeón francés está en otra etapa diferente a la que lo llevó a acumular figuras internacionales, con las cuales tampoco alcanzó el objetivo de coronarse en la Champions. Sin dejar de tener algunas individualidades destacadas, el equipo de Luis Enrique se sostiene ahora en un plantel con proyección y margen de evolución, que por lo general lo muestra como la formación con el promedio de edad más bajo en la competencia europea. Los 11 titulares de este miércoles tuvieron una media de 24 años, contra los 28 de su rival.

El libreto de Luis Enrique invita a esa juventud a ser ambiciosa, a jugar en campo adversario. Atlético tuvo otro plan, más cauteloso y contenido. Un 4-4-2 apretado en terreno propio, que igual sufría por el sector izquierdo, donde Javi Galán y Gallagher se veían desbordados por el tándem Hakimi-Dembelé. Sin el suspendido Giménez ni el lesionado Le Normand, Clement Lenglet tuvo sus primeros minutos por la Champions. El zaguero francés parece haber dejado atrás sus buenos tiempos en Barcelona. Ahora se muestra más lento y rígido, carencias que lo expusieron cuando Dembelé le quitó la pelota con una simple presión en la puerta del área; el delantero asistió a Zaire-Emery, que definió con el desparpajo de sus 18 años: un toque sutil sobre la salida de Oblak. Iban 14 minutos y el nutrido bloque defensivo del Atlético se fisuraba por el eje.

Rodrigo de Paul va al cruce de Joao Neves; el volante tuvo un trabajo reducido a la contención, sin avanzar al campo rival
Rodrigo de Paul va al cruce de Joao Neves; el volante tuvo un trabajo reducido a la contención, sin avanzar al campo rival - Créditos: @Michel Euler

La contracara del atrevimiento de PSG es su inmadurez y escaso oficio para manejar los distintos momentos de un partido. Atlético no lo había inquietado, apenas si había cruzado la mitad de la cancha y le empató cuatro minutos después de la apertura del marcador. Llegó al 1-1 por la franja que mejor le funcionó, la derecha, donde Nahuel Molina y Giuliano Simeone -se ganó la titularidad con sus productivas apariciones en La Liga- se complementaron bien, fueron agresivos en un conjunto que miraba más hacia atrás que adelante.

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La dupla argentina fue el artífice del 1-1. Donnarumma alcanzó a bloquear el remate de Simeone y, tras un par de rebotes, Molina estampó un zurdazo cruzado. Era un milagro que el Atlético hubiera puesto más de dos jugadores en el área local.

Atlético padeció los últimos 20 minutos del encuentro. Sometido, vio de cerca la derrota. Lo reconoció Simeone: “Pudimos habernos derrumbado, pero el equipo aguantó hasta el final. Molina aprovechó una muy buena jugada colectiva. Hoy atacamos poco y convertimos dos goles, con una gran actuación de Oblak”

Resistir está en el ADN del Atlético, tanto como sacar una mano de nocaut cuando parecía que estaba por irse a la lona. El golpe lo dio Correa para que el Atlético, tras dos derrotas, se ubique en puestos de play-offs de los octavos de final y se disponga a afrontar el tramo de fixture que le debería permitir seguir subiendo en la tabla de 36 equipos: Sparta Praga, Slovan Bratislava, Bayer Leverkusen y Salzburgo. De París se llevó un triunfo que vale oro, como esas medallas que en la ciudad se repartieron hasta hace poco en los Juegos Olímpicos.