Santa Rosa de Lima: cuál es su historia y qué oración rezar para pedir su ayuda

El 23 de agosto es el Día de Santa Rosa de Lima
El 23 de agosto es el Día de Santa Rosa de Lima

El Día de Santa Rosa de Lima se celebra el 23 de agosto. En esta jornada, la Iglesia Católica y sus fieles conmemoran a la Patrona de Perú, América y las Filipinas. También se la conoce como la protectora de los tuberculosos, puesto que la santa murió de esa enfermedad. Se trata de la primera mujer del continente americano que fue canonizada en la historia.

Suele haber una confusión en cuanto al día en que se la conmemora a esta santa, puesto que también se la festeja el 30 de agosto. De acuerdo a la Agencia de Noticias Católica- ACI, esto se debe a que esa era la fecha de su celebración en un principio, establecida por el Papa Clemente X en 1671 al canonizarla. Habitualmente, el día de un santo suele ser el mismo en que falleció, pero en este caso se decidió dale otro porque coincidía con la fiesta de San Bartolomé Apóstol.

El Día de Santa Rosa de Lima es el 23 de agosto
El Día de Santa Rosa de Lima es el 23 de agosto

Ahora, ¿por qué se la relaciona Santa Rosa de Lima con esta jornada? Puesto que se reordenó el calendario litúrgico tras el Concilio Vaticano II, y en 1969 se aprobó uno nuevo que establecía que se la conmemorara el 23 de agosto, probablemente porque era el día más cercano a la fecha de su fallecimiento y no coincidía con el día de San Bartolomé.

Quién fue Santa Rosa de Lima

Isabel Flores de Oliva nació el 20 de abril de 1586 en Lima, Perú. Era la décima de 13 hijos de una familia de origen noble español que se habían establecido en la entonces colonia española. Desde chica la empezaron a llama Rosa por su belleza.

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A pesar de haber crecido en un ámbito privilegiado, fue obligada a trabajar como criada cuando su padre fracasó en sus negocios. A pesar de encontrarse en la pobreza, creó en la casa de sus padres un refugio para los necesitados, donde asistía a niños y ancianos abandonados, sobre todo a los y mestizos.

Ya desde pequeña anhelaba consagrarse a Dios en la vida de clausura. Su modelo de vida era Santa Catalina de Siena, así que se encerraba la mayor parte del día a rezar y solo salía para las celebraciones religiosas. A los 20 años se unió a la Tercera Orden de Santo Domingo. Allí decidió adoptar el nombre “Santa María” para expresar el fuerte vínculo que tenía con la Virgen. Se destacó más que nada por su trabajo en la conversión de los españoles y la evangelización de los indígenas. Además, llevaba una vida bastante austera y dedicada a los más necesitados.

El mayor milagro que se le atribuye es la defensa de Lima cuando en 1615 buques corsarios neerlandeses deciden atacar la ciudad. Ante esta escena, Rosa reunió a varias mujeres para rezar en Iglesia de Nuestra Señora del Rosario por la salvación de su hogar. A su vez, cuando se dio a conocer su desembarco en Callao, cosió su hábito de modo que puso su cuerpo frente a Cristo en el sagrario para defenderlo. Misteriosamente, las naves se retiraron sin atacar a Lima. Según diversas creencias, se cree que el capitán murió repentinamente y que se vieron obligados a irse, mientras que otros aseguran que hubo una fuerte tormenta que impidió su desembarco en la capital del entonces Virreinato del Perú. Desde entonces, se le atribuye este suceso como prueba de su santidad.

Santa Rosa de Lima murió a los 31 años
Santa Rosa de Lima murió a los 31 años

En las primeras horas del 24 de agosto de 1617, Santa Rosa de Lima falleció a los 31 años de tuberculosis. Las calles de Lima se llenaron de seguidores y fieles para despedirla. En 1668 fue beatificada por el Papa Clemente IX y fue canonizada tres años más tarde.

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Además de ser patrona de América, Perú y Filipinas, es invocada como patrona de los floristas y jardineros, contra las erupciones volcánicas y en caso de heridas o para solucionar conflictos familiares.

Qué oración rezar para pedir la ayuda de Santa Rosa de Lima

Gloriosa Santa Rosa de Lima,

tú que supiste lo que es amar

a Jesús con un corazón tan fino y generoso

enséñanos tus grandes virtudes para que, siguiendo tu ejemplo,

podamos gozar de tu protección en la tierra y de tu compañía en el cielo.

Amén.