Pitchea como si estuvieras en Cuba. El consejo que cambió la vida de este lanzador de Baltimore

Cuando Yennier Cano llegó a los Orioles como parte del paquete que envió a Jorge López a Minnesota, nadie imaginaba el impacto que tendría el relevista cubano. Después de todo, el debut del cubano con los Mellizos en el 2022 no había ido del todo bien.

Pero una vez que llegó a Baltimore todo cambió. Tan soberbia fue la contienda del cubano en el 2023 que fue elegido al Juego de las Estrellas efectuado en el T-Mobile Park de Seattle, donde trabajó una sexta entrada sin anotaciones que incluyó ponches a Matt Olson, de los Bravos, y Nick Castellanos, de los Filis.

Cano se ganó el puesto gracias a una primera mitad donde apenas le batearon y su efectividad fue de 1,48 en 37 apariciones. Al llegar al último juego del año su promedio de carreras limpias era de 2,11 con un WHIP de 1,00 en 72 partidos.

Ahora está demostrando que aquello no fue obra de la casualidad y sus números siguen siendo sólidos. Nada mal para un chico que, cuando abandonó Cuba, tuvo que irse a lanzar a la liga de Argentina y ya es uno de los mejores relevistas de las Mayores.

De lanzar en Argentina a las Grandes Ligas, ¿cómo recuerdas todo eso?

“Fue algo triste para mí porque tuve que salir de Cuba a un país prácticamente desconocido. Todo era diferente, pero siempre hicimos lo posible por entrenar ahí y estoy agradecido con ese país que me acogió y me dio momentos buenos para estar en Grandes Ligas. Hoy miro hacia atrás y estoy feliz’’.

¿En algún momento dudaste de tu capacidad para llegar?

“Cuando firmé con Minnesota. La primera vez que lancé en las Ligas Menores tiré tres bases por bolas seguidas y me dije que iba a ser más difícil de lo que pensaba, pero tuve buenos entrenadores, buenas personas que me ayudaron a recuperar la confianza. En la próxima salida dije que iba a dar tres ponches. Lo hice y eso me regresó la confianza’’.

He venido a lanzar en momentos clave para este equipo. Pitcher cubano vuela alto con los Orioles

En los momentos difíciles, ¿dónde encontrabas la fuerza?

“En mi esposa, mi familia, mi hermana que siempre estuvieron detrás de mí. Gracias a Dios tengo una buena esposa, una familia y amigos que siempre me dieron la confianza, que me dijeron que estuviera tranquilo que todo iba a salir, que Dios me había traído hasta aquí para algo. Así fue’’.

Una vez en los Orioles, todo cambió para bien.

“Fue un equipo que me escogió, que me dio la confianza. Cuando llegué aquí el entrenador de pitcheo lo primero que me dijo fue: se tú. Me dijo que yo en Minnesota no era yo, que disfrutara el momento y que lanzara como si estuviera en Cuba. Eso fue lo que hice’’.

¿Qué significa tener a Fredi González en el equipo de coaches?

“Es algo muy grande y sobre todo porque habla español. No todo va a salir bien y cuando tengo una salida mala está detrás de mí dándome aliento y diciéndome que porque algo salga mal no es el fin del mundo. Me dice que me recupere, que trabaje y que me ponga listo. Que una persona grande como él te diga eso es una inyección de confianza’’.

Junto con Candelita, otro pelotero de raíces cubanas prende la mecha de la reacción en los Mets

Háblame de tu amistad con Cionel Pérez.

“Es mi mejor amigo en el equipo. Nos tenemos mucha confianza. Entrenamos juntos. A ver si salimos a pescar un día para ver quién captura más pescados. Tenemos buena química. Me gusta estar con él aquí. Es un gran compañero’’.

¿Qué deseas lograr en Grandes Ligas?

“Falta mucho. Prácticamente estamos empezando. Quisiera estar 10 años en Grandes Ligas y volver a estar en un Juego de Estrellas que es lo más lindo que he vivido desde que estoy aquí. Hay que seguir luchando para estar de nuevo ahí’’.

Candelita ha dado sus palitos por ahí. Pelotero cubano en la cima del mundo en el terreno y en la música

Es tu primer viaje a Miami como pelotero.

“Imagínate, esta es la tierra de los cubanos. La primera vez que estuve aquí fue como visitante. Vine a ver un juego de los Marlins y hoy tengo la oportunidad de lanzar frente a muchos de mis amigos, mi familia. Va a ser grande’’.