¿Qué líderes europeos triunfaron y cuáles fracasaron en 2024?

¿Qué líderes europeos triunfaron y cuáles fracasaron en 2024?

En 2024 se produjeron múltiples sacudidas políticas: algunos líderes de la UE se montaron en la ola y otros se vieron sumergidos por el oleaje. Las elecciones desde París a Bucarest, la guerra en Ucrania, una economía que sigue decepcionando y la sorprendente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses han provocado quebraderos de cabeza a más de uno. Algunos políticos han sabido sacar provecho de ello y han logrado influir en la maquinaria de Bruselas, mientras que otros se han quedado en la cuneta. Euronews repasa los ganadores y perdedores de un año turbulento.

1. Los ganadores

Donald Tusk: El regreso

Polonia, durante mucho tiempo calificado de niño problemático de la UE, ha vuelto a ponerse de moda bajo el liderazgo de Donald Tusk. Miembro destacado del Partido Popular Europeo, al que también pertenece la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, Tusk está estrechamente alineado con Bruselas en la cuestión clave de Ucrania. También se ha comprometido a devolver a su país al redil después de que el partido Ley y Justicia hiciera saltar las alarmas de la UE con sus reformas judiciales.

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No es inmune a las tensiones internas: sus rivales de derechas han caído en las encuestas desde que fueron barridos del poder en diciembre de 2023, pero siguen pisándole los talones. A pesar de esa amenaza electoral, o quizá gracias a ella, ha podido ejercer una influencia significativa en Bruselas. Una de las primeras medidas de la nueva Comisión, pocos días después de su toma de posesión, fue dar luz verde al polémico plan de Tusk de suspender las normas de asilo y permitir de hecho la expulsión de inmigrantes.

Pedro Sánchez: Un líder influyente en Bruselas

Aunque desde el otro lado del espectro político, el presidente del Gobierno de España, junto a Tusk, parece uno de los líderes centristas más estables de Europa. (Todo es relativo).

En general, los votantes dieron un mensaje antisistema en las elecciones de junio de la UE, pero dejaron a su delegación de 20 eurodiputados prácticamente intacta. A pesar de estar en el poder desde 2018, su delegación sigue siendo una de las mayores fuerzas en el influyente grupo socialista del Parlamento.

Ha sido capaz de transformar eso en influencia en Bruselas. Justo después de que su ministra de Economía, Nadia Calviño, obtuviera el máximo puesto en el Banco Europeo de Inversiones en 2023, también negoció una de las carteras más codiciadas en la Comisión Europea: Teresa Ribera controla ahora tanto la política antimonopolio como la agenda climática de la UE.

Mario Draghi y Enrico Letta: La sombra del informe es alargada

Puede que estos dos ex primeros ministros italianos ya no asistan al Consejo Europeo, pero seguirán proyectando una larga sombra sobre Bruselas. Este año, ambos publicaron influyentes informes en los que lamentaban el vacilante crecimiento económico de los europeos, que va a la zaga de EE.UU., con medidas que van desde un nuevo fondo de subvenciones a una reducción de la normativa.

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Ese mensaje se escuchó alto y claro, incrustado en las descripciones de los puestos de cada nuevo comisario europeo. La amenaza de un mayor daño económico por los aranceles de Trump es una muestra de esta advertencia.

2. Los perdedores

Emmanuel Macron: 'Pandemónium' en París

Se mire por donde se mire, el presidente de Francia, Emmanuel Macron ha tenido un año catastrófico. En las elecciones europeas de junio, sus rivales de extrema derecha, la Agrupación Nacional, se hicieron con 30 de los 81 escaños; las elecciones anticipadas que convocó a continuación provocaron también la pérdida de su mayoría centrista en la Asamblea Nacional.

El primer intento de formar Gobierno, con Michel Barnier, excomisario europeo de centro-derecha, fracasó al intentar buscar un consenso sobre el presupuesto para 2025. No está claro que a su sucesor, el macronista François Bayrou, le vaya a ir mejor, aunque Bruselas presiona a París para que recorte uno de los déficits más altos de la eurozona. Considerado en su día como uno de los líderes nacionales más fuertes y proeuropeos, Macron parece ahora destinado a ser un pato cojo.

Olaf Scholz: El motor europeo da un volantazo

El canciller alemán tomó el timón en 2021, tras un largo periodo de relativa estabilidad bajo Angela Merkel, de quien había sido ministro de Finanzas. Pero las fracturas dentro de su coalición (formada por su propio partido socialista, Los Verdes y el liberal FDP) resultaron difíciles de gestionar, y a menudo rebotaron en Bruselas. Tradicionalmente se ha considerado a Alemania el motor de la UE.

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Sin embargo, sus reiterados cambios de rumbo en la legislación europea, sobre todo a causa de las reticencias del FDP en cuestiones como la retirada progresiva de los coches de gasolina y otros graves problemas, llevaron a algunos a concluir que el mayor miembro del bloque ya no era un socio fiable.

Las tensiones internas saltaron a la palestra en noviembre, cuando el FDP se retiró del Gobierno en una disputa sobre política fiscal, obligando a Scholz a convocar elecciones anticipadas para febrero.

Klaus Iohannis: El vacío de poder

Para el presidente de Rumanía, la cuestión no es tanto que haya tenido que dimitir -ha alcanzado su límite de dos mandatos de cinco años- como la falta de claridad sobre lo que viene después. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada en noviembre, ganó por sorpresa el nacionalista de extrema derecha Călin Georgescu.

El Tribunal Supremo del país anuló los resultados, alegando injerencia extranjera, y las elecciones tendrán que repetirse, lo que obligará a Iohannis a dar garantías sobre la estabilidad de su país. Los planes de futuro de Iohannis parecen igualmente turbios. En un momento dado se le propuso para un alto cargo en la UE, y también se postuló para el puesto en la OTAN, pero perdió ante Rutte.

3. Líderes a los que tener en cuenta

Mark Rutte: Más o menos...

Mark Rutte ha tenido un año desigual. En julio de 2023, el liberal tuvo que dimitir tras 14 años como primer ministro de los Países Bajos; su partido entró entonces en una frágil coalición con el Partido de la Libertad de Geert Wilders, rompiendo tabúes anteriores sobre alianzas con la extrema derecha.

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Poco después, tomaba las riendas de la OTAN: un nombramiento distinguido, pero quizá también un cáliz envenenado, ya que la alianza militar transatlántica navega por aguas agitadas. La OTAN se ha reforzado con los nuevos miembros Finlandia y Suecia, y su propósito defensivo quizá nunca haya sido tan importante como ahora que Rusia se está convirtiendo en una economía de guerra. Sin embargo, su miembro más importante podría ponerle en aprietos, ya que Trump amenaza con retirarle su apoyo militar.

Viktor Orbán: El atípico

El líder húngaro no es el favorito de Bruselas. Su presidencia de la UE, normalmente un valioso escaparate, se encontró con aullidos de protesta y un boicot, después de visitar Moscú y Pekín afirmando representar al bloque.

Los tribunales luxemburgueses le han multado con un millón de euros al día por no aplicar las leyes de asilo; ha perdido a su aliado más fuerte tras el cambio de Gobierno en Varsovia, y le persigue en las encuestas su antiguo aliado Péter Magyar.

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Pero, guste o no, ha jugado su baza en Bruselas. Su veto -frecuentemente ejercido- sobre la política ucraniana le ha granjeado pocos amigos, pero sin duda le ha dado influencia.

Tras años en el desierto después de ser expulsado del PPE, también ha conseguido forjar un grupo de extrema derecha junto a la Agrupación Nacional de Marine Le Pen; con 86 eurodiputados, el grupo Patriotas por Europa es el tercero más grande del Parlamento. Una probable confluencia de puntos de vista con una futura administración Trump podría ayudar a extender aún más su influencia.

Keir Starmer: Las cosas solo pueden ir a mejor

En las elecciones de julio, el centroizquierdista Starmer se alzó con la victoria en el Reino Unido gracias a su promesa de mejorar las relaciones económicas y de seguridad con la UE. Tras años de discusiones sobre un acuerdo de Brexit que el entonces primer ministro Boris Johnson se dispuso a romper de inmediato, las relaciones del Reino Unido con Bruselas están tan deterioradas que sólo pueden mejorar.

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Mientras Europa se enfrenta a sus numerosos retos económicos y de Defensa, la idea de estrechar lazos con una potencia nuclear y un importante socio comercial debería, en teoría, resonar en Bruselas. Pero Starmer ha dicho que no se reincorporará al mercado único del bloque, y los pasos que ha dado hasta ahora (incluida una reunión en octubre con Ursula von der Leyen) han sido cautelosos.