El grano que evita la formación de coágulos en el cerebro: es un superalimento rico en minerales y proteínas
Mantener una vida saludable es fundamental para prevenir una serie de enfermedades, entre ellas las afecciones cardíacas y cerebrales. Una de las claves para lograrlo es llevar una dieta balanceada y hacer ejercicio regularmente.
Entre los alimentos más beneficiosos para la salud se encuentran aquellos que contienen granos o cereales integrales. Según Mayo Clinic, estos ayudan a controlar los niveles de colesterol, el peso y la presión arterial, y también reducen el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes o problemas cardíacos.
Los granos, que son las semillas de las hierbas cultivadas para alimentos, se componen de tres partes: el salvado, rico en fibra y minerales; el germen, cargado de vitaminas y grasas saludables; y el endospermo, que aporta energía a la semilla con almidones y pequeñas cantidades de proteínas.
El grano que evita la formación de coágulos en el cerebro
La quinoa, un pseudocereal reconocido por su valor nutricional, resulta un alimento esencial en la dieta para prevenir la formación de coágulos en el cerebro.
Este superalimento es una fuente rica en proteínas, calcio, hierro y aminoácidos esenciales, y supera a muchos cereales en términos de nutrientes, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
MedlinePlus, un recurso de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., resalta que este grano contiene una mezcla poderosa de antioxidantes, vitaminas y minerales que mejoran la salud en general y contribuyen a la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Además, reduce los niveles de colesterol y mejora la circulación sanguínea, factores esenciales para evitar coágulos peligrosos en el sistema circulatorio.
Investigaciones apuntan que, no solo ofrece nutrientes esenciales, sino que también actúa como un protector contra enfermedades cerebrales como la trombosis. Su incorporación en la alimentación diaria contribuye a mantener una salud cardiovascular óptima y a prevenir la formación de coágulos, favoreciendo un estilo de vida más saludable.
Es importante destacar que, antes de incorporar un nuevo alimento en la dieta, siempre se debe consultar con un especialista en salud, ya que cada organismo puede reaccionar de manera diferente.
Cómo lavarla de manera correcta para eliminar todas las toxinas
Dado que la quinoa es una semilla, es importante lavarla de forma adecuada para eliminar todas las toxinas y reducir su amargor. Lo primero que hay que hacer es poner la quinoa en un colador bajo un chorro de agua fría de la canilla. Vas a notar que la saponina se va eliminando de la semilla a medida que deja de formar espuma.
Es fundamental aclarar que este proceso debe hacerse con agua corriente y no dejar la quinoa en remojo, para asegurarse de que la sustancia se desprenda del grano. Una vez bien lavada, se debe cocinar durante 10-15 minutos en dos partes de agua hirviendo por cada parte de quinoa. Si querés darle un sabor parecido al de los frutos secos, se recomienda tostarla antes de cocinarla.
Para darle gusto a la semilla
Las croquetas de quinoa son una receta fácil y práctica de hacer y que ayuda a salir rápidamente de los apuros cuando no hay ni tiempo ni imaginación para cocinar. Entre los ingredientes, se necesitan 1 taza de quinoa cocida, 4 huevos, 1/2 taza de cebolla china, 1/2 cucharadita de pimienta, 150 gramos de queso fresco, aceite vegetal y sal al gusto.
La preparación consiste, primero, en remojar la quinoa en tres tazas de agua durante aproximadamente 20 minutos. Una vez que pase el tiempo, se debe colar y dejar enfriar, para después mezclarla con los huevos, la pimienta, la cebolla china picada, el queso fresco en trocitos y sal. Esta última a criterio personal.
Luego, hay que freír la mezcla en pequeñas porciones hasta que se doren, aunque también puede hacerse en una freidora de aire con aceite en spray. Se recomienda también poner las croquetas en papel absorbente para sacar el exceso de grasa.
Los buñuelos de quinoa con salsa verde, en cambio, son una receta que requiere mayor preparación e ingredientes. Para los buñuelos, se necesitan una taza de quinoa (200 g), 2 huevos, una yema, 2 cucharadas de perejil picado, 2 cucharadas de menta picada, 2 varas de cebolla de verdeo, 1/3 taza (65 g) de queso rallado, 3 dientes de ajo, una cucharadita de comino, una ralladura de limón, 1/3 taza (50 g) de harina común y 2 cucharadas de aceite de girasol.
Para la salsa verde, 1/3 taza (75 g) de mayonesa, 1/4 taza (70 g) de yogur griego, un puñado de hojas de perejil picado, un puñado de hojas de menta, un puñado de cebolla de verdeo picado, 1/2 de jugo de lima y 1/2 de gajos de lima.
Para comenzar, se prepara la salsa al mezclar todos los ingredientes en una licuadora o procesadora de alimentos con los condimentos que cada uno desee. Después, se pone la quinoa y 11/2 tazas (375 ml) de agua en una cacerola pequeña a fuego alto con la tapa puesta. Cuando hierve, hay que reducir el fuego a medio-bajo y cocinar a fuego lento durante 12 minutos o hasta que el agua se absorba y la quinoa esté tierna.
Luego de dejar enfriar, hay que batir los huevos y la yema extra para mezclarlos con la quinoa, las hierbas, la cebolla de verdeo, el queso feta, el ajo, el comino, la ralladura de limón y la harina. Después de condimentarlo, se arman los 12 bollos y se enfría. Para finalizar, se calienta aceite en una sartén grande a fuego medio-alto y se cocinan los buñuelos en tandas durante 3 o 4 minutos por lado hasta que estén doradas y crujientes.
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