Otra vez, llueve en la ciudad de Buenos Aires. En los últimos meses los chaparrones y las tormentas, algunas muy intensas, fueron una constante. De hecho, hubo pocas semanas sin precipitaciones en lo que va del año. Eso muestra, entre otras cuestiones, la clara presencia, tanto en la Argentina como en América Latina, de El Niño, un fenómeno que reúne las condiciones para que caigan más lluvias, aunque este ciclo húmedo terminará en pocos meses. Los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) señalan que La Niña, por el contrario, es un fenómeno que genera precipitaciones por debajo de los registros habituales y sus efectos se empezarán a notar el año próximo.

“Los valores en términos estadísticos, es decir, lo esperable entre enero y abril para la ciudad son 514 milímetros. Esos son los valores más probables. Contando los registros desde el 1° de enero hasta hoy rondan los 700 milímetros. Queda en evidencia que este tramo es más lluvioso que lo normal y uno de los factores que explican esté aumento en las lluvias es el fenómeno de El Niño”, explica Matías Reinoso, meteorólogo del SMN.

A principios del mes pasado en buena parte del conurbano bonaerense y de la Capital se registraron inundaciones. El 14 de marzo pasado, las precipitaciones en la estación meteorológica de Aeroparque batieron un récord de 125 milímetros (mm), una cifra que solo se alcanzó el 15 de marzo de 1994. En la provincia de Buenos Aires, las inundaciones dejaron dos personas muertas.

Según explican desde el SMN, El Niño es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Esto tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo.

Se trata de uno de los patrones más importantes de la llamada variabilidad climática interanual, que incluye modificaciones de la circulación de la atmósfera que pueden durar desde varios meses a pocos años.

Los efectos de esta oscilación sobre la Argentina son diversos y varían dependiendo de la fase, la región y la época del año. En particular, durante la primavera y verano el noreste argentino tiende a registrar precipitaciones superiores a las normales durante una fase de El Niño. Durante la de La Niña la misma zona tiende a registrar lluvias por debajo de lo habitual.

Los cambios que significarán el fin de El Niño y el comienzo de La Niña impactarán recién el año que viene. Por lo que se espera que se mantengan las condiciones atmosféricas para que se prolonguen las lluvias.

“Tanto El Niño como La Niña provocan cambios muy importantes en la circulación de la atmósfera. En particular, en nuestra región, El Niño favorece un mayor ingreso de humedad a las capas bajas de la troposfera [la capa inferior de la atmósfera], y permite un escenario mucho más propicio para las precipitaciones. En cambio, La Niña altera la circulación de tal manera que la humedad empieza a quedar restringida mucho más al norte, y el resultado es una anomalía negativa en el régimen de precipitaciones en nuestra región”, detalla Reinoso.

El especialista resalta que, si bien El Niño en la Argentina y la región está llegando a su fin, aún faltan varios meses para que notar los cambios en el clima. “Actualmente la atmósfera sigue bajo los efectos de El Niño, y se espera que así continúe durante los próximos meses. Los pronósticos a largo plazo indican que recién hacia final del año podría empezar a desarrollarse el fenómeno de La Niña”, indica Reinoso.

¿Cómo será el clima el fin de semana?

Este viernes rige una alerta amarilla por tormentas en la ciudad de Buenos Aires y la zona este de provincia, por lo que el SMN sugiere tomar precauciones para protegerse de las ráfagas, ocasional caída de granizo y precipitaciones que oscilarán entre los 30 y 50 milímetros.

En la región del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el SMN pronostica que, una vez que hayan cesado las tormentas fuertes y aisladas que se vieron durante la primera parte del día, por la noche el cielo se nublará y la probabilidad de precipitaciones será de un 10%. A partir de mañana el tiempo mejorará. Con una mínima de 14°C y una máxima de 18°C, la jornada estará parcialmente nublada y sin lluvias. En tanto, el domingo se espera una mañana despejada y una tarde y noche algo nublada, con una mínima que bajará a los 9°C y una máxima que podría alcanzar los 20°C, señalaron desde el SMN.