Ola de calor en Italia: temperaturas asfixiantes, sequía sin precedente y críticas al gobierno de Meloni

Los turistas se refugian del sol y la ola de calor bajo sombrillas frente al Coliseo en Roma, Italia, el 21 de julio de 2024. (Foto de Massimo Valicchia/NurPhoto vía Getty Images)
Los turistas se refugian del sol y la ola de calor bajo sombrillas frente al Coliseo en Roma, Italia, el 21 de julio de 2024. (Foto de Massimo Valicchia/NurPhoto vía Getty Images) - Créditos: @NurPhoto

ROMA.- En el norte, lluvias torrenciales, “bombas de agua”, granizo del tamaño de una pelota de tenis, lagos que se desbordan; en el centro y el sur, temperaturas extremas, sensaciones térmicas imposibles, rayanas los 40 grados, sequías, incendios.

Italia vive otro verano marcado literalmente a fuego por los cada vez más evidentes efectos del cambio climático, que dividió en dos al país y está provocando no sólo consecuencias dramáticas para la agricultura, la ganadería, el turismo y los comunes mortales, sino también, polémicas políticas.

“Tenemos miedo por los ancianos y los niños”, alertó Silvia Romana, alcaldesa de Tuglie, pueblo del Salento, en la región de Puglia, donde debido al calor son continuos los cortes de agua y electricidad. No es la única preocupada: en Reggio Calabria ya hay racionamiento de agua, y en la ciudad de Palermo, Sicilia -donde, por otro lado, se ha vuelto a despertar el volcán Etna-, se están analizando medidas similares, vigentes ya en otras localidades de la isla. Los embalses se encuentran en sus mínimos históricos y los tanques de agua suplementarios no dan abasto.

Los turistas intentan refrescarse con la ayuda de fuentes en las calles de Roma
Los turistas intentan refrescarse con la ayuda de fuentes en las calles de Roma - Créditos: @NurPhoto

Según el observatorio europeo Copernicus, el lunes 22 de julio pasado fue, hasta ahora, el día más caliente de la historia de la Tierra. Por la ola de calor que azota a Italia, en los ardientes campos del centro y el sur los animales vagan confundidos, enloquecidos, muertos de sed. Cerca de Caltanisetta, Sicilia, fue visto un grupo de cabras intentando abrevarse en el barro, describió el diario La Repubblica, que este jueves puso en tapa el tema y tituló con “la gran sed de Italia” y el sur “dejado a seco”. No sólo por la histórica sequía, sino también, por obras hídricas proyectadas hace décadas pero jamás realizadas, mala gestión, clásicos derroches, fondos malgastados o ni siquiera usados.

El cambio climático y la falta de agua tienen consecuencias gravísimas para la agricultura. La sequía afecta a 12 regiones del centro-sur (Basilicata, Calabria, Sicilia, Apulia, Campania, Lazio, Marche, Umbria, Toscana, Molise, Sardegna y Abruzzo) y ya le costó al campo más de 4000 millones de euros y la pérdida de 33.000 puestos de trabajo, según estimó Coldiretti, la principal organización de empresarios agrícolas del país.

Los turistas se refrescan en la Fontana de Trevi mientras las temperaturas alcanzan hasta 37 grados, el miércoles 24 de julio de 2024
Los turistas se refrescan en la Fontana de Trevi mientras las temperaturas alcanzan hasta 37 grados, el miércoles 24 de julio de 2024 - Créditos: @Gregorio Borgia

Sin precedente, la sequía ya “quemó” uno de cada cinco campos de trigo del territorio, lo que significa una caída de al menos el 20% de la producción. Aunque también “quemó” frutas, verduras y trastocó, además, las época de cosecha de varios productos. Este jueves la localidad de Contessa Entellina, en provincia de Palermo, tendrá su primera vendimia del 2024, algo inaudito. Lo normal es que se recolecte la uva en septiembre u octubre.

Con temperaturas máximas superiores a los 35 grados, el calor es agobiante en las grandes ciudades. En Roma el cemento comienza a derretirse, el termómetro incluso a la mañana y a la noche sigue marcando temperaturas altas, la humedad mata, el aire acondicionado es esencial. Y mientras la capital ya se ha vaciado de romanos que se han escapado al mar, se ven turistas que deambulan, agotados, vestidos como si estuvieran en la playa, protegiéndose del sol con sombrillas y de la canícula, con abanicos, gorros y ventiladores portátiles.

Los turistas padecen la ola de calor en Roma
Los turistas padecen la ola de calor en Roma - Créditos: @NurPhoto

El Corriere della Sera publicó este miércoles un informe alarmante sobre el por qué de todo esto, fruto del análisis de datos climáticos recolectados en la península desde el 1 de enero de 1985 al 31 de diciembre de 2023. Realizado por ilMeteo.it, el reporte confirmó lo evidente: que en Italia hace mucho más calor que hace cuarenta años. Y estimó que la proyección sobre 2030 muestra que lo que hoy se considera una anomalía entonces se convertirá en la normalidad.

“En los últimos 40 años hemos registrado temperaturas en constante aumento, con un pico en los últimos 5 años”, explicó Lorenzo Tedici, meteorólogo y uno de los autores del estudio, que destacó que, debido al cambio climático, en Italia prácticamente desapareció el frío intenso en invierno, de hecho los centros de esquí debieron fabricar nieve artificial para sobrevivir en las últimas temporadas. Mientras que en el verano, que dura mucho más que antes, se multiplicaron las “noches tropicales” y los eventos meteorológicos extremos: inundaciones relámpago, nubifragios, granizadas.

La ola de calor de este verano determinó un aumento de la temperatura del mar evidente, con el Adriático que parece casi agua hervida, al menos 2,6 grados más caliente que lo habitual y una temperatura de más de 30 grados.

Turismo y polémica

Todo este combo repercute también en el turismo, sector económico clave de Italia, tal como destacó el diario The New York Times, que en una nota sobre la terrible sequía que afecta a Sicilia advirtió que “después de haber perdido sus cosechas, Sicilia también teme perder el turismo”. La nota del diario neoyorquino, como era de esperar, removió las aguas y generó enseguida encendidas polémicas políticas, con la oposición de centroizquierda que aprovechó para acusar al gobierno de derecha de Giorgia Meloni -bastante negacionista- de haber desestimado el cambio climático que golpea evidentemente a Italia ya desde hace tiempo.

“La crisis hídrica en Sicilia se conoce desde hace meses, ya en febrero lo advertimos y el gobierno no contestó: ¿qué esperaban, la lluvia?”, clamó el diputado Beppe Provenzano, del Partido Democrático (PD), el mayor de la oposición.

Aunque creó más revuelo la ministra de Turismo, Daniela Santanché, que salió a atacar al diario estadounidense. “Nadie niega el drama de la sequía en Sicilia, pero secar también al turismo, culpándolo como hace el New York Times, agrega daño al daño”, denunció en X.

El posteo enardeció a la oposición. “La sequía devasta desde hace semanas al Sur, pero la ministra Santanché descubre la emergencia en Sicilia por el New York Times. Habla de artículos que secan el turismo, pero así demuestra que la desertificación es también cultural”, disparó Angelo Bonelli, de Alianza Verdes e Izquierda, quien recordó que desde el inicio de la actual legislatura le están pidiendo al gobierno de Meloni “políticas climáticas eficaces, en línea con las directivas internacionales de la ONU”.

La respuesta del gobierno fue el sabotaje de las políticas de defensa del clima, la decisión de transformar a Italia en un nodo central para el gas, con el contextual bloqueo de las energías renovables”, acusó.

Italy’s Prime Minister Giorgia Meloni waits to greet Israel's President Isaac Herzog at the Chigi Palace in Rome on July 25, 2024. (Photo by Alberto PIZZOLI / AFP)
Italy’s Prime Minister Giorgia Meloni waits to greet Israel's President Isaac Herzog at the Chigi Palace in Rome on July 25, 2024. (Photo by Alberto PIZZOLI / AFP) - Créditos: @ALBERTO PIZZOLI

En medio de la controversia, La Repubblica recordó que Meloni reclamó un “ambientalismo no ideológico”, es decir, el fin del “Green Deal europeo” como condición para darle el respaldo de su partido postfascista, Hermanos de Italia, a la reelección de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea. “Quisiéramos preguntarle a la premier qué hay de ideológico en el hecho de que las aguas del mar Adriático son 2,6 grados más calientes respecto al promedio de los años anteriores anteriores o si hay ideología en el hecho de que muchos sicilianos ya no ven correr el agua en sus canillas”, escribió Luca Fraioli, que consideró que Italia debería agradecerle a las directivas de la UE que insisten en avanzar hacia una transición ecológica para manejar de algún modo el inevitable cambio climático.

“Sería bueno que la premier Meloni tuviera, de ahora en más, un enfoque no ideológico de las cuestiones ambientales”, cerró.