Cumplir el 29 de febrero: un viaje de 15... para festejar los 60

Las chances de nacer un 29 de febrero son de una en 1461
Las chances de nacer un 29 de febrero son de una en 1461

Este año hace su viaje de 15. Raro, porque ya tiene canas y tres hijos, el mayor de ellos de 29 años. Pero en 2024 le toca festejar. Lo dicho: 15 años, y no 60, como debería si fuese un común de los mortales.

Francisco es una de las 5 millones de personas en todo el mundo que nacieron un 29 de febrero. Es, en realidad, la fecha de cumpleaños más rara que uno puede tener. Las chances de nacer un 29 de febrero son de una en 1461.

A él le tocó. Es verdad que todos los años, salvo este y los otros bisiestos, se divierte con un ritual que ya por momentos nos fastidia: cuando lo llaman para desearle feliz cumpleaños el 28, responde que no cumplió aún. Cuando lo llaman el 1° de marzo, responde: “Llegaste tarde, te olvidaste”. La única opción es llamar a las 12 de la noche en punto.

Hay que admitir que cumplir el 29 de febrero tiene sus complicaciones, en su mayoría burocráticas: desde formularios digitales que no incluyen la fecha como opción hasta discusiones eternas a la hora de sacar registro o pasaporte.

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En algunas culturas, esa fecha es considerada una suerte de recreo o liberación de las normas culturales establecidas. Según una leyenda irlandesa, es el único día en el que las mujeres pueden pedirle matrimonio a los hombres. Se lo conoce como el Día del Soltero, o Privilegio de la Dama, costumbre atribuida a Santa Brígida, una monja del siglo V, que se quejó ante San Patricio, patrono de Irlanda, de que las mujeres siempre tenían que esperar a que los hombres se declararan. Según cuenta la tradición, Patricio le dio un día: el 29 de febrero. Hay incluso una película, Año bisiesto, protagonizada por Amy Adams y Matthew Goode, sobre una mujer que viaja a Irlanda para proponerle casamiento a su novio en el único día que no puede rechazarla, el 29 de febrero.

Los que nacen en esa fecha también pueden pertenecer a un club, exclusivo: la Sociedad de Honor de los Bebés Bisiestos (o Leap Babies, en inglés), que tiene 11.000 miembros en todo el mundo. Y en Estados Unidos, Anthony, una ciudad en la frontera entre Texas y Nueva México, se declaró “capital mundial de los años bisiestos”; recibe a personas de todo el mundo y los festejos se extienden durante cuatro días.

También es verdad que en algunas culturas se lo considera una fecha de mala suerte, casi como el viernes 13. “Año bisiesto, año siniestro”, dicen algunos supersticiosos. Son los que recuerdan algunas tragedias que sucedieron en años bisiestos: el hundimiento del Titanic, los asesinatos de Gandhi, John F. Kennedy o John Lennon. O en 2020, cuando la pandemia nos encerró a todos.

En los últimos años, dos profesores de la Universidad Johns Hopkins propusieron lo que ellos creen es la solución perfecta para que de ahora en adelante no existan los años bisiestos. Se trata de Richard Conn Henry y Steve H. Hanke (si, el autoproclamado “padre de la convertibilidad” y asesor de Javier Milei), que proponen una versión “mejorada” del calendario. Los años tendrían 364 días, empezarían siempre un lunes y usaríamos siempre el mismo almanaque. Cumpliríamos años el mismo día de la semana y febrero tendría 30 días. Y se sumaría una semana a diciembre cada seis años.

Francisco no está muy de acuerdo con ese cambio. Haber nacido un 29 de febrero siempre es un buen tema de conversación...y de bromas. Te hace “distinto”. Este año hasta se ganó un viaje de 15. Serán 15 las velas en la torta esta noche. Cualquiera que nos vea festejando podría, sin duda, preguntarse si no se trata de alguien que tiene la llave de la juventud eterna.