Otro año ‘oscuro‘ para los cubanos: Gobierno anuncia una mejora, pero pide esperar hasta 2026

El gobierno cubano explicó esta semana su nuevo plan contra los apagones en la isla, pero advirtió que sus resultados no se verían tan pronto como el próximo año, sino hasta 2026.

Un balde de agua fría para los cubanos que lidian con la crisis energética en el país, entre múltiples restricciones y una escasez generalizada de alimentos y productos de primera necesidad.

Reunidos en La Habana, funcionarios debatieron sobre el “programa para la recuperación electroenergética de Cuba”, que apunta al aprovechamiento de las fuentes renovables, como la fotovoltaica.

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Una nueva promesa del gobierno cubano

El martes en La Habana sesionó la Comisión de Industria, Construcciones y Energía, del Parlamento cubano, durante la cual el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, explicó el referido “programa” gubernamental.

“Todos los meses, como promedio, estaremos sincronizando cinco parques fotovoltaicos. Si lo multiplicamos por la potencia de cada parque, que es de 21 MW, estamos diciendo que en el primer semestre tenemos unos 590 MW sincronizados”, explicó el ministro, de acuerdo con un reporte en la televisión estatal.

“Esas afectaciones que hemos ido teniendo (...) se van a reducir paulatinamente y hasta finales del año que viene, nosotros decimos que empezamos el año 2026 con una recuperación importante y considerable para seguir avanzando, recuerden que son 2,000 MW más”, apuntó el funcionario.

Otros detalles sobre el plan de La Habana contra los apagones

Medios oficialistas como Cubadebate describieron que el plan “se divide en seis grupos de trabajo que analizan la búsqueda de soluciones financieras, bancarias y económicas, el suministro de combustible, las relaciones con el exterior en el sector, las fuentes renovables de energía, eficiencia y atención al trabajador”.

Según De la O, la intención del gobierno de Díaz-Canel es recuperar el sistema electroenergético nacional en el “menor tiempo posible”, así como lograr “satisfacer la demanda de la economía y la población, con un enfoque de transición y soberanía energética, uso eficiente y racional de la energía”.

Al respecto, comentó que los resultados no se verían a corto plazo, ni durante los meses de mayor demanda del verano próximo. El proyecto “no solo incluye la solar fotovoltaica, sino también la utilización de la biomasa cañera y la energía eólica, además de la eficiencia energética”, señaló el ministro.

El gobierno cubano pretende también adquirir 30,000 sistemas fotovoltaicos domésticos y recalcó las nuevas regulaciones que permiten la entrada de viajeros internacionales a aeropuertos cubanos con paneles solares exentos de pagos de aranceles aduaneros.

Promesas insólitas

En septiembre, el mismo ministro de Energía y Minas de Cuba, hizo una promesa al pueblo en medio de los apagones, a cumplir en alguna fecha de 2025.

El programa televisivo oficialista Mesa Redonda, anunció la promesa como una “buena noticia” para los cubanos. Entonces, el ministro declaró que el gobierno cubano pretendía alcanzar durante el próximo año su primer y único minuto de generación eléctrica sin depender de combustible importado, es decir, a partir de recursos nacionales como las fuentes renovables.

“En un momento del año que viene, con esta introducción de las energías renovables (...) y con las reparaciones que estamos haciendo en las unidades térmicas (...) nosotros, al menos, vamos a tener un minuto del año que viene donde no vamos a consumir combustible importado. Y será el primer minuto”, dijo el funcionario.

“La meta y la misión es empezarlo a engordar. Será un minuto, pasaremos a una hora, después pasaremos a (...) Es un camino largo, es un camino lleno de obstáculos, pero es un camino que nosotros estamos andando seguros”, declaró De la O.

La crisis energética en Cuba empeoró después del paso de los huracanes Oscar y Rafael entre finales de octubre y principios de noviembre. Desde el azote de los ciclones, el gobierno cubano ha recibido varias donaciones y ayudas, principalmente de Rusia, uno de los mayores aliados de La Habana.

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