Milton: ¿cuál es el impacto de un huracán de categoría 5?
Un huracán de categoría 5 como Milton es catastrófico para las zonas a las que azota. Sin embargo, es difícil comprender su impacto si no se vive en primera persona.
La intensidad de un ciclón se mide con la escala de huracanes de Saffir-Simpson, que los clasifica en función de la velocidad de los vientos. Uno de categoría 5 causa daños graves en las viviendas, y las zonas por las que pasa quedan inhabitables durante semanas o meses. Con una velocidad de viento máximo sostenido de 241 km/h o más, puede arrancar techos, romper vidrios y derribar paredes, así como también árboles y postes de luz.
Asimismo, los cortes de electricidad pueden durar meses y aislar a las comunidades. El aumento del nivel del mar provoca inundaciones que bloquean las autopistas de salida y los edificios con una altura baja ubicados cerca de la costa quedan destrozados. Además, hay otro factor para considerar: la salud mental. Muchos adolescentes y adultos sufren trastorno de estrés postraumático durante años luego de la catástrofe.
John Feerick, meteorólogo sénior de AccuWeather.com, declaró el lunes a The Independent que los daños que provoca un huracán de categoría 5 son, en efecto, catastróficos.
“Básicamente, la mayoría de las estructuras se vuelan. Es como si fuera un tornado EF-4. Pero, en lugar de un tornado, que quizás solo tiene un par de cientos de metros de ancho, tiene la capacidad de afectar a una zona mucho más amplia y de producir vientos de 240 km/h o más”, señaló al respecto.
El huracán puede generar marejadas ciclónicas de más de seis metros de altura, capaces de inundar por completo una casa de dos pisos ubicada en la zona costera.
Los vientos, añadió Feerick, son “insólitos”.
Agregó: “Los escombros pueden volar por el aire a 240 km/h; cualquier cosa que te golpee podría matarte al instante. Probablemente, ni siquiera podrías ponerte de pie”.
Tom Krall, que vive en las Islas Vírgenes de Estados Unidos, presenció el huracán Irma, de categoría 5. En diálogo con NPR, manifestó que los vientos se sienten “como si estuvieras conduciendo un auto a 120 km/h y sacaras la cabeza por la ventanilla”. Y explicó: “También tienes una sensación rara en los oídos”.
El huracán Irma arrasó la región en septiembre de 2017 y arrancó todas las hojas de los árboles. Mientras se llevaban a cabo las labores de rescate y reconstrucción, la llegada del huracán María obligó al equipo de la Marina y la Guardia Nacional a evacuar la zona. María, también de categoría 4, solo provocó más destrucción.
Krall dijo que a casi 20 de las 30 casas de su vecindario se le habían volado los techos. También recordó que los vientos sostenidos de Irma, de 297 km/h, fueron “extremadamente intensos”.
“Una vez que [el viento] alcanza unos 297 km/h, el rugido que hace se siente como si estuvieras dentro del motor de un avión 747”, detalló. Y finalizó: “Es una sensación muy visceral”.
Casi medio siglo antes de Irma, la habitante de Mississipi Ruth Clark se refugió del huracán Camille, otro mortal ciclón atlántico de categoría 5 cuya intensidad nunca bajó.
“Es imposible describir lo que sientes cuando vives un huracán”, declaró Clark al medio How Stuff Works el año pasado. Y continuó: “Es casi como un tornado, o como escuchar pasar un tren, salvo que no pasa de largo y no se acaba. Sigue y sigue y sigue. Se oyen los tronidos y crujidos de los árboles, además de los estallidos de los tendidos eléctricos que se caen, estallan y se rompen. Son ruidos horrorosos”.
Hace casi 20 años, el huracán Katrina azotó Luisiana y su intensidad bajó hasta convertirse en una tormenta de categoría 3 cuando pasó por la zona. Robert Green contó al canal WDSU que él y su familia fueron al estadio Caesars Superdome de Nueva Orleans para refugiarse.
“Nos subimos al techo. Los bebés, mi madre, mi primo, mi hermano y yo. Pensábamos que estábamos a salvo, pero después nos enteramos de que el viento arrancó la casa. Alrededor nuestro, estaba lleno de agua”, recordó. Y agregó: “Y junto con nuestra casa, veíamos como volaban robles y otras casas desprendiéndose y agrietándose”.
El huracán Milton se intensificó el lunes hasta alcanzar la categoría 5, obligando así a los residentes de Florida a irse de la zona nuevamente. Algunos ya habían sido evacuados hace apenas 11 días tras el impacto de Helene, un ciclón de categoría 4.
Aunque muchos ciclones han pasado por Estados Unidos desde la década de 1850, el territorio no se vio afectado por uno de categoría 5 hasta 1935, cuando el huracán del Día del Trabajo azotó los Cayos de Florida. Desde entonces, solo ha habido un par, entre ellos Camille, Andrew y Michael. De hecho, ha habido 10 huracanes de categoría 5 en el Atlántico desde 2016 y más de 40 ciclones que han alcanzado dicha categoría desde 1924.
Feerick argumentó que ha habido una gran cantidad de agua cálida en el Golfo de México y temperaturas casi récord en la mayor parte del Atlántico, lo cual crea condiciones ideales para la formación de ciclones.
“Con el creciente número de personas que se mudan a zonas costeras y el aumento de tormentas más fuertes e intensas en zonas urbanizadas, es probable que este tipo de situaciones se repitan con mayor frecuencia”, detalló también.
Luego, comentó que Milton le recuerda al huracán Wilma, que azotó la costa occidental de Florida en 2005.
Y concluyó: “Nunca habíamos visto una tormenta que se formara tan al oeste del Golfo de México y que fuera tan poderosa que básicamente lo atravesara todo y llegara hasta la costa oeste. No recuerdo haber visto algo semejante”, afirmó.
Traducción de María Luz Avila