La sequía en Barcelona, casi imperceptible para los turistas salvo las fuentes y céspedes

Barcelona (España), 22 mar (EFE).- Los turistas que esta Semana Santa visiten la ciudad española de Barcelona van a poder gozar de sus atractivos con normalidad sin apenas notar las restricciones por la extrema sequía, si bien se encontrarán con las fuentes ornamentales vacías, zonas de césped poco verdes y recomendaciones en los hoteles para ahorrar agua.

Seis millones de habitantes de Barcelona y Girona siguen con las severas restricciones de la fase de emergencia por sequía y nada hace prever que la situación mejore sustancialmente a corto plazo, si bien las últimas lluvias y nevadas han dado un respiro a los pantanos.

Si el pasado 9 de marzo las cuencas internas de Cataluña estaban al 14,4 % de su capacidad (100 hm3) y en concreto el sistema Ter Llobregat -que abastece el área metropolitana de Barcelona- al 14,7 % (90,5 hm3), en estos momentos están al 15,37 % (106,75 hm3) y al 15,84 % (96,93 hm3), respectivamente.

En la actual fase de emergencia, que afecta a los seis millones de habitantes del área metropolitana de Barcelona y Girona, está restringido el agua en fuentes ornamentales y solo se puede hacer riego imprescindible y de supervivencia con agua freática.

Así pues, los turistas que visiten la capital catalana encontrarán unos céspedes ya hace meses que han perdido el color verde y las fuentes ornamentales, como la de Montjuïc o la de plaza Catalunya, apagadas y vacías.

Por las restricciones de la sequía, también está prohibido rellenar piscinas pero la afectación se espera que sea mínima en Semana Santa, pues en Barcelona muchos hoteles las tienen llenas todo el año.

Los problemas están más centrados en cámpines fuera de la capital y en hoteles de destinos de temporada de playa que puedan haber vaciado la piscina durante el invierno.

Asociaciones de cámpines y gremios de hoteleros ya están trabajando con la Generalitat para buscar vías alternativas de rellenado, como las desalinizadoras móviles que plantean los hoteleros de Lloret (Girona), pero son proyectos aún verdes que están pensados para aplicarlos en la campaña de verano.

En cuanto al consumo, en términos generales la fase de emergencia no permite superar los 200 litros por persona y día de media, contando todos los usos de un municipio: doméstico, industrial, agrícola o urbano.

El Gremio de Hoteles de Barcelona asegura que los establecimientos de la ciudad han reducido un 40 % el consumo de agua en los últimos siete años y que, de media, se consume 163,5 litros de agua por día y cliente, por lo que no habrá afectación en el servicio de cara al huésped.

En el marco de una campaña del Gremio junto con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, los clientes sí que pueden encontrar en su habitación un tríptico con recomendaciones para ahorrar agua, como cerrar el grifo cuando no se use, priorizar la ducha por encima de la bañera -cada vez menos presente en las habitaciones- y usar la doble carga del retrete.

Los turistas más valientes que se animen a bañarse en el mar no tendrán duchas para quitarse la sal, pues están cerradas en las playas de Barcelona.

Gracias a las últimas nevadas prácticamente al final del invierno, las estaciones de esquí catalanas esperan visitantes esta Semana Santa.

Las estaciones no tienen restricciones adicionales por la sequía, tampoco en el uso de los cañones de nieve artificial, ya que no usan el agua de la red sino que tienen circuitos y embalses propios, que reutilizan el agua del deshielo.

(c) Agencia EFE