Poblado de Massachusetts experimenta con calefacción y aire acondicionado comunitarios

Jennifer y Eric Mauchan viven en una casa de dos aguas y chimenea en Framingham, Massachusetts, la cual enfrían por medio de cinco equipos de aire acondicionado. En el verano, la factura de electricidad de la vivienda de 241 metros cuadrados (2.600 pies cuadrados) puede ser de 200 dólares.

En el invierno, calentarla con gas natural cuesta frecuentemente más de 300 dólares al mes, incluso con el termostato en 18 grados Celsius (65 Fahrenheit).

“Mi mamá, cuando vivía, no venía a nuestra casa en el invierno” porque estaba demasiado fría, dijo Eric Mauchan.

Pero a partir de esta semana, su vecindario formará parte de una solución climática piloto que conecta a 37 viviendas y negocios con un sistema de enfriamiento y calefacción subterráneo altamente eficiente. Incluso si se toma en cuenta que varias de las construcciones sustituirán el gas natural con electricidad, se prevé que las personas vean una reducción del 20% en sus facturas eléctricas en promedio. Es un modelo que según algunos expertos puede ser ampliado y repetido en otra parte.

“En cuanto me dijeron acerca de él, lo apoyé al 100%”, dijo Jennifer Mauchan, que trabaja en finanzas, recordando su primera reunión con representantes de Eversource, la compañía eléctrica y de gas que instaló el sistema. “Desde una perspectiva financiera, pensé que era una opción muy viable para nosotros”. Mencionó que un factor importante que influyó en su decisión fue la disminución en la emisión de gases de efecto invernadero.

Gina Richard, propietaria de Corner Cabinet, una sala de exhibición de cocinas y baños en Framingham, dijo que se sentía “bastante afortunada” de formar parte del proyecto. Actualmente usa dos equipos de aire acondicionado y dos calentadores, y espera poder reemplazar todo eso con un solo sistema. Richard indicó que le dijeron que podría ver su factura invernal de calefacción —que suele llegarle por entre 900 y 1.000 dólares— reducirse hasta en una tercera parte, algo que dijo sería “increíble”.

El sistema de Framingham consiste en un circuito subterráneo gigante lleno de agua y anticongelante, similar a la forma en que se surte gas a varias casas en el vecindario. El agua en el circuito absorbe el calor del subsuelo, que permanece a una temperatura de aproximadamente 13º C (55º F) todo el año.

Los hogares tienen sus propias unidades de bomba de calor que proporcionan calefacción y aire acondicionado, instaladas por la compañía eléctrica. Estas toman calor a partir del circuito, elevan la temperatura aún más, y liberan ese calor en forma de aire cálido en las viviendas. Para el aire acondicionado, el calor es extraído de la casa o el negocio y liberado hacia el subsuelo o transportado a la siguiente vivienda.

El compartir la energía funciona mejor cuando algunas construcciones están aprovechando el calor mientras otra lo necesita, de la misma forma en que una tienda de comestibles necesita mantener sus cajas refrigeradas incluso en invierno.

En Estados Unidos existen otros proyectos geotérmicos en red, incluyendo en la comunidad de Whisper Valley en Texas y la Universidad Carleton en Northfield, Minnesota. Eversource dice que esta es la primera instalación de este tipo encabezada por una compañía eléctrica en el país. Si funciona, eso podría ser importante porque un propietario de una vivienda por sí solo no podría efectuar la excavación y perforación necesarias para crear un sistema en el vecindario.

Actualmente, los dueños de casas pueden adquirir bombas de calor de fuente de aire individual, que se han vuelto comunes y son eficientes. O pueden perforar para instalar bombas de calor de fuente terrestre, que son más caras y aún más eficientes. Algunos incentivos, tales como los incluidos en la Ley de Reducción de la Inflación o los ofrecidos por compañías eléctricas locales, ayudan a disminuir el precio de éstas, pero de todas formas su costo final puede ser de decenas de miles de dólares.

Framingham superó a otras comunidades que presentaron una solicitud ante Eversource para convertirse en sitios piloto. La ciudad, ubicada a 20 minutos al oeste de Boston, está rodeada por la Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, y también por firmas como Thermo Fisher Scientific, Pfizer y Novartis. Eric Mauchan dijo que el hecho de que haya tanta tecnología avanzada tan cerca y una ley estatal que requiere que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a cero para 2050 ayudó a que la comunidad se tornara receptiva a la instalación del sistema.

Nikki Bruno, vicepresidenta de tecnologías limpias en Eversource, también dijo que la ley de emisiones del estado es una razón por la que se llevó a cabo el programa piloto. Fue también “una oportunidad desde un punto de vista de la descarbonización”, señaló, porque Eversource tiene su propia meta de cero neto.

“Estamos pensando en que, muy bien, hacemos este (programa) piloto ahora. ¿Cómo podemos ampliar esto para que sea un modelo de negocios sostenible, en un programa sostenible para ofrecer en más sitios?”, agregó.

Jack DiEnna, fundador de la Geothermal National & International Initiative (Iniciativa Geotérmica Nacional e Internacional), una alianza de profesionales del sector, dice que las compañías eléctricas están bajo presión para que actúen contra el cambio climático, y también reciben incentivos para hacerlo. Las bombas de calor de fuente terrestre son altamente eficientes, reducen la demanda de electricidad sobre la red y pueden ser instaladas en regiones a donde no llegan las líneas de gas. También enfrían las viviendas y contaminan muy poco el aire en comparación con los calefactores y aires acondicionados tradicionales.

Existe también una cuestión de equidad que les preocupa a algunos en el sector climático y de energía. Si la gente que cuenta con los medios desconecta su gas natural, ello podría tener consecuencias inequitativas para la gente.

“Significa que las personas que menos pueden permitírselo se encuentran atoradas pagando este sistema a base de gas, este sistema a base de gas que tiene muchas fugas”, dijo Ania Camargo, directora de redes de energía térmica en la Building Decarbonization Coalition (Coalición de Descarbonización de Edificios), un organismo sin fines de lucro que trabaja para eliminar los combustibles fósiles de los edificios.

“Una de las razones por las que yo soy partidaria de que las compañías eléctricas sean una gran parte de la solución es porque es una forma de asegurarnos que podamos hacer esto para todo el mundo”, agregó.

De vuelta en la casa de los Mauchan, la pareja ríe sobre los ajustes que le estaban haciendo a su antiguo sistema de calefacción. “Yo era muy consciente de los gastos en los que íbamos a incurrir si incrementábamos la temperatura —Dios nos libre— a 70 grados (F, equivalentes a 21º C) en el invierno”, recordó Jennifer cn respecto a permitir que la casa se enfriara en el invierno.

Esperan que su nueva bomba de calor modifique las cosas. “O sea, mantendremos nuestra casa en 71 grados (F, 21,6º C) todo el año”, manifestó Eric.

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