Yahoo Noticias "Pasquín inmundo", el calificativo de AMLO a la prensa que no deja bien parado a un presidente
Los periódicos informan sobre el acontecer político y simultáneamente hacen política al tomar posición ante los sucesos, lo que incluye cuestionar a quien ejerce el poder. Esta ha sido la función desempeñada en México por diferentes medios. Actualmente destaca el periódico Reforma que constantemente cuestiona el quehacer del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La práctica periodística de Reforma consiste en señalar lo que considera errores y engaños de la 4T, lo que disgusta al presidente López Obrador que en diferentes ocasiones lo ha calificado como medio conservador al servicio de sus adversarios y promotor del neoliberalismo. Lo que es legítimo y se inscribe dentro de la libertad de expresión y el ejercicio de los Derechos Humanos garantizados por la Constitución.
El último episodio de descalificación que el presidente López Obrador hizo de Reforma fue motivado porque cuestionó la forma cómo se obtuvieron más de dos millones de firmas de ciudadanos para llevar a cabo la consulta de juicio a expresidentes.
En su conferencia de prensa mañanera López Obrador mostró la primera plana de Reforma y expreso: "Es lamentable que en ese periódico en ese pasquín le den tanta importancia a un asunto que deberíamos de reconocer de exaltar porque fue una hazaña de los ciudadanos conseguir en 10 días más de 2 millones de firmas".
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En realidad, Reforma destacó lo que López Obrador había advertido días antes al comentar que tenía reportes de que sólo se habían logrado 800 mil firmas y faltaba un millón para fundamentar la demanda popular de enjuiciar a los expresidentes.
De antemano había dicho: “Si no se reúnen las firmas, si los legisladores no hacen el trámite, pues lo voy a hacer yo para que quede abierta esa posibilidad”.
La mañana del 15 de septiembre López Obrador envió al Senado su solicitud para hacer una consulta popular y enjuiciar a los expresidentes. El Senado remitió de inmediato a la Suprema Corte de Justicia de la Nación la solicitud presidencial para que dictamine sobre su procedencia.
Lo que llamó la atención del periódico Reforma fue que, minutos antes de que se cumpliera el plazo para que el Senado recibiera las firmas fueron entregadas casi 2 millones y medio, de ciudadanos solicitantes de una consulta popular.
La cabeza informativa de Reforma que disgustó a López Obrador decía: “Brotan para consulta 12 firmas por segundo”. Al respecto el presidente comentó: “¿Qué hace este pasquín? Poner bajo sospecha el cómo fue que reunieron las firmas, porque no reconocen lo que es la solidaridad, lo que es capaz de hacer la gente cuando se trata de una causa justa”.
La ocasión anterior en la que López Obrador desde su mañanera “denunció” al periódico Reforma fue una semana antes cuando encabezó su primera plana con la nota: “Esfuman 223 mdp en terruño de AMLO”. Suceso en el que está presuntamente involucrada su cuñada.
Al respecto el presidente calificó a Reforma como un “pasquín inmundo…porque este periódico es protector, patrocinador de Carlos Salinas de Gortari. Es el caso clásico del hampa del periodismo, según el máximo de que la calumnia cuando no mancha, tizna.”
AMLO acaba de decir que @Reforma es un «pasquín inmundo».
Se queja de la calumnia... acusándolo de patrocinar a Salinas. 🤷🏽
Se queja de la manipulación, ha de querer el monopolio.
Así el presidente de uno de los países más peligrosos del mundo para el periodismo: pic.twitter.com/lrgvHx9cXs— Alfredo Lecona (@AlfredoLecona) September 11, 2020
La “fijación” de López Obrador contra Reforma no es exclusiva. Frecuentemente descalifica a medios impresos y electrónicos de los que dice que sirven a los conservadores y promueven al neoliberalismo.
Las expresiones negativas de López Obrador sobre los medios motivaron que más de 650 intelectuales y científicos publicaran el desplegado de prensa “En Defensa de la libertad de expresión”, en el que manifiestan: “La libertad de expresión está bajo asedio en México. Con ello, está amenazada la democracia. El presidente López Obrador utiliza un discurso permanente de estigmatización y difamación contra lo que él llama sus adversarios. Al hacerlo, agravia a la sociedad, degrada el lenguaje público y rebaja la tribuna presidencial de la que debería emanar un discurso tolerante”.
La reacción de López Obrador frente a los contenidos de los medios que cuestionan su gobierno no le son útiles para rectificar errores, pero saca provecho utilizando los señalamientos de los medios para estigmatizar y polarizar, utilizando una visión ideológica cuyos principios, ya rebasados, pertenecen al siglo pasado.
Descalificar a un medio, en el ambiente actual, implica confrontar a muchos que solidariamente se unen en contra del detractor que afirma que respeta la libertad de expresión, por si hubiera alguien dispuesto a creerle. Lástima, como Fox, tiró a la basura su oportunidad histórica.
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