Metro CDMX y sus boletos conmemorativos que ahora sólo vivirán en el recuerdo. Y serán muy caros

Boletos del Metro, un tesoro que se perderá, y valdrá más. (Twitter/@ManceraMiguelMX)
Boletos del Metro, un tesoro que se perderá, y valdrá más. (Twitter/@ManceraMiguelMX)

El Metro de CDMX no contará con más boletos a partir del próximo año. El fin de una era ha sido anunciado por Guillermo Calderón, director del STCM. Ahora todos los usuarios del gusano naranja deberán acceder con la tarjeta de movilidad, que también ofrece la oportunidad de viajar en los otros transportes eléctricos de la capital. Se trata de un cambio que ya era impostergable, pues a la mayoría de las personas les resulta más práctico tener una sola tarjeta en la que se puede tener todo.

Pero también es cierto que las taquillas de las estaciones del Metro siempre tenían extensas hileras de boletos listas para ser despachadas, lo que refleja que muchos todavía preferían ese método antes de la tarjeta. Y además había un elemento muy valorado en comprar los boletos físicos: las ediciones conmemorativas que salían de ellos. Los hay de todo tipo: desde el Santo hasta Wikipedia.

La tradición de implementar estos distintivos comenzó en 1972 (tres años después de la apertura del Metro en Ciudad de México) y el primer personaje histórico en aparecer fue Benito Juárez, con motivo del centenario de su muerte. Durante toda su historia, el Metro sólo permitió publicidad en un solo boleto. Fue en 1999, cuando el grupo de transportes Estrella Blanca se promocionó.

Primer y único boleto con publicidad. Fue Estrella Blanca, empresa transportista, en 1999. (Archivo Metro CDMX)
Primer y único boleto con publicidad. Fue Estrella Blanca, empresa transportista, en 1999. (Archivo Metro CDMX)

Fue a partir de 2007 cuando las ediciones conmemorativas comenzaron a volverse asiduas en diferentes etapas del año. Por ejemplo, en ese año salieron ediciones que anunciaban la construcción de la Línea 12, la inscripción del Zócalo y de Xochimilco como Patrimonio de la Humanidad, así como algunos programas sociales del gobierno capitalino de ese entonces, como Prepa Sí.

Boleto del centenario de la muerte de Benito Juárez en 1972. (Archivo Metro CDMX)
Boleto del centenario de la muerte de Benito Juárez en 1972. (Archivo Metro CDMX)
Celebración de 16 años de conocimiento libre en Internet. (Archivo Metro CDMX)
Celebración de 16 años de conocimiento libre en Internet. (Archivo Metro CDMX)

Luego de ese año ya era común encontrar cambios en el boletaje cada cierto tiempo. Entre las ediciones más destacadas están la de El Santo, cuyo boleto fue anunciado por el Hijo del Santo junto al entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, en 2016. También tuvieron un valor especial las ediciones por el centenario de la UNAM y 75 aniversario del Politécnico, ambas en 2011. Hay otras ediciones sumamente curiosas, como la que que en 2017 celebró los 16 años de conocimiento libre en Internet, y para ello usó el logo de Wikipedia.

2014 fue uno de los años más emotivos para los coleccionistas de boletos, pues en ese año salieron varias ediciones de valor espacial: María Félix, Octavio Paz, el 40 aniversario de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y boletos con un balón tricolor en respaldo a la Selección Mexicana que jugó el Mundial de Brasil 2014.

María Félix y Octavio Paz, ediciones de 2014. (Archivo Metro CDMX)
María Félix y Octavio Paz, ediciones de 2014. (Archivo Metro CDMX)

Como todo objeto que queda descontinuado, es esperable que el valor de los boletos conmemorativos, y de todos aquellos que tengan un valor histórico (ejemplares de primeros viajes de 1969, por citar un caso), aumente mucho, y eso que ya se trata de un ámbito caracterizado por precios elevados. Por ejemplo, un boleto por el 20 aniversario del Metro (1989) puede venderse hasta en mil 200 pesos en Mercado Libre, y uno por el 50 aniversario (2019) alcanza los 299 pesos. También hay otros rangos para otras ediciones, como 400 pesos por los citados boletos de 2007 de la construcción de la Línea 12 y la inscripción del Centro y Xochimilco como Patrimonio de la Humanidad.

Todo cambia y el boletaje en el Metro no ha sido la excepción. Eso sí, quedan muchas cosas por ver: por ejemplo, conocer la forma en la que podrá recargarse la tarjeta de movilidad, es decir, si habrá más máquinas de uso automático o seguirán activas las taquillas —lo cual implicaría que el tiempo de espera para los usuarios en las estaciones sería casi el mismo que ahora, pues un boleto físico es más rápido de despechar que una recarga de tarjeta o la compra de una tarjeta nueva y su consecuente recarga—. Mientras tanto, no queda de otra que abrazarse a la nostalgia y revisar muy bien si no hay algún boleto coleccionable en algún rincón de casa.

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