Mariano Navone perdió ante Marton Fucsovics y no pudo coronarse en el ATP 250 de Bucarest, pero dará un salto grande en el ranking

Mariano Navone, el bonaerense de 9 de Julio, disputó la final del ATP 250 de Bucarest, Rumania, llamado Tiriac Open, en referencia al excoach de Guillermo Vilas y uno de los promotores más fuertes del circuito
Mariano Navone, el bonaerense de 9 de Julio, disputó la final del ATP 250 de Bucarest, Rumania, llamado Tiriac Open, en referencia al excoach de Guillermo Vilas y uno de los promotores más fuertes del circuito

Pocas veces se observó una evolución tan vertiginosa en el ATP Tour como la de Mariano Navone (23 años). Fue hace dos meses y medio, apenas, cuando el argentino disputó su primer partido en el circuito (en Córdoba). Desde entonces, ya jugó dos finales en el tour. Tras aquella definición de fines de febrero en Río de Janeiro (perdida ante Sebastián Báez), el bonaerense de 9 de Julio volvió al último día de competencia de un ATP. En Bucarest, Rumania , ante la mirada de leyendas de las raquetas como Ion Tiriac e Ilie Nastase, Navone no pudo coronarse: perdió ante el húngaro Marton Fucsovics (82°; 31° en 2019) por 6-4 y 7-5, en 2h06m. Más allá de la decepción, Navone tiene motivos para celebrar: luego de haber comenzado la temporada como el número 125 del mundo, desde este lunes será top 45 (41°) por primera vez, un estatus en el ranking que le permite planificar su calendario en grande.

Mariano Navone cayó en la final de Bucarest
Mariano Navone cayó en la final de Bucarest

Fucsovics, de 32 años, con más de 300 partidos en el ATP Tour (y un título, en Ginebra 2018), derramó un tenis contundente sobre el polvo de ladrillo rumano en los primeros cuatro games. Bien plantado sobre la línea de base, con tiros fuertes y profundos, el europeo abrumó a Navone, le rompió dos veces el saque y se adelantó 4-0. Durante ese corto período, el argentino se mostró tenso, algo dubitativo, sin pimienta en sus impactos. Pero poco a poco empezó a liberarse y el público lo envalentonó con aplausos. Tras no aprovechar un break point en el tercer game, Navone logró hacerlo en el quinto juego (1-4) y sostuvo su servicio (2-4). Fucsovics, número 1 junior en 2010 (y campeón individual de Wimbledon en la categoría Sub 18), empezó a fallar, perdió lucidez y Navone aceleró, quebrándole el saque una vez más (3-4). Luego, con el score 4-4, el argentino tuvo otra chance de rompimiento, pero esta vez no logró concretarla: Fucsovics mantuvo su servicio (5-4) y, casi de inmediato, se le presentó un set point. Con el reloj marcando una hora de juego, el jugador húngaro le quebró el saque a Navone y dio un valioso paso adelante en la final, adueñándose del parcial (6-4).

Navone, acompañado por su entrenador Andrés Dellatorre, mostró una valiosa actitud para seguir batallando más allá de la desventaja numérica. Eléctrico de piernas, buscó variantes frente a uno de los tenistas de mejor condición atlética del circuito. Con el score 1-1, el público rumano le obsequió una ovación a Navone cuando ganó un punto con una exquisita y esforzada volea tras un intento de passing de Fucsovics; se colocó con tres chances de quiebre (0-40) y aprovechó una de ellas, para adelantarse 2-1. Justo en ese momento comenzó a lloviznar en la capital rumana, pero Navone defendió su saque (3-1). Con la jueza de silla serbia Marijana Veljovic prestándole mucha atención a las condiciones climáticas, el juego continuó sin obstáculos. Ambos siguieron defendiendo sus turnos de saque (Navone estuvo 4-2) hasta el octavo game, cuando Fucsovics fue más incisivo y oportuno, elevó la calidad de sus impactos y le rompió el servicio -en cero- al bonaerense (4-4).

Mariano Navone perdió con Fucsovics en la definición de Bucarest
Mariano Navone perdió con Fucsovics en la definición de Bucarest

Comprometido, ya sin margen de error, Navone sacó 5-6, tomó riesgos, Fucsovics contuvo bien los impactos y le quebró el servicio al argentino por quinta vez, ahora para apropiarse definitivamente del partido y, por ende, del segundo título de su carrera. Tras los éxitos de Facundo Díaz Acosta en Buenos Aires y de Báez en Río de Janeiro y Santiago de Chile, el tenis nacional buscaba su título individual ATP número 236. “Es mi primer año en ATP y estamos haciendo las cosas muy bien. Obviamente que no es el resultado que quería, pero estoy conforme”, apuntó Navone, durante la ceremonia de premiación en un país con una riquísima tradición tenística, con dos número 1 (Ilie Nastase y Simona Halep), un número 2 en dobles (Horia Tecau) y un adelantado en todos los rubros del mundo de las raquetas como Tiriac, el histórico entrenador de Guillermo Vilas y poderoso promotor (además, fue una de las primeras naciones no tradicionales en disputar la final de la Copa Davis).

Alcanzar dos finales individuales de ATP en apenas un puñado de meses en la elite es un logro inusual y muy valioso que probablemente Navone no valorará como corresponde con las pulsaciones altas, pero sí lo hará en frío. Luego de haber ingresado en el top 200 en junio del año pasado y en el top 100 en febrero último, la actualización del ranking lo mostrará como uno de los mejores 45 jugadores del circuito (la Argentina tendrá a cinco top 50 por primera vez en once años y once meses), una evolución para aplaudir de pie, que al propio Navone le permitirá seguir proyectando su carrera en grande.

Resumen de la final de Bucarest