El mar empieza a subir más rápido. Esto es lo que se espera en el sur de la Florida

El nivel del mar está aumentando, inundando calles y casas en el sur de la Florida. Y el ritmo se ha acelerado en los últimos años.

En los últimos 80 años, el nivel del mar se elevó alrededor de un pie, y de ese total 8 pulgadas en los últimos 30 años, dijo Brian McNoldy, investigador adjunto de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra de la Universidad de Miami.

Según los cálculos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), se espera que ese ritmo se acelere, y lo haga drásticamente.

El primer pie tardó unos 80 años. El segundo solo tardará 30 años. El siguiente, 20 años. Y la Florida pudiera ver el siguiente pie en apenas una década después de eso.

“El ascenso del nivel del mar está empezando a acelerarse un poco”, dijo McNoldy. “Si dibujas una línea recta, empieza a no parecer tan recta en las últimas décadas”.

El nivel del mar en Virginia Key, expresado en pies respecto a 2020. Los valores históricos (azul) proceden de épocas de mareas anteriores y de mediciones de mareógrafos; los valores futuros (rojo) proceden de la proyección intermedia-alta de la NOAA (con barras de error asociadas).
El nivel del mar en Virginia Key, expresado en pies respecto a 2020. Los valores históricos (azul) proceden de épocas de mareas anteriores y de mediciones de mareógrafos; los valores futuros (rojo) proceden de la proyección intermedia-alta de la NOAA (con barras de error asociadas).

Eso es según la proyección “intermedia-alta” de la NOAA sobre el ascenso del nivel del mar. La agencia creó una variedad de predicciones –baja, intermedia-baja, intermedia, intermedia-alta y alta– para estimar cómo pudiera verse el ascenso del nivel del mar en lugares como la Florida.

Hasta ahora, científicos han encontrado que estamos en la tendencia hacia el extremo superior de esas predicciones.

“En la actualidad, el nivel del mar va de intermedio-alto a alto, los dos más rápidos”, dijo Randall Parkinson, geólogo costero de la Universidad Internacional de la Florida. “En los otros tres escenarios ni siquiera se piensa porque ya estamos subiendo más rápido que eso”.

Esos son los mismos pronósticos que usan los gobiernos del sur de la Florida a la hora de decidir a qué altura construir nuevas urbanizaciones. Pero después de un nuevo proyecto de ley firmado por el gobernador Ron DeSantis este año, los gobiernos locales que esperan dinero del estado para proyectos para combatir el aumento del nivel del mar solo tienen que considerar los escenarios intermedio-bajo e intermedio, una baja respecto de la legislación anterior que les pedía que consideraran los escenarios intermedio-bajo e intermedio-alto.

¿Qué hay que tener en cuenta en una proyección sobre el ascenso del mar?

Dos pies de elevación del mar en 2060, en comparación con los niveles actuales, sería una sacudida para el sistema de Miami, donde la elevación promedio es de tres pies. Por eso los gobiernos locales, y el estado, están gastando miles de millones para mantener secas las calles.

Sin embargo, determinar con exactitud cuánto pudiera subir el nivel del mar en el sur de la Florida es una tarea difícil.

Los investigadores saben que los dos factores principales del ascenso del nivel del mar son la temperatura del mar y cuánto se derriten las capas de hielo. A medida que la quema de combustibles fósiles atrapa más calor en la atmósfera, ese calor es absorbido en gran medida por el mar. El agua caliente ocupa físicamente más espacio que el agua fría, por lo que el mar cálido significa un aumento del nivel del mar. Una atmósfera más caliente significa también que se están derritiendo las gigantescas capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, vertiendo al mar enormes cantidades de agua ahora líquida.

Estos dos problemas constituyen la mayor parte del impacto del ascenso del nivel del mar, pero el sur de la Florida también tiene sus propios retos que se suman a la elevación del nivel del agua.

También sucede que algunas partes de la Tierra se están hundiendo, un proceso conocido como subsidencia. Sin embargo, no es mucho: la profundidad de dos tarjetas de crédito apiladas una encima de otra durante media década en un punto de Miami Beach.

“Se suma a una situación ya de por sí grave, pero no es un factor determinante”, dijo Parkinson.

La gran incógnita en el futuro ascenso del nivel del mar en el sur de la Florida es probablemente el agua que corre mar adentro. La Corriente del Golfo, una enorme corriente que traslada el agua caliente de los trópicos a las heladas profundidades del Ártico, tiene una pequeña rama que discurre entre la costa este de la Florida y las Bahamas.

La corriente de la Florida, como se le conoce, influye en el nivel del agua de Miami. Cuando la corriente es más fuerte, los niveles de agua son generalmente un poco más bajos en Miami. Y cuando es más débil, se ha demostrado que suben.

Un nuevo estudio de Lisa Beal, profesora de Ciencias Oceánicas de la Escuela Rosenstiel de la UM, y Chris Piecuch, oceanógrafo físico de la Woods Hole Oceanographic Institution, revela por primera vez que esta corriente pudiera estar desacelerándose.

“Hemos descubierto que se está debilitando. Es pequeño”, dijo.

El artículo, publicado en septiembre en la revista Geophysical Research Letters, sugería que la Corriente del Golfo se ha desacelerado alrededor de un 4% en los últimos 40 años, aunque no relacionaba directamente ese cambio con el calentamiento global.

Beal dijo que los resultados eran significativos para la Florida.

“No debemos dejarnos llevar por la idea de que el debilitamiento de la corriente del Golfo va a duplicar el ascenso del nivel del mar en Miami. No es así”, dijo. Sin embargo, “cuando se está en una zona tan baja como el sur de la Florida, conviene saberlo porque significa que se alcanzan los umbrales de inundación mucho más rápidamente”.

Pero quizá la mayor incertidumbre sobre el futuro ascenso del nivel del mar se reduce a una cosa: exactamente cuánta más contaminación seguirá arrojando el mundo a la atmósfera. Las predicciones más bajas tienen en cuenta un mundo en el que los gobiernos dejen de quemar combustibles fósiles rápidamente, y las más altas se basan en una situación en la que quememos aún más que ahora.

“Una de las grandes incógnitas es que el mundo tiene que intentar frenar la emisión de gases de efecto invernadero”, dijo McNoldy.