Lo que un segundo mandato de Trump podría significar para tu dinero

En el primer mandato de Donald Trump como presidente, las tasas del impuesto sobre la renta bajaron para la mayoría de la gente, pero esos recortes fiscales solo durarán hasta finales de 2025. (Doug Mills/The New York Times)
En el primer mandato de Donald Trump como presidente, las tasas del impuesto sobre la renta bajaron para la mayoría de la gente, pero esos recortes fiscales solo durarán hasta finales de 2025. (Doug Mills/The New York Times)

Esto es lo que el presidente electo ha dicho que podría hacer con tus impuestos, préstamos estudiantiles, Seguridad Social y más.

El presidente electo Donald Trump hizo una serie de promesas sobre finanzas personales durante su campaña presidencial. ¿Cuántas intentará —y podrá— cumplir?

La respuesta dependerá en parte del resultado de las elecciones de la Cámara de Representantes y del Senado. A pesar de los avances republicanos, ambas cámaras están lo suficientemente cerca de un 50-50 como para que unos pocos cargos electos puedan imponer su voluntad y dar lugar a determinadas políticas que no se parecen en nada al programa de campaña de Trump.

También dependerá de los tribunales. El año pasado, la Corte Suprema anuló el intento del presidente Joe Biden de cancelar determinados préstamos federales para estudiantes, al dictaminar que el Congreso no había proporcionado una autoridad suficientemente clara para adoptar una medida de tal envergadura. El tribunal puede —o no— restringir algunas de las acciones de Trump del mismo modo.

Luego está el plan de Trump de aumentar los aranceles. Es difícil estimar si tu situación financiera mejorará en su segundo mandato sin saber qué tanto éxito tendrá en imponer más aranceles, y cuánto podrían subir los precios al consumo como consecuencia de ello. Los mercados también pueden ser una especie de freno, dependiendo de cómo reaccionen los inversores a sus planes.

Los candidatos dicen muchas cosas, la mayoría de ellas en serio, cumplen muchas de ellas y alcanzan con éxito una fracción de sus objetivos.

Las propuestas políticas de Trump pondrían a la Seguridad Social en un terreno más inestable, aunque ha prometido no recortar ninguna financiación. (Joshua Bright/The New York Times)
Las propuestas políticas de Trump pondrían a la Seguridad Social en un terreno más inestable, aunque ha prometido no recortar ninguna financiación. (Joshua Bright/The New York Times)

Trump no es como la mayor parte de los políticos, pero todo lo que tenemos para seguir es el historial de lo que dijo que intentaría si ganaba. Lo que sigue es ese historial.

Durante el primer mandato de Trump, el Congreso aprobó la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos, que introdujo una serie de grandes cambios. Las tasas del impuesto federal sobre la renta bajaron para la mayoría de las personas, la deducción estándar casi se duplicó y el crédito tributario por hijos aumentó y pasó a estar disponible para más personas en muchos casos.

Pero muchos de los cambios de esa ley solo duran hasta finales de 2025. El Congreso tendrá que actuar para prorrogarlos y, cuando lo haga, podría introducir cambios adicionales.

El sitio web de la campaña de Trump tiene enlaces a la plataforma republicana, que dice que el partido planea hacer permanentes los cambios en la deducción estándar y el crédito tributario por hijos, además de “perseguir recortes fiscales adicionales”.

La plataforma también pide el fin de los impuestos sobre las propinas para los trabajadores de restaurantes y hostelería. Durante la campaña, Trump también planteó la posibilidad de eximir del impuesto sobre la renta el pago de las horas extraordinarias y las prestaciones de la Seguridad Social, y de no gravar impuestos sobre la renta en absoluto.

La ley de 2017 estableció un límite de 10.000 dólares a la deducción que los contribuyentes pueden aplicar en su declaración de la renta federal por determinados impuestos estatales y locales si detallan sus deducciones. Muchos residentes de estados con impuestos elevados, como Nueva York, California y Nueva Jersey, sufrieron un duro golpe.

Aunque Trump promulgó la llamada disposición SALT, en septiembre señaló su intención de revertir el cambio.

Se espera que un gobierno de Trump anule gran parte de la amplia reducción de la deuda estudiantil propuesta por Biden.

El presidente electo también ha prometido cerrar por completo el Departamento de Educación, pero se trata de una propuesta poco probable, ya que los legisladores tendrían que votar para disolver el organismo, según reportó nuestra colega Dana Goldstein.

Pero los cambios radicales dentro de la agencia no serán sorprendentes. Este año, un grupo de estados dirigidos por republicanos impugnó el nuevo programa de Biden para la devolución de los préstamos estudiantiles, que generaba pagos de préstamos más bajos que los planes anteriores. Conocido como SAVE, por sus siglas en inglés, el programa de reembolso basado en los ingresos fue congelado por los tribunales, lo que deja a sus ocho millones de inscritos en un limbo financiero hasta que se resuelva la situación legal.

No parece probable que Trump defienda el programa SAVE de Biden, aunque sí propuso un plan de reembolso basado en los ingresos en su presupuesto para 2020. Pero ese plan era más caro para los prestatarios: limitaba los pagos mensuales al 12,5 por ciento de los ingresos, más que el plan SAVE de Biden, del 5 por ciento. En el mismo presupuesto, Trump propuso cerrar el programa de Condonación de Préstamos por Servicio Público a los nuevos inscritos; el plan elimina la deuda estudiantil de los empleados del gobierno y de las organizaciones sin ánimo de lucro tras 120 pagos admisibles.

Durante su presidencia, Trump hizo retroceder o debilitó muchas de las iniciativas centradas en el prestatario creadas durante el gobierno de Obama, incluido un programa que cancelaba la deuda educativa de los estudiantes defraudados por sus escuelas y otro que responsabilizaba a las escuelas si sus graduados no ganaban lo suficiente para pagar sus préstamos estudiantiles.

La plataforma republicana a la que Trump enlazó desde el sitio web de su campaña prometía “promover la propiedad de la vivienda mediante incentivos fiscales y apoyo a los compradores primerizos”, pero no daba detalles.

Los presidentes no dictan las tasas hipotecarias, y el costo de un préstamo puede variar mucho durante cualquier periodo de cuatro años. Las tasas de la hipoteca estándar a tasa fija a 30 años alcanzaron el 6,79 por ciento esta semana, su nivel más alto desde julio. Las tasas hipotecarias suelen imitar el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, y esa cifra registró el miércoles su mayor subida en un día en más de dos años. La plataforma también mencionaba la apertura de “partes limitadas de terrenos federales” para la construcción de viviendas. Según el sitio web de la campaña de Trump, tiene previsto proponer un concurso nacional para que los participantes ayuden a desarrollar hasta 10 nuevas ciudades —del tamaño aproximado del Distrito de Columbia— en esos terrenos.

Durante su presidencia, Trump intentó derogar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA, por sus siglas en inglés), pero no lo consiguió, aunque tomó medidas que la debilitaron, por ejemplo, firmando una ley que eliminaba el mandato individual, que obligaba a la mayoría de las personas a mantener una cobertura de seguro o enfrentarse a una multa fiscal.

También permitió la expansión de los planes a corto plazo, que no cumplían las normas de la ACA —esos planes eran más baratos, pero a menudo proporcionaban una cobertura más escasa que podía denegarse por completo debido a afecciones preexistentes (incluido el embarazo)—.

Los estadounidenses aún podrían ver grandes cambios si su gobierno no hace nada respecto a la ACA: las subvenciones fiscales que reducen el precio de los seguros de asistencia sanitaria para las personas que compran cobertura a través de los mercados de Obamacare podrían desaparecer pronto.

Las subvenciones se aprobaron como medida temporal en 2021 y se prorrogaron mediante la Ley de Reducción de la Inflación en 2022. Está previsto que expiren a finales de 2025, y la campaña de Trump y muchos republicanos influyentes han dicho que no son partidarios de prorrogarlas. Eso significa que 20 millones de personas beneficiarias probablemente acabarían pagando cientos o miles de dólares más, y las personas que ganan 100.000 dólares o más perderían el acceso a la ayuda federal.

Se calcula que 3,4 millones de personas perderán el seguro si disminuyen las subvenciones y suben los precios, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.

Trump también ha dicho que presionaría para que las aseguradoras cubrieran la fecundación in vitro.

La campaña de Trump ha dicho que no recortará “ni un centavo” de la Seguridad Social. Pero sus propuestas políticas hasta ahora pondrían el programa en un terreno más inestable y “empeorarían drásticamente” sus finanzas, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo político no partidista.

La Seguridad Social se enfrenta desde hace tiempo a un problema de financiación, en gran parte debido a los cambios demográficos. Cada vez son más los baby boomers que cobran, y esos jubilados viven más tiempo. Al mismo tiempo, el descenso de la natalidad ha hecho que menos trabajadores contribuyan a los impuestos sobre las nóminas, que es la principal fuente de fondos de la Seguridad Social.

Se prevé que el fondo fiduciario que paga las prestaciones a los jubilados se agote en 2033. En ese momento, los ingresos fiscales serán suficientes para pagar el 79 por ciento de las prestaciones programadas: si no se hace nada, todos los beneficiarios verían reducirse sus cheques en un 21 por ciento.

Hay dos formas de resolver este problema: subir los impuestos o recortar las prestaciones, o alguna combinación de ambas, y ambas requieren la aprobación del Congreso.

Pero Trump ha propuesto recortar varios impuestos que ayudan a pagar el programa, como acabar con los impuestos sobre el pago de las horas extraordinarias y las propinas, lo que reduciría los impuestos sobre las nóminas. También quiere poner fin a los impuestos sobre las prestaciones de la Seguridad Social, una medida que pondría más dinero en los bolsillos de los jubilados, pero eliminaría otra fuente de ingresos.

Según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable, su plan de imponer aranceles elevados a las importaciones podría aumentar los precios, lo que significa que las prestaciones sociales también podrían aumentar, ya que reciben ajustes por el costo de la vida. Deportar a los inmigrantes no autorizados, otra promesa de Trump, reduciría el número de trabajadores inmigrantes que cotizan al programa. En conjunto, estas políticas acelerarían la insolvencia de los fondos fiduciarios y provocarían mayores recortes en las prestaciones, dijo el grupo.

En el pasado, Trump ha dicho que estaría abierto a recortes en programas de seguridad social como la Seguridad Social, pero luego se retractó de esas declaraciones.

Trump dijo que no recortaría Medicare y se comprometió a reforzar el programa —un cambio respecto a declaraciones anteriores—, pero no ha dado muchos detalles. Ha dicho que no quiere aumentar la edad de acceso y que apoya la financiación de las prestaciones de asistencia domiciliaria.

Al igual que la Seguridad Social, Medicare se enfrenta a déficits de financiación, y se prevé que no pueda pagar todas sus facturas hospitalarias a partir de 2036. Las reducciones fiscales de Trump aceleraron el agotamiento de un fondo fiduciario que paga la asistencia en hospitales, centros de enfermería especializada, asistencia domiciliaria y cuidados paliativos, según KFF, un grupo de investigación sobre política sanitaria.

Tampoco está claro qué ocurriría con algunas de las disposiciones más polémicas de la Ley de Reducción de la Inflación, que permite a Medicare negociar algunos precios de los medicamentos directamente con las empresas farmacéuticas. Eso podría reducir los precios al consumo y ahorrar dinero al programa. (También limita los costos mensuales de insulina a 35 dólares para los beneficiarios y limita a 2000 dólares el gasto de bolsillo en medicamentos recetados). La ley también obliga a las compañías farmacéuticas a efectuar pagos a Medicare si aumentan sus precios más rápidamente que la inflación.

Trump podría verse presionado por algunos republicanos que se han mostrado críticos con el programa, aunque no está del todo claro cuál es su postura.

En 2020, Trump estableció un modelo temporal y voluntario para limitar los costos de la insulina; menos de la mitad de todos los planes elegibles de la Parte D de Medicare decidieron participar, según KFF. El gobierno de Trump aprobó normas que permitían a los estados importar medicamentos recetados de Canadá, aunque se excluyeron muchos de los medicamentos más caros, y amplió la cobertura de la salud a distancia.

En su primer mandato, las propuestas presupuestarias de Trump exigían importantes recortes a Medicaid, el programa de seguro estatal-federal que cubre a unos 75 millones de estadounidenses, la mayoría de ellos de bajos ingresos. También permitió que los estados limitaran el gasto de Medicaid y aprobó exenciones que supeditaban la elegibilidad a requisitos laborales, que el gobierno de Biden retiró.

El elevado costo de los cuidados es una preocupación existencial para muchas personas mayores y para quienes aspiran a vivir mucho más tiempo, y muchos de ellos esperan permanecer en sus hogares a medida que envejecen. La plataforma republicana que Trump señaló desde el sitio web de su campaña señala la intención de “devolver recursos” a la asistencia a domicilio.

La continua escasez de trabajadores sanitarios a domicilio es un reto especial para los ancianos de bajos ingresos que dependen de Medicaid. Las listas de espera son habituales.

La plataforma republicana también menciona el apoyo a los cuidadores familiares a quienes no se les paga por ayudar a sus parientes. Esto vendría en forma de créditos fiscales, aunque la plataforma no especifica su cuantía.


Ron Lieber
es columnista de “Tu dinero” desde 2008 y ha escrito cinco libros, el más reciente The Price You Pay for College. Más de Ron Lieber


Tara Siegel Bernard
escribe sobre finanzas personales, desde ahorrar para estudiar en la universidad hasta pagar la jubilación y todo lo demás. Más de Tara Siegel Bernard

c. 2024 The New York Times Company

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