La humillante reunión con Trump por la que 'masacraron' a Peña Nieto ahora le toca a López Obrador

Fotos: AP
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La disputa por el poder en los Estados Unidos está en marcha. Existen sucesos que afectan la campaña del presidente Donald Trump, que aspira a ser reelecto, pero los efectos de la pandemia del Covid-19 en la salud y muerte de miles de ciudadanos, el estancamiento económico generado por la pandemia, las protestas y violencia en diversos estados por la discriminación racial, configuran un panorama adverso para sus aspiraciones políticas.

Las encuestas recientes ubican a Trump 14 puntos atrás de su adversario demócrata. Las preferencias electorales no le son favorables, lo ubican en la escena política en una situación de emergencia.

El contexto de la campaña de Trump lo llevó a recurrir a las estrategias que le dieron resultado cuando llegó al poder. Reanudó su campaña en Arizona donde regresó al tema del muro, cerrar las fronteras a las “amenazas” que llegan del sur, se fotografió en un tramo del muro y declaró que gracias a él se detuvo la inmigración ilegal y se frenó al coronavirus. Aprovechó la ocasión para elogiar al presidente Andrés Manuel López Obrador a quién, dijo, espera ver pronto en Washington. (La Jornada, 24 de junio de 2020)

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El presidente López Obrador, en su conferencia de prensa mañanera, manifestó que estaba dispuesto a viajar a Washington en julio, que lo haría en el contexto de la entrada en vigor del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá y expresó su deseo de incluir al primer ministro Justin Trudeau.

Para López Obrador reunirse con Donald Trump será un evento histórico que ayudará a México en la recuperación de la economía y en la creación de empleos y la oportunidad para agradecerle el apoyo que dio a México al autorizar que se entregaran a México ventiladores en los momentos de mayor intensidad de la epidemia del Covid-19.

Diferentes actores de la política criticaron la apresurada aceptación del presidente López Obrador a la invitación del presidente Donald Trump por considerar que lo había convocado por estar en plena campaña electoral. Fue cuestionado sobre si su visita a Washington es un riesgo político para México, si Joe Biden derrota en las elecciones a Donald Trump.

En su respuesta del presidente López Obrador descartó que su visita a Estados Unidos implique un riesgo político solo porque ese país está en un año electoral.

“No voy por cuestiones políticas-electorales, es una visita de Estado, es una visita que tiene que ver con el inicio, de nuevo lo expreso, del Tratado, creo que esto es de ayuda para México”.

En política los hechos son los que cuentan. Difícilmente Donald Trump hubiera invitado a López Obrador si las encuestas le fueran favorables. Lo evidente es que repite lo que hizo en su primera campaña, como utilizar a México como adversario, con lo que logró la invitación de Peña Nieto a Los Pinos, ahora está en una situación electoral adversa y ve a López Obrador como alguien útil para obtener votos. Necesita un empuje para ganar aceptación y el presidente mexicano “le viene como anillo al dedo”.

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Peña Nieto recibió en Los Pinos a Donald Trump y le dio trato de estadista. Los demócratas no lo perdonaron por considerar que ésta distinción le había ayudado para vencer a Hilary Clinton.

Las críticas para Peña Nieto fueron diversas, mayoritariamente en contra, entre las que estuvo la de López Obrador que, en aquel entonces, como candidato, reprobó lo que hoy hace como presidente.

En entrevista con Univisión, el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador comentó que Peña Nieto había “cometido dos grandes errores con Donald Trump. El primero, opina, es haberse involucrado en la campaña electoral de Estados Unidos, invitando al entonces candidato republicano a Los Pinos. Y el segundo, no comprender que la estrategia del nuevo presidente de Estados Unidos, de atacar a los mexicanos en su discurso, persigue un fin político y no económico.” (Univisión, 7 de febrero de 2017)

La rueda de la fortuna política da muchas vueltas y ahora toca a López Obrador repetir la historia. Tiene que hacer lo que antes reprobó en Peña Nieto. Lo cierto es que no tiene forma de zafarse. Su rápida aceptación es la evidencia de su debilidad frente al poder de Donald Trump y el reconocimiento de la dependencia de México frente a Estados Unidos.

Sus observaciones de antes valen. Es un error involucrarse en la campaña electoral de Estados Unidos y el discurso de Trump es político no económico. Ahora falta que se lo explique a los demócratas. ¿Y si gana Joe Biden, que va a decir?

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