Las sospechosas casas que pusieron a la 4T en el mismo lugar que AMLO tanto odió y criticó en el pasado
En diversas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que no miente, no roba y no traiciona y, por extensión, los ciudadanos pensamos que sus colaboradores comparten estas convicciones.
La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval debería de ser una militante del cumplimiento de los valores y principios presumidos por el presidente, no obstante, parece que no es así.
El periodista Carlos Loret de Mola presentó en su programa semanal Loret, divulgado por LatinUs en You Tube, una investigación en la que documenta que el patrimonio inmobiliario de Irma Eréndira Sandoval y su esposo, John Ackerman, académico en la UNAM, es de hasta 60 millones de pesos, en valor real de mercado, cantidad cinco veces mayor a la que aparece en su declaración patrimonial.
En el reportaje de Loret se afirma que en nueve años este matrimonio compró de contado cinco casas y que el salario de ambos, como académicos de la UNAM, es insuficiente para realizar una transacción de esa naturaleza.
La sexta propiedad, dice el reportaje, es la cesión en 2007, sin pago alguno, de un terreno por parte del Gobierno del Distrito Federal, que actualmente está valuado en seis millones de pesos.
El objetivo del reportaje de Loret de Mola fue poner en evidencia que la encargada de vigilar que los funcionarios de la 4T se conduzcan con verdad y transparencia, en su declaración patrimonial no dice la verdad y no corresponde a la realidad. O lo que es lo mismo, la responsable de hacer que los demás cumplan la ley, la viola.
La secretaria Irma Eréndira Sandoval dejó ir la oportunidad de demostrar que este gobierno no es igual que los del neoliberalismo y que los colaboradores de López Obrador sí están dispuestos a manejarse con transparencia. Para ello bastaba con que documentara y explicara el origen de su patrimonio para desmentir al periodista Loret.
La reacción de la secretaria Irma Eréndira Saldoval fue diferente. En su cuenta de Twitter expresó: “No permitiré que los sicarios mediáticos manchen mi nombre ni el de mi familia. Esta lucha va en serio y hasta el final”.
No permitiré que los sicarios mediáticos manchen mi nombre ni el de mi familia.
Esta lucha va en serio y hasta el final.https://t.co/9KT2h33GPI pic.twitter.com/WYAQy2otjS— Irma Eréndira Sandoval B. (@Irma_Sandoval) June 19, 2020
Peor aún, compartió un comunicado oficial por parte de la Secretaría de la Función Pública diciendo que su titular era una persona ejemplar y que su patrimonio no tenía lugar para la sospecha. En otras palabras, la secretaria prácticamente se autoexoneró y sin investigación de por medio. A la jueza anticorrupción nadie la puede juzgar, excepto ella misma. Y con su palabra basta.
No estamos obligados a explicarle nada a nadie con respecto al patrimonio privado que alcanzamos a construir con gran esfuerzo, y con las generosas aportaciones de nuestros familiares, antes de que Irma Eréndira ocupara cargo público alguno.
— John M. Ackerman (@JohnMAckerman) June 21, 2020
El esposo de la secretaria Saldoval, el académico John Ackerman, dijo en sus redes sociales que ni él ni su esposa entán obligados a explicar nada sobre la construcción de patrimonio y amenazó que denunciará a Carlos Loret en México y Estados Unidos por filtrar datos personales y lo hizo responsable por cualquier “agresión o extorsión que pudiera sufrir mi familia a raíz de su irresponsable y criminal reportaje”.
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La reacción de Irma Eréndira Sandoval fue ubicarse como víctima, lo que fue suficiente para que integrantes del gabinete salieran en su defensa. Fue la oportunidad de hacer un favor a la encargada de investigar los “malos manejos” y las “denuncias de corrupción” que se presentan en la secretaria de la Función Pública y que Sandoval “investiga” y “sanciona”, como hizo en el caso de Manuel Bartlett, que resultó inocente de lo que también documentó en otro reportaje Loret de Mola.
La red de los altos funcionario de López Obrador se activó, Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, dijo en Twitter: “Expreso mi solidaridad a @Irma_Sandoval, secretaria de la @SFP_mx, y a toda su familia, por la reciente difusión de información alejada de la realidad, resultado de la natural resistencia al cambio que vive México. Unidas y unidos continuaremos adelante con la #4T del país.
La secretaria de Energía, Rocio Nahle: “Mi solidaridad, apoyo y cariño para @Irma_Sandoval y su familia. Sabíamos desde el principio al embate que íbamos a estar expuestos precisamente al implementar el cambio de régimen. Tal parece que la única herramienta que les queda a los opositores e inconformes es la calumnia.”
Llamó la atención la solidaridad del subsecretario Hugo López Gatell, que no sabe cuándo se aplanará la curva, pero manipula la atención de los medios: “Las campañas de desinformación contra la Dra. Irma Eréndira Sandoval @Irma_Sandoval y su familia provienen de los grupos de interés que se resisten a la eliminación de la corrupción ¡Mi reconocimiento y absoluta confianza en nuestra Secretaria! @SFP_mx”.
La 4T y su encargada de enseñar a la nación que este gobierno no es como los de antes dejaron pasar la oportunidad de demostrarlo. Refrendaron su práctica de hacerse víctimas, encontrar culpables, descalificar, amenazar y señalar a sus críticos como opositores a su proyecto de país.
Nadie olvida la ocasión en que fue ventilado el origen (y el consabido conflicto de interés) de la costosa propiedad de la entonces esposa de Peña Nieto en su periodo como presidente. Primero vino la indignación y Angélica Rivera, en episodio dramático e histriónico, salió a decir prácticamente lo mismo que el matrimonio Sandoval-Ackerman: que todo era producto de su trabajo (aunque a primera vista los números no cuadren para el salario de académicos de la UNAM como tampoco lo fue entonces para una actriz), complementado con cesiones y productos de herencias que además no tenían porque explicarle a nadie.
Se les olvida que una de las mayores críticas de López Obrador hacia los gobiernos que lo antecedieron fue justo que los gobernantes se sentían libres de rendir cuentas. El presidente aborreció y con razón esas prácticas donde la apariencia prevaleció con el único fin de ocultar intereses y riquezas. Y todos coincidimos en que la investigación de la ‘casa blanca’ lució y brilló como una completa farsa al ser nombrado un amigo Peña Nieto al frente del proceso. Esta vez ni a simulación llegamos, y eso es lo más lamentable y vergonzoso.
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