La fascinante historia de la República de Lanfang, la primera democracia china que duró 107 años

Su estructura organizativa tenía un presidente electo, un consejo ejecutivo, un parlamento, una asamblea pública, un templo y un cuartel militar

Boceto de Borneo realizado por un artista desconocido en 1845. (Foto de The Print Collector/Heritage Images vía Getty Images)
Boceto de Borneo realizado por un artista desconocido en 1845. (Foto de The Print Collector/Heritage Images vía Getty Images)

La historia del sudeste asiático tiene un capítulo fascinante que ha quedado en el olvido: La República de Lanfang, un proyecto pionero fundado por migrantes chinos en Borneo Occidental en 1777, que intentó establecer la primera república democrática en Asia.

Los sultanatos musulmanes reclutaron trabajadores del sur de China en el siglo XVIII para explotar los depósitos de estaño y oro en esa región que actualmente pertenece a Indonesia. Los chinos se habían convertido en mano de obra barata y confiable desde que se vieron obligados a emigrar en grandes oleadas luego de la caída de la dinastía Ming ante los manchúes en 1662.

Los migrantes chinos eran una comunidad heterogénea formada por refugiados políticos, comerciantes y aventureros que se organizaron en asociaciones de clanes conocidos como ‘kongsi’ de acuerdo a sus apellidos y su pueblo natal. Borneo tenía unos cincuentas kongsi, que eran considerados entidades políticas autónomas con su propio gobierno y hasta su propia moneda.

Pero la armonía entre los kongsi no duró por mucho tiempo. Las pugnas por los territorios y la continuidad de las rivalidades entre los clanes desde su salida de China propició estallidos de violencia. La solución para restaurar la paz fue crear una federación de asociaciones que agrupó a catorce kongsi de la región de Monterado en Borneo Occidental.

Fundado en 1776, el llamado Heshun Catorce Kongsi fue pionero al funcionar con una estructura organizativa democrática con un presidente electo, un consejo ejecutivo similar a un consejo de ministros, un parlamento electo, una asamblea pública, un templo y un cuartel militar.

Los funcionarios eran seleccionados de todas los clanes chinos. Esta estructura no solo fomentó la cohesión social entre los inmigrantes chinos, sino que también les dio una ventaja organizativa sobre otras comunidades y colonias en Borneo.

Aunque no tenían un ejército permanente, entrenaban a algunos miembros del clan para enfrentarse en una guerra en caso de que fuera necesario. Su primer líder fue Xie Jiebo.

A pesar del éxito de esa primera federación todavía quedaban muchos kongsi sin agrupar hasta que surgió el liderazgo de Luo Fang Bo, un hombre culto y sereno que migró a Borneo en busca de fortuna después de fracasar en los exámenes imperiales. Su buen desempeño como maestro y minero le valió el respeto de sus compatriotas y fue nombrado jefe del Lanfang Kongsi, que originalmente se dedicaba a la agricultura.

Bandera de la República de Lanfang. (Getty Images)
Bandera de la República de Lanfang. (Getty Images)

En 1777, Luo Fang Bo decidió seguir la estructura de Heshun y creó otra federación para organizar los kongsi restantes en la ciudad de Mandor.

La economía de Lanfang se basaba en la minería de oro y la producción de caucho, pero también se destacaban en la agricultura y el comercio. La república estableció redes comerciales con otros estados y colonias en el sudeste asiático, así como con China. Estos intercambios comerciales fueron cruciales para la prosperidad de Lanfang, permitiendo la importación de bienes y la exportación de sus productos.

Además de la minería, Lanfang desarrolló una infraestructura agrícola robusta, que incluía el cultivo de arroz, que fue fundamental para la autosuficiencia alimentaria de la comunidad. La administración eficiente y la inversión en infraestructura, como caminos y canales, facilitaron el crecimiento económico y la integración de diferentes sectores de la economía.

Pero no todo fue color de rosas. La relación de Lanfang con las tribus nativas de Borneo fue compleja. Los conflictos comenzaron porque debían competir por los recursos naturales, sumados a las diferencias culturales. La salida fue establecer alianzas con las tribus locales, al proporcionarles acceso a productos y tecnología traídos por los inmigrantes chinos, mientras que los habitantes originarios de Borneo ofrecían apoyo y conocimientos locales.

En el ámbito de las relaciones internacionales, Lanfang mantuvo contactos diplomáticos y comerciales con otros estados en el Sudeste Asiático. Su independencia y organización única llamaron la atención de potencias coloniales como los holandeses, quienes eventualmente verían en Lanfang una entidad a integrar o subyugar.

Luo Fa Bo murió en 1795 después de 19 años como presidente de Lanfang. Sería sucedido por otros 12 presidentes antes de la disolución de la república en 1884.

A pesar de su éxito inicial, el mayor desafío que enfrentó la República de Lanfang fue la expansión colonial europea del siglo XIX. Los holandeses, que ya tenían una fuerte presencia en Indonesia, comenzaron a ver a Lanfang como un obstáculo para sus ambiciones coloniales.

Vista de Mariana's Oord, tomada desde la residencia de las autoridades holandesas en Pontianak, 1800-1900. El puerto comercial de Pontianak fue incorporado a las Indias Orientales Holandesas luego de la derrota de la República de Lanfang. Creador: J.E. Ljung. (Foto de Heritage Art/Heritage Images vía Getty Images)
Vista de Mariana's Oord, tomada desde la residencia de las autoridades holandesas en Pontianak, 1800-1900. El puerto comercial de Pontianak fue incorporado a las Indias Orientales Holandesas luego de la derrota de la República de Lanfang. Creador: J.E. Ljung. (Foto de Heritage Art/Heritage Images vía Getty Images)

En 1884, después de varias décadas de tensiones crecientes, las fuerzas holandesas lanzaron una serie de ataques contra Lanfang. La república, aunque bien organizada, no pudo resistir la avanzada tecnología militar y la superioridad de los holandeses. La administración de Lanfang fue finalmente disuelta, y su territorio se incorporó al dominio colonial neerlandés.

Después de la guerra con los holandeses, muchos chinos permanecieron en Borneo Occidental o se trasladaron al Borneo británico.

Los historiadores se preguntan si la República de Lanfang fue una verdadera democracia. El sinólogo holandés J. J. M. de Groot y los intelectuales chinos Liang Qichao y Luo Xianglin creen que se trató de un sistema democrático. Pero otros académicos como Mary Somers Heidhues consideran que los líderes gobernaban de manera autoritaria y que en realidad el poder lo ejercían los poderes económicos y que los agricultores eran ciudadanos de segunda clase. Otros como Zhang Wei'an y Zhang Rongjia concluyen que no hay suficientes evidencias para determinar si Langfang Kongsi constituía un país o una verdadera república comparable a los Estados Unidos.

Lo más relevante es que la República de Lanfang se ha convertido en un mito sobre el espíritu pionero y la capacidad democrática del pueblo chino

Fuentes: Johorkaki, South China Morning Post, World History Connected

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