El primer ministro de Groenlandia impulsa la independencia de Dinamarca tras las declaraciones de Trump
El primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, ha pedido que la isla del Atlántico Norte se independice del Estado de Dinamarca durante su discurso de Año Nuevo. La isla más grande del mundo, en la que viven unas 57.000 personas, fue colonia danesa hasta que se convirtió en territorio autónomo de Dinamarca en 1979.
Desde 2009, Groenlandia tiene derecho a declarar su independencia mediante referéndum. "La historia y las condiciones actuales han demostrado que nuestra cooperación con el Reino de Dinamarca no ha logrado crear una igualdad plena", declaró Egede, miembro del partido independentista Comunidad del Pueblo (IA).
"Ha llegado el momento de que nuestro país dé el siguiente paso", añadió. "Al igual que otros países del mundo, debemos trabajar para eliminar los obstáculos a la cooperación, que podemos describir como los grilletes del colonialismo, y avanzar".
El discurso de Egede de esta semana se produjo después de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, reiterara su deseo de comprar Groenlandia a Dinamarca, tras haberlo expresado también durante su primer mandato. En respuesta a los últimos comentarios de Trump, Egede dijo la semana pasada que Groenlandia "no está en venta y nunca lo estará".
Groenlandia recibe unos 500 millones de euros al año de Dinamarca
El independentismo está ganando impulso debido en parte a las múltiples revelaciones de mala conducta por parte de las autoridades danesas el siglo pasado, incluyendo una campaña de anticoncepción forzada en las décadas de 1960 y 1970. Egede considera que un referéndum de independencia podría coincidir con las próximas elecciones parlamentarias de abril: "Ya se ha empezado a trabajar en la creación del marco para Groenlandia como Estado independiente", declaró. "Es necesario dar pasos importantes. El próximo periodo electoral debe, junto con los ciudadanos, crear estos nuevos pasos".
Groenlandia, cuya capital, Nuuk, está más cerca de Nueva York que de Copenhague, es rica en recursos minerales, petróleo y gas natural, pero depende económicamente de Dinamarca, de quien recibe unos 500 millones de euros al año.
La isla, que alberga una gran base aérea de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, es estratégicamente vital para el Ejército estadounidense. Tras las últimas declaraciones de Trump sobre la posible compra de la isla el mes pasado, Dinamarca anunció que aumentaría el gasto en Defensa en al menos 1.300 millones de euros, aunque el ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, aseguro que el aumento del gasto militar era solo una "coincidencia irónica del destino".