Japón propone añadir otra especie a sus normas de caza comercial de ballenas

TOKIO (AP) — La Agencia Japonesa de Pesca propuso el jueves un plan para permitir la caza de rorcual común además de las tres especies de ballena más pequeñas que autoriza ahora la norma de caza comercial de ballenas en torno a sus costas.

La propuesta se hacía cinco años después de que Japón reanudara la caza comercial de ballenas dentro de su zona económica exclusiva, tras retirarse de la Comisión Ballenera Internacional en julio de 2019. Esa decisión puso fin a 30 años de lo que Tokio llamaba “caza de investigación”, que había sido criticada por conservacionistas como una tapadera para la caza comercial prohibida por la CBI en 1988.

El secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi, cuyo distrito electoral es conocido por su tradición ballenera, dijo que su gobierno apoya un uso sostenible de las ballenas como parte de la cultura tradicional culinaria japonesa y que tiene previsto impulsar el sector.

“Las ballenas son importantes fuentes de alimento y creemos que deben utilizarse de forma sostenible como cualquier otro recurso marino, en función de las evidencias científicas”, dijo Hayashi a la prensa. “También es importante heredar la cultura tradicional alimentaria de Japón”.

La Agencia de Pesca dijo el jueves que había empezado a buscar comentarios del público sobre la revisión propuesta de su plan de control de recursos marinos. La consulta pública termina el 5 de junio y la agencia confía en que el plan se apruebe en su próxima reunión a mediados de junio, según las autoridades.

La agencia decidió añadir al rorcual común, también llamado ballena de aleta, a la lista de capturas permitidas después de los sondeos de población confirmaran una recuperación suficiente de la población de esos cetáceos en el Pacífico norte, según las autoridades.

El plan no pretende incrementar el suministro de carne de ballena, y los balleneros que cacen rorcuales no tendrán que cumplir necesariamente una cuota, indicó un funcionario de la agencia bajo condición de anonimato debido a los sensible del asunto.

Para este año, la agencia ha marcado una cuota combinada de capturas de 379 ejemplares de las otras tres especies de ballenas.

La industria ballenera comercial capturó el año pasado dentro de la Zona Económica Exclusiva de Japón 294 ballenas minke, de Bryde y rorcuales sei, menos del 80% de la cuota y menos de los que había cazado en el océano Antártico y el noroeste del Pacífico dentro del programa de investigación.

La caza de ballenas en Japón es desde hace mucho una fuente de controversia y ataques de conservacionistas, aunque las protestas contra esa práctica se han reducido en gran parte desde que Japón puso fin a sus criticadas cazas de investigación en el Antártico en 2019 y recuperó la caza comercial limitada a las costas japonesas. La investigación ballenera japonesa fuera de su ZEE se limita a estudios no letales.

El consumo de carne de ballena era una fuente asequible de proteína durante los años de malnutrición en Japón tras la II Guerra Mundial. El consumo anual tocó techo a principios de la década de 1960, con más de 230.000 toneladas. La ballena fue rápidamente sustituida por otras carnes y el suministro ha caído desde entonces a unas 2.000 toneladas en los últimos años, según estadísticas de la agencia pesquera.

Los responsables de caza de ballenas quieren elevar esa cifra a unas 5.000 toneladas para mantener la industria a flote mientras promocionan el consumo de carne de ballena. La compañía ballenera Kyodo Senpaku Co. introdujo el año pasado máquinas de venta automática de carne de ballena. La firma también completó la construcción de su nuevo barco nodriza Kengei Maru, de 9.300 toneladas y valorado den 7.500 millones de yenes (48 millones de dólares), que la firma prometió utilizar para la caza sostenible de ballenas.