Henry Martín, el ídolo americanista que supo ganarse su lugar con goles y respeto a la historia

Henry Martín ha entendido al americanismo en cada ámbito de su carrera. Los 98 goles que lo colocan como el séptimo mejor goleador histórico son apenas un parámetro. El capitán del América vive su mejor momento y está alcanzando la categoría más selectiva en esa institución: la de ídolo. Se trata de una clasificación subjetiva que no necesariamente se rige con números. Por ejemplo, el último gran ídolo azulcrema mexicano fue Cuauhtémoc Blanco, aunque sólo ganó un título oficial —hay jugadores con más logros que no despiertan la misma adoración—.

No es fácil entrar ahí. Pero Martín lo ha conseguido no sólo por sus anotaciones y los cuatro títulos oficiales que ha ganado como americanista. También ha influido, de manera decisiva, la forma en la que comprende a su equipo y su historia. Las Águilas aplastaron 9-2 en el global (4-0 en la Ida, 5-2 en la Vuelta) a New England Revolution en los Cuartos de Final de la Concacaf Champions League. Fue una serie que no representó mayor problema para el equipo de André Jardine, pero que dejó una postal inolvidable gracias a Henry Martín.

Anotó el tercer gol de la noche en el Estadio Azteca tras un remate de cabeza. Y en su festejo, hizo una emotiva emulación de la celebración que hacía Salvador Cabañas: el botín arriba de la cabeza y mostrando los músculos en los brazos. Fue el homenaje completo, por recordar a Cabañas y porque fue justamente al paraguayo al que alcanzó en el listado de máximos anotadores americanistas en todos los tiempos.

Y en ese camino tiene a la mano el registro de Carlos Reinoso, que tiene 99 tantos. Luego viene Eduardo González Palmer, con 101 anotaciones. Si Martín lograr superarles, entonces tendrá como siguiente objetivo a Enrique Borja, que tiene 104 goles. Y si la misión es exitosa, estará ya entre los cinco mejores goleadores del América. El podio, eso sí, luce lejano: Octavio Vial (152), Cuauhtémoc Blanco (153) y Zague con 188. Son palabras mayores y más si se toma en cuenta que todavía hace dos años se cuestionaba su presencia en el América y no pocas voces pidieron su salida ante la falta de resultados.

Y de hecho tampoco cuando las cosas empezaron a mejorar fue suficiente. Cada eliminación del América en Liguilla, hasta antes del título de diciembre, tuvo un toque doloroso. Martín fue cuestionado por no aparecer en los momentos importantes. Hoy también ha terminado con esa sombra y su perfil de ídolo es total. Los festejos ante Chivas, equipo al que le tiene tomada la medida con seis goles en todas las competencias, han sido memorables para el americanismo.

Ha demostrado que siente la identidad azulcrema aunque Chivas mostró interés en él justo cuando peor la estaba pasando en el Nido. "Cómo cambia la cosa...yo no pedí nada, ellos me contactaron y dijeron cosas, platicaron, para mí fue la mejor decisión no huir de América, tener en contra a la afición, los abucheos, haberme ido era huir de lo que está viviendo, al final de cuentas crecí", contó el mes pasado en el Día de Medios previo al Clásico.

Hoy Henry Martín ha confirmado que lo suyo no es un momento. No es una realidad pasajera; es una constancia que le alcanza ya para sentarse en una mesa histórica. Su contrato acaba este torneo y no hay noticias nuevas sobre su renovación, pero pase lo que pase, Martín ha dejado ya su huella en Coapa. Y un ejemplo para todos los delanteros del futuro: la única forma de poner la balanza a favor es con goles. Luego ya viene la honra a la historia. Eso no es para cualquiera y es lo que vuelve diferente a Henry Martín.

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