Germán Pezzella en River: el zaguero que Marcelo Gallardo dejó ir a Europa y lo recupera para que sea caudillo

Germán Pezzella, con el penal Monumental de fondo, en su regreso a River
Germán Pezzella, con el penal Monumental de fondo, en su regreso a River - Créditos: @X

Hace nueve años, Marcelo Gallardo le hizo saber que lo necesitaba, que lo quería tener para los play-offs de la Copa Libertadores que River levantó unos meses después en el Monumental tras la final ante Tigres. Pero el director técnico se puso en el lugar de Germán Pezzella, comprendió la posición del futbolista al que le llega una oferta desde una de las principales ligas de Europa, y no se interpuso en su transferencia a Betis.

“Costó irme de River, venía trabajando desde hacía años. Si bien Jony [Jonatan] Maidana había tenido algunas lesiones, el titular era él. Con 23 años, yo necesitaba crecer, tener 30 partidos seguidos para demostrar el nivel que podía dar. Fue difícil porque se dio en medio de la Copa Libertadores”, expresó Pezzella al canal de streaming Clank, antes de la última Copa América, cuando su regreso a Núñez se empezaba a cocinar a fuego muy lento.

Germán Pezzella, en sus primeras prácticas en River
Germán Pezzella, en sus primeras prácticas en River - Créditos: @X

Pezzella ya había sido un reclamo de Martín Demichelis, pero las gestiones se dilataban, River no se decidía a ejecutar una cláusula de rescisión (cuatro millones de euros) que el propio zaguero central había negociado a la baja con Betis para que estuviera al alcance de su club de origen. Pezzella tampoco deseaba forzar más la situación por gratitud hacia el club andaluz, donde fue apreciado y muy reconocido. No quería irse mal, era su comentario en la intimidad. La negociación se diluía, hasta que volvió Gallardo y se transformó en su primer refuerzo, todo se aceleró, no hubo más obstáculos.

El bahiense se puso la camiseta rojiblanca y pisó un Monumental que, aun vacío, lo emocionó al recorrer con su vista la capacidad ampliada del estadio que se despidió en 2015. “Muy feliz, no veía la hora de volver a pisar esta cancha que tantos recuerdos me trae y tanto amamos. Esto recién arranca”, fue su mensaje en un corto video en la cuenta X oficial del club.

Pezzella regresa tras nueve temporadas en Europa, distribuidas entre Betis (cinco) y Fiorentina (cuatro). En ese lapso también integró los planteles del seleccionado argentino que es campeón del mundo, bicampeón de la Copa América y de la Finalissima. Salvo en la reciente definición ante Colombia, ingresó en las otras tres. Es el primer campeón del mundo que regresa a nuestro fútbol, luego de que se desvanecieran definitivamente las ilusiones por Lionel Messi y Ángel Di María, y que varios más no tengan entre sus prioridades una vuelta en el corto plazo.

“Mi mujer y yo somos muy pro Argentina, no renegamos de nuestro país. Y como no tenemos hijos, la decisión de volver o no es más sencilla, depende de nosotros dos. En España, cuando no hay partido ni me entreno, por la tarde soy Germán. Me siento en la plaza con mi mujer a tomar mate, la gente saluda y sigue. Pasar tanto tiempo en el exterior te llevar a vivir de una manera diferente de la Argentina”, agregó sobre las cuestiones personales que puso en la balanza.

En febrero, en una entrevista con LA NACION, Pezzella ya empezaba a vislumbrar el actual escenario: “Ojalá tenga otra etapa en River. Pero River es mucho más grande que yo, esto no se trata de levantar la mano y decir ‘che, voy a volver’. No. Acá es cuestión de que yo le pueda aportar algo positivo al club, y que el club me necesite. En mi cabeza está volver, si se me permite, y no para ir a saludar a la gente, sino para competir, porque es lo que pide la grandeza de River”.

Por supuesto que lo necesitan, lo fueron a buscar para corregir uno de los principales déficits del equipo: la blandura defensiva, la falta de un complemento para el chileno Paulo Díaz. Será considerado por delante de Leandro González Pirez, Federico Gattoni y Sebastián Boselli. Con 33 años cumplidos en junio, su misión será la de liderar desde un primer momento, porque River se juega el año desde el próximo miércoles en la serie ante Talleres por los octavos de final de la Copa Libertadores. “No podés llegar mal a un partido de copa”, alertó Gallardo el día de su presentación.

Aquel gol a Boca, jugando de 9, bajo un diluvio

Pezzella deberá recurrir a su profesionalismo y experiencia para atravesar una adaptación exprés. A causa de una micro-fractura en el dedo de un pie que puso en riesgo su participación en la Copa América, no disputa un partido completo desde el 28 de abril, en un 1-1 en el clásico Betis-Sevilla. Incorporado al seleccionado, sumó 83 minutos en el 2-0 a Perú por la Copa América.

En Pezzella se puede esperar un caudillo por firmeza, ubicación y temperamento controlado. Trabaja su mente de deportista con el psicólogo deportivo Marcelo Roffé. “Nos creemos invulnerables, que podemos tragar y guardar, pero en algún momento todo sale”, dice quien se ve como director técnico cuando se retire. “En Italia aprendí mucho a afrontar los duelos individuales con el delantero, también a nivel táctico fue una escuela muy importante. La salida de la pelota tomó una gran importancia para un zaguero central por la evolución del juego en los últimos años, sobre todo por lo la influencia y el estilo que impuso Guardiola”, expresó este amante del básquetbol desde chico, que después de ver la serie The Last Dance, sobre la carrera de Michael Jordan, se transformó en un ávido lector de las biografías de Kobe Bryant, Magic Johnson y Phil Jackson.

Para quien haya perdido de vista en qué clase de jugador se transformó Pezzella durante casi una década en Europa, Manu Fajardo, director deportivo de Betis, lo describía en abril para este diario: “Germán representa esa capacidad de liderazgo que tienen los futbolistas argentinos, esa garra, esa entrega. Es un ejemplo para todos y es el primero en llegar cuando las cosas no están saliendo como queremos. Estamos encantados con que represente a la institución. Por eso, también es uno de nuestros capitanes”.

Un cabezazo para asegurar el título de la Copa Sudamericana 2014

En su primera etapa en River, Pezzella disputó 69 partidos, hizo cinco goles, dio una asistencia, nunca fue expulsado y obtuvo cuatro títulos. Se incorporó a River con 15 años, después de una ardua gestión para que Olimpo de Bahía Blanca le diera el pase. De esos cinco tantos, dos están en las retinas de los hinchas. Ambos fueron en el Monumental. Uno, en la final de la Copa Sudamericana 2014 ante Nacional de Medellín (tenía de arquero a Franco Armani). El otro, él ya lo contó en más de una ocasión, para empatarle a Boca, bajo un diluvio: “Cada vez que nos vemos con Marcelo nos reímos de esa situación. Yo estaba entrando en calor, nunca pensé que iba a entrar porque estábamos perdiendo, para qué va a necesitar un defensor, pensaba. Marcelo me llama y me dice ‘andá y parate adelante’. Lo miro y le pregunto: ‘¿Pero qué, me quedo ahí?’. ‘Vos quédate que te van a llegar centros y vas a hacer un gol’, me respondió. Pensé, en cuanto las dos primeras pelotas me pasen lejos, nos van a querer matar a todos, a él y a mí. Mis compañeros me preguntaban qué hacés. Me dijo que me quede acá, les decía. Y en el primer centro que cae metí el gol. Inmediatamente lo expulsan a Ramiro (Funes Mori) y volví a la defensa. Duré cinco minutos de 9, pero ya estaba el trabajo cumplido. Ese gol fue un quiebre para mi confianza, porque en ese momento no era titular”.

Pezzella figura en el plantel campeón de la Copa Libertadores 2015. Disputó hasta los cuartos de final, frente a Cruzeiro. Después se fue a Europa. Si le quedó por completar el tramo decisivo, ahora tendrá la oportunidad, con Gallardo como puente entre el viaje de ida y el de vuelta.