Estado de emergencia por la sequía en Sicilia: ¿Escasez de agua o mala gestión?

Estado de emergencia por la sequía en Sicilia: ¿Escasez de agua o mala gestión?

En los últimos seis meses de 2023, sólo cayeron 150 milímetros de lluvia en Sicilia, una isla que es incluso más grande que algunos países.

Pocos meses después, el Gobierno de la región declaró el estado de emergencia debido a la sequía. Los expertos advirtieron de que podría ser la tercera peor crisis hídrica que haya sufrido la isla en toda la historia.

Dado que gran parte de la población y la economía de la localidad dependen de la agricultura, la falta de agua tiene consecuencias generalizadas.

El cambio climático está dejando muchas zonas del sur de Europa en sequía. ¿Pero realmente es el culpable de la crisis de Sicilia o el problema es la falta crónica de financiación que ha recibido el sur de Italia por parte del Gobierno nacional?

Los granjeros de Sicilia luchan por alimentar a sus animales

Donatella Vanadia, veterinaria y propietaria de una empresa agrícola en la isla, ha visto cómo la producción de heno, un alimento vital para el ganado, se ha visto gravemente afectada por la sequía. "Creo que la producción (de heno) no superará el 30% o el 40%", explica a 'Euronews Green'.

La cosecha de malas hierbas para hacer heno también se ve afectada por la imprevisibilidad de las lluvias primaverales: la crisis climática está provocando patrones meteorológicos inusuales en toda Europa.

La escasez de agua podría provocar que las vacas produjeran menos leche, menos crías y, en casos extremos, podría enviar más animales al matadero.

"El impacto es enorme, agravado por el de años anteriores. Esto también afecta a los productos de los animales, ya que no tienen las condiciones fisiológicas adecuadas. Es una auténtica catástrofe inminente", añade Vanadia.

La falta de precipitaciones invernales ha hecho que la isla no haya recogido el agua necesaria para uso urbano y agrícola en previsión de un verano especialmente cálido, con repercusiones potencialmente graves para el medio ambiente y las personas.

Incluso cuando llueve, los embalses no pueden almacenar la lluvia

En Sicilia, el agua potable suele extraerse de los acuíferos, capas subterráneas de roca que contienen agua, mientras que el agua para los cultivos se almacena en grandes depósitos que se construyeron después de la Segunda Guerra Mundial. Ambos sistemas dependen de las abundantes lluvias invernales que antes eran habituales, pero que en los últimos años se han vuelto cada vez más escasas.

"Desde 2003, y agravándose en los últimos años, Sicilia ha sufrido una reducción de las precipitaciones superior al 40%, lo que ha provocado una importante disminución de la captación de agua por parte de los principales embalses de abastecimiento, afectando especialmente a la distribución", explica el profesor del Departamento de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de la Universidad de Catania, Giuseppe Luigi Cirelli.

"A esto hay que añadir la falta de mantenimiento de la red de riego en los últimos 25 años, que ha provocado un descenso significativo de la capacidad de los embalses, incluso cuando teníamos agua", afirma Cirelli.

Presa, Caltanissetta, Sicilia.
Presa, Caltanissetta, Sicilia. - CIA

Para agravar el problema, ahora vive más gente en la zona de Catania, la segunda ciudad más grande de Sicilia después de la capital, Palermo.

El descenso del nivel freático debido a la crisis climática ha dificultado gradualmente la infiltración de agua en los acuíferos, lo que ha provocado una disminución del agua destinada a convertirse en agua potable, explica Cirelli.

La fragmentación complica la gestión

Otra razón que los expertos atribuyen a la falta de intervenciones y al descenso de los niveles de agua es la gestión fragmentada de los sistemas hídricos, en la que intervienen múltiples entidades, lo que complica la situación.

"Hay que pasar de una gestión fragmentada a un enfoque centralizado que consolide las inversiones y adopte una comprensión orgánica del territorio", explica a 'Euronews Green' Antonio Coniglio, director de Acoset, una empresa de distribución de agua y gestión de aguas residuales de Catania.

"Es evidente que en otras partes de Italia se ha abordado el problema, y las pérdidas se han reducido a menos del 50% gracias a la gestión centralizada y a las inversiones".

Según Coniglio, 40 años de abandono han provocado una pérdida de agua del 75%. Esto podría dar lugar a inevitables restricciones de agua, lo que significa que no hay agua disponible a determinadas horas del día.

Vacas pastando, Vizzini, Provincia de Catania, mayo de 2024.
Vacas pastando, Vizzini, Provincia de Catania, mayo de 2024. - Greta Ruffino/Euronews

En Sicilia, la agricultura familiar no es sostenible

Muchos jóvenes sicilianos llevan la agricultura en la sangre y quieren seguir cultivando la tierra. Pero la crisis del agua está llevando a algunos jóvenes agricultores a cerrar sus negocios y abandonar Sicilia, como explica Riccardo Randello, presidente de AGIA Sicilia (Asociación de Jóvenes Empresarios Agrícolas).

"Las cadenas de suministro están sufriendo mucho, y la producción está bajando. Desde los cítricos a la industria del aceite de oliva, pasando por la producción de cereales, prácticamente todos los cultivos mediterráneos están experimentando el impacto de esta sequía", afirma.

"Prefiero llamarla crisis del agua porque atribuirla únicamente al cambio climático es inexacto. Hoy en día, la crisis es global y grave, y exige una actuación enérgica por parte de los gobiernos", añade.

La hierba no crece más de unos pocos centímetros. Vizzini, Provincia de Catania, mayo de 2024.
La hierba no crece más de unos pocos centímetros. Vizzini, Provincia de Catania, mayo de 2024. - Greta Ruffino/Euronews

¿Cómo intenta el Gobierno italiano evitar la crisis?

Este mes, el Gobierno italiano asignó una partida inicial de 20 millones de euros a Sicilia para hacer frente al estado de emergencia regional provocado por la sequía.

Para Graziano Scardino, presidente de la Confederación de Agricultores Italianos de Sicilia, los fondos son sólo la punta del iceberg. "A día de hoy, por desgracia, el estado de emergencia, e incluso lo propuesto en el plan regional, son completamente insuficientes", afirma.

"Lamentablemente, no hay nada que pueda compensar las pérdidas de los agricultores; los daños verificados hoy superan los 1.000 millones de euros. Creemos que, después de las elecciones europeas, la política debe intervenir para garantizar medidas de compensación serias y no normas simples que se quedan en el papel."