Pasó 33 años fotografiando una roca tras un desastre ecológico: así fue cambiando

Un trabajo magnífico de documentación lleno de sorpresas

Un equipo de biólogos del NOAA lleva 33 años fotografiando la misma roca en Alaska | NOAA
Un equipo de biólogos del NOAA lleva 33 años fotografiando la misma roca en Alaska | NOAA

Apenas habían pasado unos minutos de la medianoche del 24 de marzo de 1989, cuando un error en el puente de mando del gran petrolero Exxon Valdez desencadenó uno de los mayores desastres medioambientales de la historia reciente. Una maniobra imprevista para esquivar un grupo de icebergs junto a las costas de Alaska inició una cadena de errores que desembocaron con el buque chocando contra el arrecife de coral de Blight Reef en el bello estrecho de Prince William. El nombre de “Exxon Valdez” aún resuena, tres décadas más tarde, en el imaginario popular al igual que aquellas 38.000 toneladas de crudo vertidas al océano aún despliegan consecuencias nefastas en nuestros días.

Por aquella época las labores de limpieza de un vertido de tal magnitud representaban toda una incógnita. Miles de voluntarios y docenas de cuadrillas de limpiadores del NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) se afanaban en recoger el crudo pero la tarea les superaba y pronto entendieron que no serían capaces de limpiarlo todo. El vertido se extendía por las aguas del Prince William Sound hasta llegar al océano, arrasando a su paso con la vida marina. Mientras el crudo estaba flotando en el agua resultaba más fácil de acorralar y recoger, pero una vez que tocaba la costa, se pegaba a las piedras y era casi imposible de retirar sin utilizar productos químicos. Los responsables de la limpieza se preguntaron entonces si sería peor una limpieza con esos productos o dejar el petróleo pegado a las rocas y esperar a que el ecosistema se limpiara a sí mismo.

La decisión final fue salomónica. El NOAA limpiaría las secciones de la costa más afectadas por el crudo y dejaría otras sin tratar. Es aquí donde sale a escena nuestra roca protagonista: Mearns Rock, un gran peñasco que quedó manchada durante el derrame del Exxon Valdez en las cercanías de Snug Harbor en Knight Island, Alaska.

El nombre de esta roca proviene del biólogo del NOAA, Alan Mearns, al que se le ocurrió una idea fascinante: un estudio a largo plazo de la recuperación natural de un entorno tan deteriorado. Si tenían la paciencia y la determinación necesaria para ello, aquellos biólogos tenían una oportunidad única para analizar la evolución. ¿Cómo se recupera la vida marina de un evento tan impactante como un derrame de petróleo? Aquella roca cubierta de petróleo podía ser la clave y decidieron desplazarse hasta allí todos los años para fotografiar los progresos de Mearns Rock.

Mearns Rock en 1990 | NOAA
Mearns Rock en 1990 | NOAA

Quince meses después del vertido, las primeras en aparecer fueron las algas pardas, de la especie Fucus distichus, que cubrieron la roca durante casi un año hasta que comenzaron a desaparecer en los meses siguientes.

Mearns Rock 1992-1993 | NOAA
Mearns Rock 1992-1993 | NOAA

Las algas pardas maduraron y murieron, dejando la roca más desnuda pero abriendo paso a otras especies características, como los mejillones y percebes.

Mearns Rock 1994-1995 | NOAA
Mearns Rock 1994-1995 | NOAA

En 1994, las algas han desaparecido, no solo de la roca sino que apenas se encuentra a su alrededor. Las áreas negras visibles son mejillones jóvenes que se han apropiado ahora de Mearns Rock, mezclados con algunos percebes dispersos. Los biólogos se preguntan sorprendidos ¿Dónde han ido las plantas? Algo ocurrió entre 1993 y 1994, aparentemente sin relación con el vertido, aunque los investigadores especulan que sea el ciclo natural: primero algas, después mejillones… Visitar cada año esta roca les está dejando, por ahora, con más preguntas que respuestas.

Mearns Rock 1996-1999 | NOAA
Mearns Rock 1996-1999 | NOAA

¡Sorpresa! Las algas regresan poco a poco a la roca. Tras dos años desaparecidas, vuelven a asomar tímidamente en 1996 y durante los siguientes años siguen su ciclo de vida hasta que, en 1999, ya maduras vuelven a desvanecerse. Los biólogos anotan en sus cuadernos: “Las algas maduras de Fucus empiezan a morir. Nuestras observaciones a lo largo de los años sugieren que las plantas individuales de Fucus sobreviven entre cuatro y cinco años”.

Mearns Rock 2002-2003 | NOAA
Mearns Rock 2002-2003 | NOAA

La segunda cosecha de algas vuelve a desaparecer. Los nuevos protagonistas de la roca durante los años siguientes son los percebes que aparecen en el 2000 y colonizan la superficie de Mearns Rock. Las aguas vuelven a estar limpias y el ecosistema parece haberse recuperado tras 14 años del vertido. No obstante, los biólogos no encuentran mejillones a pesar de que deberían aparecer junto a los percebes. La roca vuelve a sorprenderlos… “Esperábamos que tanto los jóvenes Fucus como los mejillones colonizaran la roca ahora, como lo hicieron en 1994-95, pero no lo han hecho”, explican en la web de NOAA. 2Esto podría deberse a la falta de reproducción en ambas especies o al intenso pastoreo de animales como lapas y caracoles”.

Mearns Rock en la actualidad, fotografía tomada en 2022 | NOAA
Mearns Rock en la actualidad, fotografía tomada en 2022 | NOAA

Durante las siguientes dos décadas los investigadores del NOAA regresarán una y otra vez a Mearns rock para fotografiarla y documentar los cambios registrados a su alrededor. Un proyecto que todavía hoy sigue vivo y que nos enseña que la recuperación de un ecosistema no es lineal, que cambia constantemente y que, incluso después de tantos años, sigue sorprendiendo.

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Referencias científicas y más información:

Puedes visitar la web oficial de NOAA donde se exponen todas las fotos realizadas desde 1989 hasta la actualidad.

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