Las polillas desaparecen y olvidamos que son tan esenciales como las abejas
Son polinizadoras más eficaces que las abejas pero son más vulnerables
La vida en nuestro planeta depende de un delicado equilibrio que el calentamiento global está descompensando a un ritmo acelerado. Hace unos años, en 2009, se estableció el concepto de límites planetarios, describiendo nueve procesos claves para la estabilidad de la vida en la Tierra. Estas fronteras de seguridad aluden a problemas globales como la acidificación de los océanos, la contaminación química, la destrucción de la capa de ozono, el ciclo del nitrógeno/fósforo o la pérdida de biodiversidad. En aquel momento, los estudios señalaban con preocupación que ya habíamos rebasado cinco de esos nueve límites. Han pasado casi 15 años desde entonces y las noticias siguen siendo malas: ya hemos superado ocho de los nueve límites planetarios.
Uno de esos límites planetarios más evidentes es el alarmante declive de la biodiversidad, una pérdida difícilmente reparable que afecta a especies claves en el desarrollo de la vida en la Tierra. Los insectos voladores son, seguramente, el ejemplo más inquietante: En solo tres décadas se ha registrado una disminución del 75 % por ciento de la biomasa total de insectos voladores. Esta cifra aumentaba hasta el 82 % en determinadas fechas, como el verano. Son números poco tranquilizadores sobre todo si tenemos en cuenta que los insectos polinizan un 80 % de las plantas silvestres y constituyen el 60 % de la alimentación de los pájaros.
Cuando hablamos del declive de polinizadores nuestra mente se fija, casi inmediatamente, en las abejas. La mayoría de medios y noticias, e incluso los estudios científicos han centrado su atención en ellas y hasta han surgido voces que afirmaban que “no hay alternativa polinizadora a las abejas”. Esto no es totalmente cierto… Existen otras tantas especies cuya labor de polinización es vital que también deberíamos cuidar, proteger y que estamos obviando. Entre estas “especies olvidadas” destacan las polillas.
“La gente generalmente no aprecia las polillas, por lo que a menudo se las puede pasar por alto en comparación con las abejas cuando se habla de protección y conservación, pero se está volviendo evidente que debe haber un esfuerzo mucho más enfocado para crear conciencia sobre el importante papel las polillas juegan en el establecimiento de entornos saludables, especialmente porque sabemos que las poblaciones de polillas han disminuido drásticamente en los últimos 50 años”, explica la doctora Emilie Ellis, investigadora de la Universidad de Sheffield. Un estudio realizado por el equipo de investigadores de Ellis y publicado hace unos días en Ecology Letters debería dar un giro radical a todo lo que pensamos sobre polillas.
Antes de analizar esta nueva publicación, debemos recordar un estudio que apareció en marzo de este mismo año en el que se apuntaba a que “las polillas son polinizadores más eficientes que las abejas”. Tradicionalmente consideramos a las abejas como insectos muy trabajadores y no estamos lejos de la realidad: los investigadores descubrieron que el 83% de las visitas de insectos a las flores de zarzas se realizaron durante el día. Sin embargo, olvidamos la polinización nocturna y en aquel estudio se descubrió que las polillas realizaban un trabajo similar por la noche pero de manera más eficiente y rápida. "Las abejas son sin duda importantes, pero nuestro trabajo ha demostrado que las polillas polinizan las flores a un ritmo más rápido que los insectos que vuelan durante el día”, explicaba Fiona Mathews, autora principal del estudio y profesora de biología ambiental en la Universidad de Sussex.
El nuevo estudio ha dado un paso más y ha utilizado técnicas de secuenciación de ADN para identificar el polen que se pega a las polillas nocturnas. Los resultados son realmente interesantes porque muestran que, durante su “turno de noche”, las polillas se encargan de polinizar una amplia variedad de plantas que “es poco probable que sean polinizadas por las abejas y viceversa”.
La importancia de las polillas se hace más evidente en entornos urbanos ya que representan “un tercio de toda la polinización en plantas con flores, cultivos y árboles en estas áreas”. Sin embargo, el estudio también descubrió que las polillas son menos resistentes que las abejas en estos entornos urbanos, debido a su ciclo de vida más complejo y a los requisitos más específicos de las plantas.
En resumen, las polillas son un factor indispensable y complementario de la labor diurna de las abejas. Son eficientes y rápidas, puesto que son capaces de polinizar un número similar de plantas en menor tiempo que las abejas, y además alcanzan especies de plantas y flores que las abejas no polinizan. Aun así, nos hemos olvidado de su protección, sobre todo en nuestras ciudades, por lo que los investigadores aconsejan que cuando se planifiquen o remodelen áreas urbanas se facilite la introducción de plantas que sean beneficiosas tanto para las abejas como para las polillas. Esta idea será cada vez más importante para la salud de los ecosistemas urbanos.
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Referencias científicas y más información:
Emilie E. Ellis, Jill L. Edmondson, et al. “Negative effects of urbanisation on diurnal and nocturnal pollen-transport networks” (2023) Ecology Letters DOI:10.1111/ele.14261
University of Sheffield “Saving moths may be just as important as saving the bees”
University of Sussex: “Moths are more efficient pollinators than bees, shows new research” Science Daily