Hemos rebasado siete de los nueve límites planetarios para la estabilidad de la vida en la Tierra
Y el octavo está al caer...
Hubo un tiempo, hace ya unos 3.500 millones de años, en el que Marte ofrecía interesantes condiciones de habitabilidad. El agua líquida corría por su superficie en forma de ríos, lagos y hasta mares. Los años pasaron y su atmósfera se fue evaporando, el agua desapareció y lo que queda de aquel planeta goldilock es tan solo un recuerdo. Del mismo modo, el equilibrio en nuestra propia Tierra también depende de una suma de procesos delicadamente combinados, que el calentamiento global está descompensando a un ritmo acelerado.
En 2009 expertos en diferentes campos científicos enunciaron el concepto de límites planetarios, describiendo nueve procesos claves para la estabilidad de la vida en la Tierra. Ya en aquel año, los estudios señalaban con preocupación que habíamos rebasado cinco de esos nueve límites. Han pasado casi 15 años desde entonces y las noticias siguen siendo malas. Un reciente artículo publicado en Nature señala que ya hemos superado siete de los nueve límites planetarios.
1. CALENTAMIENTO GLOBAL
Comencemos por el más evidente, empecemos con el límite planetario que también es origen, causa y acelerador de otros problemas que veremos más adelante. La energía que proviene del Sol hace posible la vida en la Tierra pero solo gracias a que contamos con una atmósfera que retiene en su interior, mediante el efecto invernadero, la cantidad justa de calor. El desequilibrio resultante de la emisión de gases que potencian ese efecto invernadero está incrementando las temperaturas globales. Contamos con registros directos de temperatura desde mediados del siglo XIX y los datos actuales son inquietantes: Ocho de los diez años más calurosos desde que existen esos registros se han producido en la última década. La escalada de temperaturas continuará y las previsiones (incluso las más optimistas) apuntan a que en los próximos 5 años estos nuevos récords se volverán a batir. En 2015, la COP de Paris estableció como objetivo mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, estableciendo como esfuerzo principal no alcanzar los 1,5 grados.
Este límite planetario aún no se ha rebasado, pero lo haremos… y muy pronto. La Organización Meteorológica Mundial advirtió en su último informe publicado que, no solo superaremos esos 1,5 grados antes de que acabe el siglo sino que hay un 66% de posibilidades de que se superen por primera vez entre 2023 y 2027.
2. CAPA DE OZONO
La recuperación de la capa de ozono es de las pocas noticias positivas que encontraremos en este repaso pero nos recuerda algo importante: si los responsables políticos hacen caso a los datos científicos y toman medidas contundentes y urgentes somos capaces de modificar un límite planetario en peligro. Pocas veces un Protocolo Internacional, como el de Montreal, ha tenido tanto impacto en la vida de este planeta. En 1987, los líderes de todo el mundo se reunieron, asumieron los datos científicos que indicaban que los gases CFC eran dañinos para la capa de ozono y tomaron medidas al respecto. Desde entonces, esa fina defensa natural que nos protege de la potente radiación del Sol se ha recuperado paulatinamente y la propia ONU anunció este año que la capa de ozono volverá a “los valores de 1980 aproximadamente hacia 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y alrededor de 2040 en el resto del mundo”.
3. PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD
Antropoceno es un neologismo científico que ha logrado imponerse en estos últimos años. El ser humano se ha convertido en el principal factor de cambio en el planeta, capaz de modificar con su actividad procesos geofísicos que, antiguamente, tan solo poseían eventos naturales como los volcanes, las placas tectónicas o los meteoritos. La exuberante diversidad de la vida en la Tierra está seriamente amenazada y, casi diariamente, desaparecen especies a causa de la deforestación, urbanización, explotación, caza furtiva, sobrepesca, contaminación, reducción de los ecosistemas y un largo y triste etcétera.
Los ecosistemas, otro pequeño universo en miniatura, también tienen límites. Se estima que nuestro planeta alberga unos 8 millones de especies de las cuales “Hasta un millón están amenazadas de extinción, siendo para muchas de ellas cuestión de décadas”.
4. CONTAMINACIÓN
Desde mediados del siglo XX la concentración de sustancias con efectos tóxicos no ha dejado de aumentar. Metales pesados, hidrocarburos, residuos que tardan milenios en descomponerse como los plásticos, divididos en microplásticos y hasta nanoplásticos… las sustancias antropogénicas no degradables inundan el planeta convirtiéndolo, cada vez más, en un vertedero. Un estudio publicado por el Stockholm Resilience Centre intenta cuantificar su impacto y concluye que superamos el umbral de seguridad hace ya tiempo.
5. ACIFIFICACIÓN DE LOS OCÉANOS
Otra frontera rebasada que está íntimamente relacionada con el calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero. Nuestros mares y océanos son el principal aliado que tenemos para ralentizar el cambio climático, absorben más CO2 que todos los bosques del planeta juntos, pero también tienen un límite. La química oceánica está cambiando de manera acelerada, las zonas sin oxígeno se están expandiendo, los microorganismos que fijan el CO2 están en declive, los corales se vuelven blancos… en definitiva, estamos perdiendo su inestimable ayuda.
6. AGUA DULCE
La demanda de agua dulce no parado de crecer y crecer en las últimas décadas hasta el punto que algunos arriesgados popes y pensadores vaticinan que las próximas guerras no serán por el petróleo, sino por el agua. La presión humana sobre los ciclos hidrológicos naturales se ha convertido en un elemento de desequilibrio en ríos, lagos, humedales y, en consecuencia, todos los ecosistemas presentes en la Tierra. El consumo (en muchos casos, despilfarro) humano, la agricultura y sus regadíos, la ganadería y en general casi cualquier proceso que podamos imaginar necesita este limitado recurso.
El panorama actual no es nada halagüeño. La Fundación Acquae recuerda que “los ríos y lagos del mundo se están secando debido sobre todo al uso excesivo de los recursos hídricos por parte de la población y del cambio climático. El caso más evidente es el del antiguo Mar de Aral, un mar interior que era uno de los cuatro más grandes del mundo, con una superficie de 68.000 km2, y en la actualidad solo tiene una superficie de agua del 10%, debido a la sobreexplotación de sus afluentes”.
7. CICLOS DE NITRÓGENO Y FÓSFORO
Cuando pensamos en los elementos fundamentales para la vida es lógico pensar en el hidrógeno, el oxigeno, el carbono… pero existen otros elementos claves, que poseen sus ciclos naturales como el agua, y que también se han descompensado hace mucho. En 2009, cuando se enunciaron estas 9 fronteras, el ciclo del nitrógeno ya se encontraba lo suficientemente desequilibrado como para entender que este límite se había superado. Unos años más tarde podemos afirmar que el umbral de seguridad en el ciclo del fósforo también se ha rebasado.
Al igual que el agua tiene su círculo de evaporación y precipitación, el nitrógeno y el fósforo también poseen sus ciclos naturales y la acción humana los está trastocando. Ya en 1997 se alertaba de que “las actividades humanas están incrementando a grandes niveles la cantidad de nitrógeno que se intercambia entre los organismos vivos, el suelo, el agua y la atmósfera. De hecho, los seres humanos ya han duplicado las cantidades de nitrógeno que entra al ciclo terrestre del nitrógeno, y esa tasa continúa aumentando”.
8. AEROSOLES
Hace tan solo unos días todo el mundo se estremeció con las imágenes de Nueva York y sus impresionantes cielos naranjas que parecían sacados de la película Blade Runner. Es tan solo un ejemplo de que el planeta está conectado y que unos incendios a miles de kilómetros de distancia pueden convertir el aire que respiras en una pesadilla. La calidad del aire en todo el mundo se está deteriorando a pasos agigantados.
La Organización Mundial de la Salud estima el nivel de calidad del aire que respiramos mediante la cantidad de partículas inhalables por metro cúbico y, ya en 2019, advertía que el 99% de la población mundial vivía en lugares donde la calidad del aire rebasaba los límites de seguridad.
9. SUELO
Este noveno punto tiene una estrecha relación con el consumo de agua y la descompensación del nitrógeno atmosférico para convertirlo en fertilizante. La deforestación, la tala masiva de bosques y selvas, la progresiva desertización del planeta y la agricultura que en la actualidad se extiende a casi la mitad de la superficie terrestre habitable han terminado por derribar esta novena frontera.
El futuro de la vida en este planeta está en claro riesgo pero, afortunadamente ninguno de estos nueve límites de seguridad está desconectado o es independiente. La principal causa es el calentamiento acelerado del planeta y si fuésemos capaces de atajarlo, o al menos reducirlo, muchos de los demás problemas se irían equilibrando de manera natural.
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Referencias científicas y más información:
Rockström, Johan, et al. «Safe and Just Earth System Boundaries». Nature, (2023) DOI:10.1038/s41586-023-06083-8.
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