Rafael Nadal, eliminado del Masters 1000 de Madrid: una noche emotiva que anticipa el adiós

Rafael Nadal saluda ante miles de espectadores, luego de su derrota ante Jiri Lehecka, en su despedida del torneo de Madrid
Rafael Nadal saluda ante miles de espectadores, luego de su derrota ante Jiri Lehecka, en su despedida del torneo de Madrid - Créditos: @THOMAS COEX

La mejor semana de Rafael Nadal en muchos meses terminó con una derrota nocturna en la Caja Mágica frente a Jiri Lehecka. El checo, 31° del mundo, le puso freno al regreso exitoso del exnúmero 1 del ranking con un triunfo por 7-5 y 6-4, en el cotejo que cerró la jornada del martes, y se quedó así con el último pase a los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid. Pero, para los miles de madrileños y para el mundo del tenis, lo más trascendente fue la despedida de Rafa, su última noche como tenista en uno de los torneos más trascendentes de su carrera, que lo vio cinco veces campeón.

El lunes, Nadal sobrevivió a un tremendo partido de más de tres horas contra el cordobés Pedro Cachin, para llegar a los octavos de final del Masters 1000 de Madrid. El zurdo de Manacor, casi al borde de los 38 años -los cumplirá en junio próximo-, advirtió luego: “No sé mañana (martes) cómo me voy a levantar a nivel de fatiga, pero ahora mismo no siento que me haya hecho daño, para mí esto es lo más importante (...) He aguantado. Vamos a ver si soy capaz de jugar dos días seguidos, y si soy capaz de jugar el partido con garantías de poderlo competir. Espero que sí. Es una incógnita para mí”.

Se terminó: el gesto de Nadal luego de su derrota contra Jiri Lehecka
Se terminó: el gesto de Nadal luego de su derrota contra Jiri Lehecka - Créditos: @THOMAS COEX

Había que ver, entonces, cómo respondía el físico de Rafa a una exigencia que antes era habitual, pero que se hizo más compleja en los últimos tiempos: llevaba casi 18 meses sin ganar tres partidos en fila, desde el US Open 2022. Y aquí le tocó tener poco más de 24 horas de descanso después de un duelo extenuante. Ser “competitivo” era la obsesión de Nadal.

Lo concreto es que el español hizo lo que pudo. Dio batalla durante casi todo el primer set, pero se topó con un enorme Lehecka, al que no le afectó en absoluto ser visitante en el estadio Manolo Santana, ante una multitud rendida a los pies de Nadal, y con la presencia, entre otros, de Diego Simeone y Rodrigo De Paul. El checo, de 22 años, llegaba a sete torneo sin haber jugado ni un solo partido en polvo de ladrillo en lo que va de la temporada. Se abrió camino a esta instancia con triunfos sobre Hamad Medjedovic y Thiago Monteiro, sin ceder sets. De bajo perfil, meticuloso y ordenado, este año ganó el torneo 250 de Adelaida y a los cuartos de final en el Masters 1000 de Indian Wells.

Lehecka resistió bien la presión de jugar contra Nadal. Firme con el saque, salvó un único momento crítico en el primer set, cuando sacó 30-40 en el octavo game. Sin problemas con el servicio, se animó a subir varias veces a la red, y encontró la llave para quedarse con el partido en el 5-5: a partir del deuce, ganó diez puntos en fila, quebró en cero a Rafa y cerró con solvencia para quedarse con el primer set.

Implacable, Lehecka no levantó el pie del acelerador ni mucho menos. Volvió a quebrar de movida en el arranque del segundo set, y luego conservó la diferencia. Intentó recuperarse Nadal, aupado por el público español, de a ratos con un clima de Copa Davis. No alcanzó para incomodar al checo, que no concedió ni una sola oportunidad. Imperial con el servicio -ganó el 89% de los puntos con el primer saque, sólo concedió cinco puntos-, Lehecka tejió con paciencia una victoria de alto vuelo. Por fin, un revés ancho de Nadal marcó el epílogo del duelo.

Jiri Lehecka, el verdugo; el 31° del mundo jugó un partidazo y no le concedió chances a Rafa
Jiri Lehecka, el verdugo; el 31° del mundo jugó un partidazo y no le concedió chances a Rafa - Créditos: @THOMAS COEX

Una ovación saludó a Nadal, que vio cómo se desplegaron varios banners desde el techo con el recuerdo de sus títulos en la Caja Mágica. También recibió un trofeo de manos de Feliciano López, excompañero de Copa Davis, varias veces rival y hoy director del torneo.

Y, micrófono en mano, Nadal ensayó un discurso que a más de uno le arrancó lágrimas, incluida su familia, en primerísima fila: “Ha sido una semana especial, positiva en muchos sentidos, porque he tenido la oportunidad de poder volver a jugar en esta pista que me ha dado tanto, en todos los sentidos. Hace pocas semanas no sabía si podría volver a competir en un partido oficial, y he podido jugar ahora dos semanas. Ha sido un viaje increíble, que empezó cuando era pequeñito. La primera vez que llegue aquí siendo competitivo, a Madrid, que fue en 2005, logré una de las victorias más emocionantes de mi carrera. Desde entonces recibí apoyo incondicional. Sinceramente, lo único que puedo hacer es dar las gracias”. Nadal jugó por primera vez en Madrid cuando tenía 17 años, en octubre de 2003, cuando el torneo se jugaba todavía en cancha dura. Se consagró campeón en 2005 con ese recordado triunfo en cinco sets sobre Ivan Ljubicic, y volvió a alzar el trofeo mayor en 2010, 2013, 2014 y 2017.

Lehecka y Nadal, antes del duelo que marcó la despedida del zurdo de Manacor de un torneo muy cercano a sus afectos
Lehecka y Nadal, antes del duelo que marcó la despedida del zurdo de Manacor de un torneo muy cercano a sus afectos - Créditos: @THOMAS COEX

Se permitió encender las sonrisas de todos al expresar: “Era una broma, miren que el año que viene vuelvo”. Pero, de inmediato, mientras un video reflejaba sus mejores momentos en el torneo, agregó: “Viendo esta imágenes, algunas parecen de otra vida, hemos vivido tanto... Aunque mi carrera aún no se haya terminado, aquí en Madrid sí es mi última vez. Para mí ha sido un regalo que me habéis hecho estos 21 años (en el torneo), las emociones que me llevo de esta pista, de jugar frente al público español, las guardo para siempre. Me siento súper afortunado por todo lo que he vivido, no puedo pedir más, y espero haber sido un ejemplo para las nuevas generaciones. Este día tenía que llegar y es el momento adecuado, muchas gracias por todo”. Madrid, en cierto modo, pareció ser un anticipo del capítulo final, de ese momento cada vez más cercano, en el que Nadal bajará el telón de una carrera histórica por última vez.