La ONU alerta sobre la crisis humanitaria en Rakáin, con 300.000 desplazados por el conflicto

Ginebra, 19 abr (EFE).- La intensificación del conflicto entre la Junta Militar birmana y el Ejército Arakán en el oeste de Birmania (Myanmar), junto a las tensiones étnicas entre comunidades rohinyás y rakáin, ha causado cientos de víctimas y más de 300.000 desplazados, alertó este viernes la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.

"Es especialmente preocupante el hecho de que mientras en 2017 los rohinyá eran víctimas de un sólo grupo, ahora están atrapados entre dos facciones armadas con el mismo objetivo de asesinarlos. No debemos permitir que la historia se repita", indicó el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk.

Las hostilidades, parte de un conflicto civil generalizado entre la Junta Militar y diversas guerrillas en todo el país desde el golpe de Estado de 2021, se han recrudecido desde que en noviembre se pusiera fin al alto el fuego informal entre militares y las milicias del Ejército Arakán.

Según la oficina de Naciones Unidas, la Junta Militar ha perdido terreno en el norte y centro del Estado Rakáin, y se teme que podría haber una dura batalla por el control de la capital estatal, Sittwe.

"Ante la posible derrota, el ejército birmano ha comenzado a reclutar a la fuerza, o mediante sobornos, a los rohinyás, una acción desmedida después de los terribles sucesos ocurridos hace años y la extrema discriminación contra este pueblo, que incluye la negativa a reconocerles la ciudadanía", señaló Türk.

La Junta Militar, al parecer, está obligando a los reclutados rohinyá a incendiar poblados rakáin, lo que esta comunidad ha respondido con similares ataques contra la primera de estas etnias, de religión mayoritariamente musulmana y que tras los ataques de la pasada década inició un masivo éxodo hacia la vecina Bangladesh.

El conflicto está rodeado de masivas campañas de propaganda y desinformación, denunció el alto comisionado, en las que se acusa a algunos combatientes de lazos con el terrorismo islamista, "la misma narrativa que generó la violencia entre comunidades de 2012 y los horribles ataques de 2017", recordó el alto comisionado.

(c) Agencia EFE