McLaren: dominio, tensión y sonrisas en la primera victoria de Óscar Piastri en la Fórmula 1

Una pareja de jóvenes y talentosos pilotos. Un modelo que se afianza en el presente y se proyecta para pulsear por títulos en el futuro. McLaren descubrió en Lando Norris y Óscar Piastri a una dupla que eleva la jerarquía del equipo de Woking, que marcó una era en la Fórmula 1 con su dominio entre 1984 y 1999 al festejar siete mundiales de Constructores y nueve de Pilotos. La decisión histórica de diseñar un garaje con dos nombres de rango se repite en la actualidad, y gestionar las múltiples situaciones que se desatan en una carrera es una materia que el conjunto debe pulir para no evidenciar controversias que dinamiten la química de sus hombres en la pista y en el paddock.

El Gran Premio de Hungría rememoró las jornadas doradas con el 1-2 en la clasificación que lideró Norris, posiciones que se invirtieron, después de las 70 vueltas, con el estreno victorioso de Piastri. Un desenlace que quedó envuelto por la tensión de las órdenes en las comunicaciones de radio. Las sonrisas en el podio distendieron el clima, aunque el liderazgo de Zak Brown y la dirección del ingeniero Andrea Stella deberá exponer un manual de estilo para que los éxitos se encadenen y no que la competencia interna se traduzca en una rivalidad que destruya ilusiones.

Trazar y ejecutar estrategias con aplomo es la práctica que invita a la superación. Perfeccionar las tácticas empuja a la gloria, pero vacilar en las decisiones tira por la borda la planificación. McLaren logró que el modelo MCL38 se ofrezca como el auto que marca el pulso en esta etapa del calendario del Gran Circo. En los últimos nueve grandes premios, un piloto de la escudería hizo podio y se celebraron dos triunfos: Norris en Miami y ahora Piastri, que ostentaba una victoria en la Sprint en Qatar 2023; en las últimas tres carreras, los autos de Woking sumaron más que el resto de los equipos: 101 puntos, frente a los 90 de Mercedes y los escasos 56 de Red Bull Racing (RBR). El avance provocó que crezca el acecho en el campeonato de Constructores, donde RBR ve recortada la ventaja a 51 unidades; Max Verstappen todavía tiene un margen mayor entre los pilotos, con 76 puntos de diferencia con Norris.

La largada trastocó el ordenamiento que intuyó McLaren en el circuito de Hungaroring. Una vez más, Norris -necesitó que dos ingenieros resetearan junto a un mecánico el sensor del acelerador, una tarea que realizaron en la grilla- falló en el movimiento inicial, abrió la ventana para que Piastri tome la delantera en la Curva 1 y también perdió la segunda posición con Verstappen. MadMax transitó por fuera de la pista, los comisarios deportivos anunciaron que analizarían la maniobra y desde el muro ordenaron al tricampeón que devolviera la ubicación para evitar una posible sanción. Un pequeño alivio para Norris y el primer rechazo para el neerlandés, que entre el enojo y las recriminaciones al equipo por deficiencias del auto y estrategias mostró su peor costado: el incidente con Lewis Hamilton -logró el podio 200 en la F.1-, señal del descontento y la intolerancia para sobrellevar la situación; el quinto puesto, una recompensa escasa para su avaricia, pero abundante porque tras llevarse por delante al británico la cosecha pudo ser nula.

El estreno triunfal de Óscar Piastri

Los movimientos de Mercedes con Hamilton alertaron a McLaren y el muro se enredó. Para evitar un undercut sobre Norris, en la segunda parada llamaron al británico al box y dejaron en la pista al líder Piastri, que cuando fue convocado para recambiar neumáticos cayó al segundo puesto, por detrás de su compañero de garaje. Fue el momento en que las radios estallaron. “Nos gustaría reestablecer las posiciones”, estableció el ingeniero Williams Joseph. La secuencia en la pista no ofrecía indicios de aceptación y las comunicaciones tuvieron mayor frecuencia: “Estás estresando el neumático en las curvas 4, 6, 9 y 11. Tienes a Óscar a 3,5 segundos. Seguro harás lo correcto, quedan diez vueltas. Ten presente cada reunión que tenemos los domingos por la mañana”, lo retó Joseph, que no recibía señales de su piloto. “Estás intentando subir el ritmo para que no te alcance, no sirve de nada. La mejor manera de ganar un Mundial es trabajar en equipo. Necesitará de Óscar y él necesitará de ti en el futuro”, cerró el ingeniero, que finalmente, a falta de tres giros observó que Norris desaceleraba y se dejaba superar por Piastri.

“Es el día con el que sueñas desde que eres pequeño. Algo estresante al final y decepcionado porque el ritmo de mi auto en el último stint no era lo rápido que esperaba. Teníamos libertad para correr, pero las estrategias eran tan diferentes con el resto de los equipos que se dio que Lando ingrese para protegerse de Lewis y me realizara el undercut. Creo que era lo más seguro y correcto para terminar con el 1-2. Agradezco al equipo por el auto, que era un cohete, y por respetar la decisión del comienzo”, apuntó Piastri, que lideró el doblete 49 de McLaren en la F.1. El anterior también tuvo a un australiano en la cima y a Norris como escolta: Daniel Ricciardo en Monza 2021, escenario donde también se enredaron Hamilton y Verstappen, aunque las consecuencias fueron mayores, con un doble abandono.

Con los autos detenidos, Norris felicitó a su compañero y luego admitió que su victoria era justa. “Me ganó en la salida y controló bien la carrera. Su primera victoria iba a llegar en algún momento y hoy merecía ganar. Cuando lideras no quieres dejar de ganar la carrera. Cómo se dieron las detenciones y el undercut es algo que seguramente revisaremos para el futuro, pero lo correcto era dejarlo pasar, aunque me quejé en algún momento”, se sinceró el británico, que dejó de sumar siete puntos al quedar segundo, por lo que podía recortar más con Verstappen en el Mundial: “La distancia con Max es grande, pero él también a veces comete errores y puede ser cambiante”.

McLaren tiene el talento de sus pilotos y el potencial tecnológico y mecánico para pulsear por nuevos triunfos y más gloria. Gestionar el conjunto será determinante para el equipo de Woking, que en el pasado lidió en su garaje con parejas de estrellas como Niki Lauda-Alain Prost y Prost-Ayrton Senna para construir una era.