Juegos Olímpicos París 2024: los palistas Agustín Vernice y Brenda Rojas debutaron ilusionando

Brenda Rojas afronta en París 2024 sus terceros Juegos Olímpicos, récord para una argentina, con el sueño de ser finalista por primera vez.
Brenda Rojas afronta en París 2024 sus terceros Juegos Olímpicos, récord para una argentina, con el sueño de ser finalista por primera vez. - Créditos: @COA

El canotaje argentino no está entre las potencias del mundo, pero el debut de Agustín Vernice y Brenda Rojas en los Juegos Olímpicos París 2024 ilusiona con algo grande, que no necesariamente es lograr una medalla entre los mejores exponentes del planeta. En la segunda jornada de actividades en las aguas del Vaires-Sur-Marne Nautical Stadium, los atletas albicelestes se ubicaron segundos en sus respectivas series y se clasificaron directamente para las semifinales, sin pasar por los cuartos de final. Ambos deportistas continuarán y finalizarán su participación el próximo sábado, día en que serán repartirán los metales.

El primero en debutar fue el bahiense de 29 años, en K1-1000 metros. En la tercera tanda, marcó 3m27s18/100 y quedó por detrás del húngaro Balint Kopasz, que registró 3m26s44/100 y es el dueño del récord olímpico y mundial, de 3m20s64/100, que logró en Tokio 2020 cuando ganó la medalla dorada. Vernice logró la segunda marca entre las cuatro series y, si bien eso no es determinante ni garantía de un podio a largo plazo, lo invita a soñar con ser protagonista importante en la definición.

Un rato después, Rojas fue escolta en la segunda serie de K1-500 con 1m52s68/100 y, como su compatriota, avanzó a las semifinales, aunque no era lo que había planeado con su entrenador, Juan Pablo Bergero. “La realidad es que habíamos hablado de intentar quedar entre el cuarto y el quinto puestos para evitar el cruce con las más rápidas. Pero Brenda se vio ahí adelante y siguió para meterse directamente en las semifinales”, explicó Bergero a LA NACION.

Además, sostuvo que su pupila puede mejorar su performance, y hasta dar el golpe: “La de hoy no fue su mejor marca. Ella puede superarla, obviamente, con las mismas condiciones climáticas. Siempre hay posibilidades de llegar a la final por medallas; a las regatas hay que remarlas. Su marca no es como para estar en la final por medallas, pero nunca se sabe. El sábado va a sorprendernos”. La primera serie, en la que remó Rojas, fue liderada por Aimee Fisher con 1m49s16/100. La neozelandesa ostenta el récord mundial de 1m46s19/100, que consiguió este año en la Copa del Mundo de Szeged, Hungría.

Vernice, obsesivo de los Juegos Olímpicos

Las realidades de los palistas albicelestes son disímiles. Vernice apunta a ser finalista, como en Tokio 2020 (terminó octavo). Nacido en Bahía Blanca pero afincado en Olavarría desde los siete meses, comenzó a remar a los 12 años en el club Estudiantes con el objetivo de ser un atleta olímpico, y está en sus segundos Juegos. El camino no fue fácil. En 2014, luego de una mala experiencia en el Mundial Sub 23 con Manuel Lascano llegó a replantearse seguir en el canotaje. La moneda cayó del lado de la continuidad porque, en gran parte, él no se imaginaba “haciendo otra cosa que estar arriba de un bote”, según contó años atrás a LA NACION, mientras se preparaba para su primer desafío olímpico.

Ese anhelo encontró una respuesta negativa: Río de Janeiro 2016. Vernice, que desde 2014 remaba en el equipo senior y desde el año siguiente era el mejor palista del ranking nacional, no obtuvo una plaza y miró la cita de Brasil por televisión. “Miraba la apertura y lloraba. Era obsesión, el «quiero eso»”, reconoció en su momento.

Su obsesión por el deporte que practica y la competencia es tal que mientras se extienda su participación en París 2024 su teléfono estará a apagado, para no perder el foco. Como, más allá de los bajones, no lo hizo desde que subió por primera vez a un bote: “Cuando tenía edad de salir, de cumpleaños de 15, estaba enamorado de mi deporte y no pensaba ni quería otra cosa. Si tenía una fiesta y debía levantarme a las 7 para entrenarme, prefería no ir. Esa obsesión me ayudó y no me costó nada. En mi casa nunca me presionaron; iba porque nunca quise regalar nada, soy muy competitivo. No me costó pero fui perdiendo cosas, como fiestas de egresados, como ir a una escuela normal, ya que por los viajes y prácticas terminé anotándome en el turno noche. Desde los 16 no paso más de diez semanas seguidas en mi casa. Mi adolescencia fue particular: muchas decisiones de grande siendo tan chico. Y terminé haciéndome adulto antes de tiempo”.

Agustín Vernice comenzó a remar a los 12 años con la obsesión de ser olímpico.
Agustín Vernice comenzó a remar a los 12 años con la obsesión de ser olímpico. - Créditos: @COA

Rojas, de una rifa a la Torre Eiffel

A diferencia de Agustín Vernice, para Rojas una definición olímpica sería tocar el cielo. Y la sampedrina es una convencida que puede lograrlo. Lo añoró antes de París 2024 en una entrevista con LA NACION en la que, además, elogió a su coterráneo: “Tengo claros los objetivos. Quiero dar lo mejor, que salga lo mejor posible y que sea mejor que Tokio 2020 [se ubicó 29ª]. Quiero superar lo anterior, ser finalista y medallista, pero soy realista y sé dónde estoy. En mi caso no estoy entre las mejores palistas del mundo, como sí lo es Agustín. Pero lucho para cambiar eso y ver qué se puede hacer para lograrlo. Hay una persona que puede hacerlo, entonces también yo puedo lograrlo, y hay que trabajar muy duro. No lo veo cerca ni lejos, sino que trabajo día a día para estar ahí”.

La deportista de 28 años sabe de esfuerzos, desde muy pequeña. La Escuela de Canotaje de Las Canaletas, en San Pedro, de la que ella se manifiesta con orgullo, no tiene los mejores botes, el mejor gimnasio de pesas, la mejor rampa ni las mejores comodidades. Pero es el patio de su casa y, aunque gran parte del año Rojas está a cientos de kilómetros por su compromiso con la bandera argentina, un mural suyo con los anillos olímpicos de fondo la hace presente permanentemente. Desde allí Brenda se catapultó a la selección nacional y es el ejemplo para un montón de chicos de que, más allá de esas condiciones, se puede.

En ese sendero siempre caminaron detrás de ella sus entrenadores, el club y, sobre todo, su mamá, Patricia: “Fue fundamental y sigue siéndolo. Lo de lucharla y lucharla es porque siempre la vi a ella. Siempre la tengo presente porque, cuando surge un problema, sus palabras siempre están ahí. De mi mamá me cuesta hablar. Me mostró que se puede salir adelante, siempre la luchó conmigo y mis hermanas siendo mamá soltera. Fue mi inspiración para ver que sí se puede. Por eso siempre digo que no importa si es deporte o trabajo: uno siempre puede remarla y salir adelante. No hay excusa”.

Antes y después: Brenda Rojas con su mamá, Patricia, cuando apenas ingresó a la selección argentina y, luego, con una medalla panamericana.
Antes y después: Brenda Rojas con su mamá, Patricia, cuando apenas ingresó a la selección argentina y, luego, con una medalla panamericana. - Créditos: @Gentileza Patricia Rojas

Si hay algo en lo puede respaldarse para soñar, eso es que ya consiguió algo inédito: nunca una argentina había representado al país en más de una cita olímpica. Y Rojas cumplió tres este miércoles, porque estuvo en Brasil (K4-500 metros junto a Magdalena Garro, Sabrina Ameghino y Alexandra Keresztesi) y Japón (K1-500). Y pensar que su sueño era, apenas, remar en el combinado nacional: “Lo máximo que soñaba era estar en la selección argentina. Y me costó bastante. Entré en 2014, y clasificarme en 2015 para Río 2016 fue muy impactante. Fui paso a paso. Después fui creciendo e iba soñando que podía estar nuevamente en unos Juegos Olímpicos. Ahora voy por los terceros, muy contenta. No sé si lo imaginaba así, pero se dio”, expresó.

Todo comenzó por su cercanía con el agua y ¡una rifa! “Tenía muy cerca el río, viví toda la vida frente a él, y un día me vendieron una rifa, me invitaron a remar al club y conocí el deporte. Si bien no crecí en una familia que fuera muy deportista, mi hermana Celina y yo éramos bastante inquietas y probamos hacer de todo, pero nos enganchamos con el canotaje. También iban muchos chicos del barrio, y al principio iba por la amistad con ellos, por el grupo. Después ya me picó el bicho de la competencia”, recordó. Hoy, representar al país es todo para ella: “Es mi vida, es lo que hago día a día. A veces una no se da cuenta porque siempre va queriendo más, pero cuando me pongo a pensar un poco reparo en que estoy haciendo lo que amo, represento a mi país, a mi pueblo. Y es impagable”, se enorgulleció.

La hora de la verdad

Los currículum de Rojas y Vernice son muy diferente en el nivel continental, en los Juegos Panamericanos. La sampedrina tiene cinco medallas (bronce en Toronto 2015, plata y bronce en Lima 2019 y dos segundos puestos en Santiago 2023), y también el bahiense, pero de mejor calidad (dos triunfos en Lima 2019 más dos doradas y una plateada en Santiago 2023). Con la ilusión de acariciar podios en los Juegos Olímpicos de 2024, ambos volverán a competir este sábado, en las semifinales. Brenda lo hará en K1-500 desde las 5.50 (hora argentina) en el carril 4 de la tercera de las cuatro regatas. Las dos mejores de cada serie avanzarán a la definición por medallas, programada para las 8. La tercera y la cuarta de cada carrera irán a la final B, y la quinta y la sexta, a la C. Agustín, por su parte, participará en la segunda semifinal de K1-1000 a las 6.20 en el carril 6. De ubicarse entre los mejores cuatro, avanzará a la final por el oro, que se realizará a las 8.20, luego de la definición B.

El canotaje argentino nunca obtuvo una medalla en Juegos Olímpicos. Quien más cerca quedó fue Javier Correa, en Sydney 2000, cuando en la misma prueba que la de Vernice, K1-1000, se ubicó quinto en la final. Para encontrar un podio en la modalidad sprint de una competencia organizada por el Comité Olímpico Internacional (COI) hay que remitirse a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, en los que Valentín Rossi, oriundo de la misma ciudad que Rojas, fue tercero y consiguió la medalla de bronce. En aquella ocasión, la modalidad fue muy diferente a la que tradicionalmente se utiliza en la cita olímpica de mayores, porque se diagramó una pista en forma de 8 en un dique de Puerto Madero y los palistas competían mano a mano entre sí en duelos de eliminación directa.

Valentín Rossi es el único palista argentino que ganó una medalla olímpica en la historia del deporte: obtuvo la de bronce en los Juegos de la Juventud Buenos Aires 2018.
Valentín Rossi es el único palista argentino que ganó una medalla olímpica en la historia del deporte: obtuvo la de bronce en los Juegos de la Juventud Buenos Aires 2018. - Créditos: @Buenos Aires 2018 (Pablo Elías)