Qué hará Boca con los 15 millones de dólares que ingresaron por Cristian Medina, la décima venta más cara en la historia del club
En “Las 26 leyes inquebrantables del dinero”, el empresario y escritor canadiense Brian Tracy sostiene que nadie se hace rico por accidente, sino aprendiendo y dominando las leyes del mercado. Llevado al fútbol, podría asegurarse que ningún club amasa una fortuna de más de 100 millones de dólares por obra y gracia de la casualidad. El de Boca, sin dudas, es un caso para el estudio: como salida a sus conflictos recaudó más del doble de dinero que en los últimos cuatro años.
Este viernes, Cristian Medina ejecutó la cláusula de rescisión que figuraba en su contrato y obtuvo la libertad de acción a cambio de 15 millones de dólares netos. El dinero lo aportó el multimillonario estadounidense Foster Gillett, quien desde hace meses negocia un acuerdo de inversión con el Pincha. Medina estaba en conflicto con Boca desde el 22 de octubre de este año, cuando se negó a jugar frente a Gimnasia por la Copa Argentina, a modo de protesta por su frustrado pase al Fenerbahce. Desde entonces, el volante se entrenó apartado y les hizo saber a los dirigentes que su ciclo en el club estaba terminado. Boca, de hecho, inició gestiones por un jugador en su rol. Y hasta se habló de un posible trueque con Almería por el pase de Lucas Robertone, excompañero de Fernando Gago en el Vélez de Gabriel Heinze.
Sin embargo, en cuestión de días, Medina pasó de ser moneda de cambio para la llegada del entrerriano a transformarse en la décima venta más cara en toda la historia de Boca. ¿Mérito de la dirigencia? Es probable, ya que no cedió jamás ante la presión del futbolista y sacó el mayor rédito económico posible por un jugador que, pese a tener contrato vigente, ni siquiera se entrenaría con el grupo. Aunque ni el más optimista de los directivos imaginaba un desenlace de este tipo.
“Fue el segundo Medinazo”, celebraron en Ezeiza cuando la tesorería del club informó que el dinero de Medina ya había impactado en la cuenta. El volante disputó 160 partidos, ganó cuatro títulos y convirtió nueve goles, el séptimo de ellos ante River, en un festejado empate en la cancha del Millonario. Foster Gillett pagó por Medina lo mismo que Corinthians por Carlos Tevez. Aunque Estudiantes rompió el “pacto de caballeros” que existe entre equipos del fútbol argentino para no llevarse jugadores por las cláusulas, en Boca fueron contundentes ante la consulta de LA NACION: “Defendimos al club y pagaron lo que nosotros queríamos”.
¿Qué hará Boca con los 15 millones de Medina? Por lo pronto, salir con otro ímpetu al mercado en busca de los refuerzos de jerarquía que pidió el entrenador. Tras la llegada del chileno Carlos Palacios, Boca buscará cerrar en estas horas el arribo del exIndependiente Ayrton Costa (hay una diferencia de 500 mil dólares) y volver a la carga por Aníbal Moreno, la gran debilidad del DT. Además, el Xeneize está en la búsqueda de al menos un marcador central (Gonzalo Piovi es el elegido) y un segundo 5 de marca que podría ser Santiago Ascacibar.
La venta más cara de Boca fue justamente la de Gago al Real Madrid, en 27,8 millones de dólares; seguida por las de Walter Samuel a la Roma y Aaron Anselmino, los dos en 21 millones. Y el cuarto de esa lista es Ezequiel Fernández, otro chico surgido del club que dejó Boca por la puerta de atrás y en conflicto con Riquelme y su Consejo de Fútbol. El volante tenía en sus manos una oferta del Al Qadisiya, que le ofrecía un sueldo cinco veces superior al de su última renovación en Boca. Pero el club, que ya había hecho caja con la salida de Valentín Barco, estiró las negociaciones con los árabes y la tensión escaló rápidamente.
Equi viajó a los Juegos Olímpicos y desde París advirtió que no volvería a entrenarse con Boca, decisión que resquebrajó por completo la relación entre las partes. En medio del tire y afloja, el club dilató las conversaciones con su representante, Hernán Bermán, y obligó al jugador a ejecutar la cláusula de rescisión por un monto aún más elevado del que constaba en el contrato. Pasado el 1° de agosto, la cifra pasaba a ser automáticamente de 20 millones de dólares, cinco millones más que lo estipulado hasta el 31 de julio. Boca, de hecho, se negó a pasar el número de cuenta para depositar el dinero y el jugador debió recurrir a la AFA para poder realizar la transferencia y concretar el trámite de su salida. Con ese dinero, Boca adquirió el 80% de Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Agustín Martegani; el 100% de Milton Giménez y Juan Barinaga y costeó el préstamo por 18 meses de Ignacio Miramón.
El caso de Barco, en cambio, fue pan para hoy y hambre para mañana, aunque su salida le significó a Boca un ingreso de 10 millones de dólares limpios. El primer gesto fue del jugador: a mediados de 2023, el lateral izquierdo, que empezaba a ganarse un lugar en la Primera, rechazó una oferta del Getafe para irse prácticamente libre, dado que en diciembre se vencía su contrato. El defensor prefirió dejarle dinero al club pero a la hora de renovar su contrato fijó como requisito una cláusula de rescisión baja, de 10 millones de dólares, con la intención de pegar el salto. En enero de 2023 renovó su vínculo por dos años, aunque a finales de ese año, y tras realizar un gran papel en la Copa Libertadores, rompió su contrato con Boca para pasar al Brighton de la Premier League.
Con esos 10 millones, sumados a los 21 por Anselmino, los 20 por Equi Fernández, los 15 por Medina y los 6.800.000 millones por la venta de Luca Langoni al New England Revolution de la Major League Soccer, Boca embolsó 72,8 millones de dólares en el primer año de la presidencia de Riquelme.
Y arriba de 100 millones si se tienen en cuenta las ventas de Alan Varela al Porto (13 millones; Luis Vázquez al Anderlecht (7), Mateo Retegui al Genoa (15, aunque el Xeneize cobró menos de la mitad), Gastón Ávila al Royal Antwerp de Bélgica (3), Agustín Sandez a Rosario Central y Enzo Roldán a Unión (ambas en un millón de dólares), todas en los últimos dos años y medio.
El día que se sorteó el Gordo de Navidad, Boca se sacó la grande y ahora sueña con un año más próspero.