El caso Medina: trampas, mentiras y negocios... se abrió una puerta que puede cambiarlo todo en el fútbol argentino

Cristian Medina, en acción en un partido ante Estudiantes, su próximo destino
Cristian Medina, en acción en un partido ante Estudiantes, su próximo destino - Créditos: @Gustavo Garello

Se abrió la puerta: a partir de ahora, todo puede suceder. El negocio mueve montañas. El fútbol argentino, una trampa de 30 equipos en el que nada es lo que parece, juega sin reglas. O, en todo caso, mientras se cambian según conveniencias, se entrelazan verdades y mentiras. Que los clubes son asociaciones civiles sin fines de lucro o, la más grotesca: los clubes son de los socios.

El Gobierno quiere abrir otra puerta: las sociedades anónimas. La AFA, sin demasiado esfuerzo, las cierra, pero deja a la vista un cóctel de entidades que se manejan con aportes externos a carne viva, a la vista de todos. Deportivo Riestra (una pequeña entidad del ascenso profundo que participa de la Liga Profesional, por si lee estas líneas un desprevenido), es literalmente una empresa. Que juega su propio juego. Una bebida energizante da prueba de ello.

Una pirueta de Cristian Medina frente a Matías Mansilla, su próximo compañero
Una pirueta de Cristian Medina frente a Matías Mansilla, su próximo compañero - Créditos: @HERNAN CORTEZ

Hay más. Defensa y Justicia, al mando de un histórico empresario futbolero, Talleres y su relación carnal con capitales mexicanos. San Lorenzo (echó a ISL y tiempo después permitió aportes millonarios de un hincha, empresario y luego presidente) y Racing coquetean a futuro. Estudiantes ahora tiene la pelota. Las SAD están prohibidas, los gerenciamientos en el área del fútbol están permitidos. Sobre todo, en el ascenso. Sutilezas del reglamento.

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El caso Medina desnuda al fútbol argentino, lo expone aún más. Primero, la rareza: ahora las figuras de Boca (o de River, de cualquier gigante de nuestro medio), pueden ser adquiridas por un grupo empresario que lo deriva a un club menos rico y popular. Estudiantes es enorme, pero no sería descabellado que un Mastantuono juegue el año próximo en Riestra, si la imaginación así lo permite. No se trata de un préstamo, para foguearse, como ocurrió con Enzo Fernández en Defensa y Justicia.

Esto es otro asunto: Medina fue adquirido por una cifra millonaria (cifra que es imposible de pagar en nuestro medio), va a actuar un tiempo breve en nuestras canchas y se irá al exterior sin dejarle un dólar a Estudiantes. Eso sí: de ningún otro modo habría podido adquirirlo.

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Es legal. Mientras los dirigentes juegan para la tribuna, está pasando algo distinto y que puede sentar un precedente. Y esto recién empieza: no sabemos hacia dónde puede derivar. Total, las reglas pueden cambiarse todos los días.