Shohei Ohtani: una “traición” por 700 millones de dólares, la pelota más cara de la historia, récords y una investigación por apuestas ilegales
Para Shohei Ohtani, la última temporada parecía ser una montaña rusa de emociones, con un cambio de equipo de los generan dolor, un contrato multimillonario inédito, una lesión en un codo y una investigación de las autoridades federales californianas al relacionarlo con apuestas ilegales. No obstante, para el japonés que es la estrella de la franquicia de los Dodgers de Los Ángeles el año cerró con un récord en su rol de bateador que fue determinante para la conquista de la Serie Mundial.
Su primer anillo en la MLB estuvo acompañado de cifras nunca vistas, entre ellas la de ser el primer jugador de la historia de la liga norteamericana en concretar simultáneamente más de 50 home run y más de 50 robos de bases, números que llegaron a los 54 y 59, respectivamente. La pelota que Ohtani sacó del campo de juego para llegar al medio centenar de golpes en la etapa final del torneo se vendió en una subasta por casi 4,4 millones de dólares, un valor insólito no solo para una pelota de béisbol, sino para cualquier pelota de cualquier deporte.
THERE IS ONLY ONE SHOHEI OHTANI. pic.twitter.com/rKgJtW8h2l
— Los Angeles Dodgers (@Dodgers) September 19, 2024
Shohei acaba de ser elegido por tercera vez con el premio al atleta masculino del año en Estados Unidos de la agencia AP, tras el voto de 74 periodistas. Así, igualó al por entonces basquetbolista Michael Jordan y quedó a uno de los cuatro galardones del ciclista Lance Armstrong, el golfista Tiger Woods y el basquetbolista LeBron James, con la mitad de los reconocimientos que obtuvo el golfista Babe Didrikson, que se adjudicó seis, la mayor cantidad desde que comenzó a otorgarse esta distinción en 1931.
“Cuando crecí en Japón, seguía a Michael Jordan y a Tiger Woods. Veía sus logros, los elogios que recibían y cómo triunfaban”, recuerda el jugador de 1,93m nacido en Oshu hace 30 años, casado con la exbasquetbolista Mamiko Tanaka (28) y radicado en California desde finales de 2017. Claro que, tras competir para los Hokkaido Nippon-Ham Fighters de la liga japonesa, Ohtani había llegado a los Angels de Los Ángeles y luego de cinco temporadas, a fines de 2023 optó por aceptar la propuesta de pasarse al otro equipo de la ciudad: Dodgers le ofreció 700 millones de dólares por 10 años, con una cláusula de renovación por otros 9. Quieren que se quede a vivir allí.
La rivalidad entre ambas franquicias está lejos de un Boca – River, Racing - Independiente o Rosario Central – Newell’s, pero muchos hinchas lo sintieron como una daga. Para el resto de los fanáticos de ese deporte, la admiración por el japonés fue superando todos los límites a medida que dejó atrás los conflictos y sus números superaban lo proyectado para el más optimista. Así, en cada juego, en medio de tribunas con seguidores mezclados y neutrales, el anuncio de su salida a batear era acompañado de un ritual: de inmediato, la mayoría tomaba sus teléfonos móviles y le apuntaba. También, cuando los partidos estaban casi definidos y se sabía que no volvía a tomar el bate porque quedaban por delante varios de sus compañeros, gran parte de los asistentes se levantaban de sus asientos y se retiraban del estadio. Había que verlo para creerlo.
Y era inimaginable todo eso luego de un primer trimestre con la lupa de la justicia sobre él. Tras semanas de dudas e interrogantes, las autoridades determinaron que Ohtani había sido objeto de una estafa de cerca de 17 millones de dólares, realizada por quien hasta entonces era su intérprete, Ippei Mizuhara. Por la forma en la que se manejó toda la investigación, algunos piensan que el astro nipón sabía mucho más de lo que se determinó. Su reputación estuvo en peligro y la salvó con el dictamen y con sus respuestas en el campo, incluso pese a que una cirugía en el codo derecho lo obligó a dejar su lugar como lanzador, uno de los dos roles que asume y también lo diferencia de la mayoría.
El jugador de los Dodgers admitió que la situación legal se había convertido en una distracción a principio de año. No obstante, logró volver a enfocarse y sonreír. A medida que el equipo iba perdiendo figuras, Shohei respondía mejor. Asumió la responsabilidad con el mismo desparpajo que una tarde llegó a la cancha junto con su perro Decoy, adiestrado para hacer el lanzamiento de apertura del partido sólo cuando su dueño se lo pidiera. Ante los Orioles de Baltimore, luciendo la camiseta blanca con su nombre en ella, el kooikerhondje neerlandés esperó la señal, tomó la bola y corrió al encuentro de su amo. ¡Hasta chocaron las manos! Todos en el estadio se pararon a aplaudir como si hubiera sido la jugada que definió un título.
En un año que parecía cobrarle caro la “traición” del cambio de equipo, Ohtani supo revertir el rumbo y conseguir el anillo, ante un rival como los Yankees de Nueva York al que no encontraban en el encuentro decisivo desde 1981. El japonés, nombrado MVP de la liga como lo había sido en 2023 en la Copa Mundial de ese deporte que su país conquistó por tercera vez, se llevó la gran ovación de la noche esa noche, en medio de la vuelta olímpica. Al Messi del béisbol ya no lo intimida nada. Siquiera que en las últimas semanas hayan surgido los Mets de Nueva York para proponerle al dominicano Juan Soto un contrato por 15 años y 765 millones de dólares, para disputarle el cetro en ese aspecto en la próxima temporada. Ohtani descansa para volver en 2025 a su doble rol y subir la vara de sus hazañas.