Faustino Oro en el Mundial de Partidas Rápidas: a los 11 años, una actuación por encima de la expectativa

De sus 13 partidas, Faustino Oro jugó 12 contra grandes maestros, y aun así obtuvo 50% del total de puntos; otro paso adelante en la carrera del chico de 11 años.
De sus 13 partidas, Faustino Oro jugó 12 contra grandes maestros, y aun así obtuvo 50% del total de puntos; otro paso adelante en la carrera del chico de 11 años. - Créditos: @Misha Friedman

Terminó el Mundial de Partidas Rápidas, en Nueva York, Estados Unidos.

El primer campeón mundial del que se tiene noticia que fuera aficionado a las partidas rápidas fue José Raúl Capablanca. De él dijo su adversario de siempre, Alexander Alekhine: “Nunca he visto, ni espero ver, una destreza como la de Capablanca para jugar partidas rápidas”. Pero, aun en los más altos niveles, durante mucho tiempo fue sólo un divertimento, que no podía ser considerado como una alternativa al ajedrez clásico. Incluso, el patriarca del ajedrez soviético, Mikhail Botvinnik, consideraba al ajedrez rápido como una calamidad, que degradaba el valor artístico del juego-ciencia.

Pero ésa era una opinión extremista, demasiado dura. Para la mayoría de los jugadores del mundo, sean profesionales o aficionados, el ajedrez rápido es un pasatiempo muy atractivo. La posibilidad de afrontar muchas partidas en pocos minutos, ejecutar una combinación brillante de un solo golpe de vista, ganar, perder, pero siempre reiniciar, termina siendo un cóctel apasionante, que las plataformas online han facilitado a todos los jugadores. Prácticamente todos los campeones del mundo, desde Bobby Fischer hasta la actualidad, han sido grandes cultores del blitz. Y Magnus Carlsen, más que ninguno, así que este conflicto que ha surgido entre él y la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) plantea interrogantes para el futuro.

El Mundial de Partidas Rápidas, como lo hará el de blitz, tuvo lugar en el salón Cipriani Wall Street, de Nueva York.
El Mundial de Partidas Rápidas, como lo hará el de blitz, tuvo lugar en el salón Cipriani Wall Street, de Nueva York.

¿Será capaz Carlsen de promover, o aun de organizar, competencias independientes de FIDE, con suficiente atractivo para el resto de los jugadores? Cuando Garry Kasparov intentó hacer lo mismo, hacia fines de los años noventas, por un momento pareció que tendría éxito, pero al cabo de un tiempo la asociación de jugadores que él fundó fue diluyéndose, y el aparato de FIDE emergió triunfador.

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Entrando en materia, hay que discernir entre partida rápida y blitz. La primera, con 15 minutos por jugador más 10 segundos agregados por movida realizada, permite estrategias similares a las del ajedrez pensado. El segundo (”blitz” significa “relámpago” en alemán), de 3 minutos por jugador más 2 segundos por movimiento, es un ejercicio vertiginoso, en el que influyen factores extraajedrecísticos, tales como mover rápidamente la mano que hace la jugada y colocar la pieza en una esquina de la casilla, para confundir al rival.

Volodar Murzin, un desconocido que se coronó campeón mundial de rápidas, una muestra más del poder de los jóvenes en el juego-ciencia.
Volodar Murzin, un desconocido que se coronó campeón mundial de rápidas, una muestra más del poder de los jóvenes en el juego-ciencia.

El Mundial de Partidas Rápidas que acaba de terminar en Nueva York dejó algunos datos interesantes, al margen del escándalo que suscitó el abandono del principal favorito, Carlsen. El sorprendente ganador del torneo fue Volodar Murzin, ruso de 18 años, que jugó bajo la bandera de FIDE, porque la federación rusa ha sido suspendida por la invasión de su país a Ucrania. Murzin no estaba en las quinielas de nadie al comenzar la competencia. Y sin embargo superó a toda la tropa de los mejores del mundo. Otro nuevo astro de la generación joven.

El argentino Faustino Oro tuvo una actuación impresionante. Con 11 años, de las 13 partidas que afrontó, todas menos una fueron contra grandes maestros. Consiguió 50% del total de los puntos que disputó, lo que, a su edad, y teniendo en cuenta la jerarquía de los adversarios, es una hazaña. Con el mérito adicional de una notable recuperación luego de perder las primeras tres partidas. Al final, ganó cinco, perdió otras tantas y empató tres. Estaba preclasificado en el puesto 146 y quedó 93º, sobre 180 participantes.

El maestro internacional argentino Oro estaba preclasificado 146º, pero concluyó 93º entre los 180 protagonistas; una producción muy positiva a su edad.
El maestro internacional argentino Oro estaba preclasificado 146º, pero concluyó 93º entre los 180 protagonistas; una producción muy positiva a su edad.

Este tipo de torneos es un subibaja. El resultado de la última partida implica poder subir o bajar muchas posiciones. Fue el caso de Pablo Zarnicki, que jugó muy bien el certamen, enfrentándose con un promedio de rivales superiores y consiguiendo buenos resultados, pero una derrota final lo relegó en la tabla de posiciones a las 126ª. A sus 52 años, Zarnicki acumuló tres éxitos, cinco tablas y cinco reveses. Por su parte, A Ilan Schnaider se le hizo largo el torneo, pero fue una gran experiencia para sus jóvenes 13 años y le servirá para el futuro. El chico concluyó con dos triunfos, seis igualdades y cinco caídas, y el lugar 154º.

Los campeones mundiales de rápidas masculino y femenina

El lunes y el martes será la hora del vértigo: el Mundial de Blitz. Una especialidad de los ajedrecistas argentinos.