El archipiélago de Åland, el último remanso antimilitarista del Báltico

Helsinki, 29 mar (EFE).- Tras el ingreso de Finlandia y Suecia en la Alianza Atlántica, toda la cuenca del mar Báltico está ocupada por tropas de la OTAN y Rusia, a excepción de Åland, un pintoresco archipiélago finlandés de apenas 30.000 habitantes que quiere seguir siendo la única zona no militarizada de la región.

Compuesto por 6.757 islas e islotes, de las que solo 60 están habitadas, este archipiélago está ubicado estratégicamente en el corazón del Báltico, a medio camino entre Turku, la antigua capital de Finlandia, y Estocolmo, la capital sueca.

Åland (Ahvenanmaa, en finés) es la única región autónoma de Finlandia y, a pesar de su escasa población, cuenta con su propio parlamento (Lagting) y un gobierno autónomo, órganos que gestionan todas las competencias a excepción de la política exterior, las aduanas y el sistema judicial.

La relación de este archipiélago con la Unión Europea (UE) está regulada en un protocolo que contiene disposiciones especiales para la compra de bienes inmuebles, el derecho a establecer negocios y la venta de productos libres de impuestos a los viajeros.

Pero lo más peculiar de Åland es que los tratados internacionales estipulan que es una región desmilitarizada, por lo que está prohibido establecer bases militares, desplegar tropas e incluso realizar maniobras de entrenamiento en su territorio.

Más de siglo y medio de desmilitarización

La desmilitarización de Åland se remonta a 1856, año en el que Rusia -a la que por entonces pertenecía Finlandia- perdió la guerra de Crimea contra una alianza formada por el Reino Unido, Francia y el Imperio Otomano.

A raíz de la derrota, Rusia se vio obligada a firmar la llamada Convención de Åland, un documento que establecía la desmilitarización y neutralización del archipiélago, lo que en la práctica impedía tanto la fortificación de las islas como su uso en una eventual ofensiva bélica contra otro país.

Una vez Finlandia se independizó de Rusia en 1917, el país nórdico otorgó a Åland un estatuto de autonomía que garantizaba el derecho al autogobierno y a mantener su lengua (el sueco), su cultura y sus costumbres locales.

Al mismo tiempo, Helsinki ratificó las disposiciones recogidas en la Convención de Åland, que fueron confirmadas por la comunidad internacional en el Tratado de París de 1947 que siguió a la Segunda Guerra Mundial.

Una solución muy útil

Mientras el militarismo se extiende por Europa a raíz de la invasión rusa de Ucrania y muchos países aumentan el gasto en defensa, aceleran la compra de armamento y se plantean restablecer el servicio militar obligatorio, en Åland prefieren mantener su estatus de región desmilitarizada.

"Yo diría que una mayoría muy clara de los residentes de Åland cree que esta solución es algo que ha sido muy útil en el pasado y que también será útil en el futuro", dijo en una entrevista con EFE Johan Ehn, representante de la región autónoma en Helsinki.

Ehn admite que el belicismo de Rusia, país con el que Finlandia comparte 1.340 kilómetros de frontera, ha despertado cierto temor entre la población del archipiélago, aunque no cree que sea mayor que en otras regiones europeas por no poder desplegar tropas en sus islas.

"Tenemos un vecino al este -Rusia- que se está comportando de forma muy grave, y está claro que en Åland estamos preocupados y que también hay cierto temor al respecto, pero ni más ni menos que en otras partes del país, de Escandinavia o de Europa", afirmó.

De todos modos, la desmilitarización del archipiélago -sostiene Ehn- no impediría un eventual envío de tropas finlandesas e incluso de la OTAN para defender Åland bajo determinadas circunstancias, por ejemplo en caso de un hipotético ataque ruso.

"En Åland la gente sabe que existen sistemas para acometer la defensa, por lo que están seguros y satisfechos con esta solución. Y sobre todo teniendo en cuenta que Finlandia y Suecia ahora son miembros de la OTAN, nos sentimos aún más seguros", subrayó.

Sin cambios previstos

Algunos políticos finlandeses han criticado que se mantenga el estatus de Åland en un momento de graves tensiones con la vecina Rusia, pero ni el Estado finlandés, ni Suecia ni la OTAN han mostrado -al menos de momento- ninguna voluntad de cambiarlo.

Cuando Finlandia decidió romper con ocho décadas de neutralidad militar y solicitar la entrada en la Alianza, el anterior presidente finlandés, Sauli Niinistö, encargó un informe al Ministerio de Exteriores sobre la cuestión de Åland.

Este informe, publicado el año pasado, concluye que el estatus actual es beneficioso para Finlandia y que Helsinki debe respetar los tratados internacionales, por lo que en estos momentos no hay posibilidad de abolir la desmilitarización del archipiélago.

Juanjo Galán

(c) Agencia EFE