Cuba podría tener un nuevo aliento para aliviar la grave crisis que vive

Han pasado casi seis años desde que los Castro no gobiernan Cuba, sin embargo, el castrismo sigue muy presente en las instituciones del país. Y eso se traduce en falta de derechos y libertades, represión a la disidencia o unos sueldos miserables que impiden a la gran mayoría de cubanos poder abandonar el país. Una crisis total en todos los ámbitos que certifica que Cuba se ha convertido en un régimen fallido, tal y como señalan instituciones como el Real Instituto Elcano y lo corrobora la incapacidad para satisfacer las necesidades esenciales de sus ciudadanos y el alto grado de corrupción.

No cabe duda que las tensas relaciones con Estados Unidos han marcado la existencia de Cuba en las últimas décadas. Desde 1958 ha existido un potente embargo que con el correr de los años ha ido siendo más o menos duro dependiendo del momento y que ha llegado a incluir medicinas y alimentos. Y aunque no se trata del único desencadenante de la situación de Cuba, es evidente que afecta de una manera importante.

En 2015 hubo un deshielo en las relaciones, pero en 2021, ya con Biden en la Casa Blanca, Cuba fue incluida en la lista estadounidense de patrocinadores del terrorismo, lo que ha tenido un impacto perjudicial en la economía de la isla. Ahora se abre una nueva oportunidad gracias a Corea del Sur.

El turismo es la segunda mayor fuente de divisas de la isla, solo superado por las remesas que mandan los cubanos en el extranjero. Si en 2019 Cuba recibió más de 4 millones de visitantes, en 2022 cayó hasta los 1,5 millones. En 2023 se han alcanzado los 2,4 millones. Una cierta recuperación, pero todavía insuficiente. Y es que el país sigue pagando todavía los efectos de la pandemia de coronavirus y el bloqueo estadounidense.

Con una situación tan crítica, la aparición de la nación surcoreana puede ser un salvavidas para el régimen y para su sufrida población. Tras más de seis décadas, ambas naciones han decidido restablecer sus relaciones diplomáticas. Estas se rompieron en 1959 debido al apoyo cubano a Corea del Norte, régimen con el que compartía y comparte una ideología similar.

Desde el 2022 ya hay algunos productos surcoreanos en la isla caribeña, aunque sus precios están fuera de las posibilidades de una parte importante de la población. Ahora, con el restablecimiento de las relaciones, esta colaboración puede ser más interesante para ambos.

Una colaboración beneficiosa

Corea del Sur y Cuba han optado por el pragmatismo para comenzar una relación fructífera. El país asiático es una potencia global en el mercado de vehículos y en el sector de los semiconductores. Sus autoridades ven un enorme potencial en la venta de productos de primera necesidad, electrodomésticos y maquinarias, bienes todos ellos que escasean en la isla.

Además, Cuba le da a la nación asiática la posibilidad de continuar su expansión por la región, en busca de nuevos mercados con los que hacer negocio.

Sin olvidar, claro, está que esta asociación es todo un mensaje para Corea del Norte y puede ayudar a potenciar el aislamiento internacional de Kim Jong-un. Una jugada geopolítica redonda que podría afectar a las relaciones tan cercanas que tradicionalmente ha tenido el régimen norcoreano con el cubano.

En la mesa, también existe la posibilidad de cooperación en el sector energético para paliar los continuos apagones.

Para Cuba, la aparición de Corea del Sur ofrece oportunidades. Por un lado, puede ofrecer recursos minerales, como níquel y cobalto, que tanto necesita su nuevo aliado potencial para mantener su poderosa producción tecnológica.

Pero además, el país sufre una crisis económica tan acuciante que su economía corre riesgo de irse a pique. Y la nación surcoreana puede ayudar al régimen a subsistir. Cabe recordar que ya en décadas pasadas la Unión Soviética o Venezuela financiaron económicamente a los Castro.

Está claro que esta colaboración puede ser muy beneficiosa para ambos, pero hay un problema en el horizonte. No es otro que el pertinaz bloqueo de Estados Unidos, que limita el comercio con la isla, aunque no lo impide del todo.

Y es aquí donde la actuación de Corea del Sur puede ser determinante, ya que puede presionar a las autoridades estadounidenses para que las restricciones no sean tan duras. Cabe recordar que ambos son aliados muy cercanos y con grandes intereses comunes.

Ciertamente, a Cuba no le queda más remedio que potenciar este tipo de alianzas que ayuden a reflotar una nación que ahora mismo está moribunda. Solo el tiempo dirá si se cumplen todas estas expectativas, lo único que es evidente es que a la isla se le ha abierto una oportunidad inédita en los últimos 60 años. Veremos en qué queda.

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