El caso Leda Bergonzi: qué pasó con la sanadora que era un fenómeno de multitudes y terminó expulsada por la Iglesia
La rosarina Leda Bergonzi llegó a tocar el cielo con las manos. Sus poderes de sanación, a los que los fieles que la siguen le atribuyen la potestad de curar cualquier mal y enfermedad, la convirtieron en un verdadero fenómeno de masas. Filas de cientos de personas con problemas de salud o que pedían por sus familiares se formaban en cada una de las ceremonias que hacía Leda en Rosario.
Saltó de una pequeña parroquia a congregar multitudes en la Catedral Nuestra Señora del Rosario y los predios de la ex Sociedad Rural y el Salón Metropolitano. Se sentó en la mesa de Mirtha Legrand y se encontró con la mamá de Lionel Messi. Pero en septiembre de este año todo se derrumbó. El Arzobispado rosarino le prohibió sus prácticas religiosas, aseguró que la imposición de manos que realiza solo se reserva a los apóstoles, y la desvinculó por completo de la Iglesia Católica, institución que le había dado lugar hace una década.
A su pelea frontal con el Arzobispado se sumó una denuncia por estafa de su exproductor; otra de la diputada provincial Amalia Granata, que la señaló por haber recibido dinero de la administración provincial para los shows; y una tercera acusación de la ONG anti sectas Libre Mentes por presunta captación de personas vulnerables a través de sus “supuestos” poderes de sanación. La ONG solicitó una pericia para corroborar que tuviera los poderes que dice ostentar.
Sin embargo, fue su expulsión de la Iglesia lo que desató una tormenta alrededor de Leda. Bergonzi se reunió con Fernando Burlando, lo contrató como su abogado y armó la contraofensiva. Primero, denunció judicialmente a su exproductor, que la había acusado de estafadora. Alberto Castillejo, de él se trata, sostuvo que la contra denuncia buscó desviar la atención del conflicto que Leda tiene con el Arzobispado. La semana pasada, Leda emitió una advertencia a la Iglesia en diálogo con Valores Religiosos: “La restricción [de imponer las manos] sólo rige para la arquidiócesis de Rosario, lo que no quiere decir que no pueda hacerlo en otros lugares”.
Acusaciones y cruces
Detrás del vínculo con la Iglesia también hay acusaciones de estafa e irregularidades financieras. El tema del dinero parece ser un tabú alrededor de todo lo que involucra a Leda. A pesar de recibir donaciones y efectivo a través de las colectas, la fundación de Bergonzi no está activa en la Inspección General de Justicia de Santa Fe, y la sanadora expuso contradicciones en diálogo con LA NACION al explicar su administración de los fondos.
Primero dijo que no recibía donaciones, luego que el dinero se iba en los gastos para organizar sus eventos. Lo mismo explicó a este medio Burlando, cuando se le consultó por una planilla a la que accedió LA NACION con la recopilación de gastos y ganancias de las ceremonias que Leda hacía. En concreto, este medio pudo ver varias planillas. En la de noviembre de 2023, en cuatro ceremonias, recaudó 2,3 millones de pesos en ofrenda según el documento. Una parte de eso iba a gastos, otra a “ofrenda al Padre Pepe”, otra a pagar el lugar, “ofrenda para Soplo (su fundación) y otras “observaciones”.
“Ella no se queda con la plata de eso. Queda en la Iglesia o en los gastos que se utilizan para hacer sonidos o tareas”, manifestó Burlando. Esa planilla mostraría también un acuerdo entre la Iglesia y Leda por los fondos recaudados. Pero la discusión por los ingresos no es clara. En declaraciones a la prensa ella había dicho que no daba plata al Arzobispado.
Leda y la Iglesia, una historia de idas y vueltas
El vínculo entre Bergonzi y la Iglesia inició el momento que ella reveló su don, allá por 2014, y recibió los carismas de la liberación y sanación. Bergonzi creó el grupo espiritual Soplo de Dios Viviente, con el que realizó pequeñas ceremonias en parroquias que fueron escalando cada vez más. Para fines de 2023, sus seguidores no solo llenaban el templo más grande de Rosario, sino que el espacio no era suficiente: la gente llegaba a hacer filas y filas alrededor de la catedral, decenas de micros se acercaban desde distintos puntos del país con personas que habían viajado semanas para verla.
Sus poderes se convirtieron en un fenómeno espiritual que encendió las alarmas de la Iglesia: ella cambió la Catedral de Rosario por la Capilla del Colegio del Sagrado Corazón con la intención de crear ceremonias más íntimas y que no se desbordaran, pero la estrategia tampoco funcionó. Luego le ofrecieron, desde la Municipalidad, el predio de la ex Rural, por una duración de cinco encuentros, debido a la disrupción que generaba en los barrios donde realizaba las ceremonias. Más tarde, eso se trasladó al Salón Metropolitano del Shopping Alto Rosario.
En el gigantesco predio de la ex Rural fue que bendijo a la familia del capitán de la selección argentina, en especial a su madre, Celia María Cuccittini y su hermano Matías Messi. En esa misma ceremonia se encontraba también el exjugador de Rosario Central Federico “Torpedo” Arias, quien forma parte de la organización desde 2023.
Durante su ascenso a la fama, Bergonzi tuvo solo dos pedidos de parte del Arzobispo: primero, que tuviera cuidado con enfocarse más en su persona que en Dios; y segundo, que brindara claridad en las cuentas, es decir, que no se deje llevar por el dinero. Según gente de la comunidad que la conoció de cerca, la sanadora no cumplió ninguna de las dos. El miedo gira en torno a ella de la misma forma que la admiración: hay un grupo de gente que trabajó con ella y ve en sus poderes algo sobrenatural y que hoy también teme por el daño que les puede causar.
La popularidad, de Mirtha a una carrera como cantante
El fanatismo sobre Leda fue una bola que no paró de crecer. En agosto de este año, llegó hasta la mesa de Mirtha Legrand. “No dormí toda la noche pensando en tu caso”, le dijo la conductora. En esa mesa, Bergonzi habló desde un lugar de humildad: “Tengo que correrme un poco del centro y poner a Cristo en el lugar que tiene que ponerlo”.
Su perfil se volvió cada vez más polémico y de gran relevancia. De repente, Bergonzi quiso llevar la religión al plano musical y convertirse en cantante de la mano del productor Alberto Castillejo. “Alberto, Dios te puso en mi camino”, le confesó agarrándolo de los hombros y mirándolo a los ojos aquel día que lo invitó a su casa en Roldán, donde vive con su esposo y cinco hijos.
Comenzaron a organizar shows, primero en Mendoza, luego en Chaco y, al final, en Corrientes. Castillejo esperaba grandes convocatorias para verla cantar, pero fueron un fracaso. Su show en el Auditorio Ángel Bustelo de la ciudad de Mendoza, con capacidad para 2000 personas, solo convocó 700. En Roque Sáenz Peña, en Chaco, solo fueron 320 en un espacio para 4300. A diferencia de sus ceremonias con la Iglesia, donde la gente brindaba alimentos perecederos como entrada y el único dinero que ingresaba era a través de colectas y donaciones, los shows implicaban la venta de entradas, y la pérdida monetaria, según el organizador, ya era gigantesca: Castillejo aseguró que le pagaba 2 millones de pesos por show -sumado a los gastos de alojamiento, pasajes de avión y el equipo que la acompañaba- sin importar la pérdida monetaria que significara. Dicho monto llegaba en efectivo, como todo lo que se ponía en las manos de Leda, dijo. Aclaró, también, que le pagaba en la mano porque “Leda tenía problemas con la AFIP”.
Personas que trabajaron cerca de ella contaron a LA NACION que Bergonzi recibía dinero a través de distintos canales. Las colectas y donaciones por un lado, benefactores recurrentes que aportaban grandes montos en millones de pesos en efectivo, por el otro, y por la venta de productos a través de un buffet que armaban en cada una de las ceremonias. También con los aportes de fieles que venían en micro desde larga distancia.
Las mismas fuentes aseguraron que a la fundación que creó para dar transparencia, Soplo de Dios Viviente, no habría ingresado ni un peso. Según figura en la Inspección General de Personas Jurídicas de Santa Fe, Bergonzi inició el trámite para la creación de la fundación, donde también designó a una secretaria, su compañera Andrea Cettou, y un tesorero, Jorge Leguizamón. Aún así, ese trámite nunca se finalizó.
Hay varias historias “oscuras” alrededor de Leda, algunas hasta parecen leyendas, pero ella las desmiente. Algunos testigos y personas que trabajaron cerca de ella dijeron por ejemplo a LA NACION que, al finalizar los encuentros, Bergonzi se retiraba con enormes bolsas de consorcio y cajas con dinero, que más tarde cargaban hasta la casa de la sanadora, donde se contaba la cantidad ganada. Las personas que la conocen de cerca afirman que ella hacía altos gastos en ropa, que remodeló su casa en Roldán y adquirió tres autos a su nombre y otro a nombre de su marido. La última adquisición de Leda fue una SUV Nissan Kicks 1.6 Exclusive CVT. Los otros dos son un Peugeot 408 Sport 1.6 y un Volkswagen Trend Pack.
La versión de Leda Bergonzi
En diálogo con LA NACION, Bergonzi reconoció que la fundación Soplo de Dios Viviente fue creada, pero que el trámite nunca se finalizó “por falta de tiempo”. Dijo que se frenó en medio del “revuelo y desconfianza de las personas”. La sanadora sostuvo que los encuentros se financiaban con el dinero de su bolsillo y de quienes la acompañaban en la comunidad. Aseguró, también, que el buffet que armaba en sus encuentros solo le generaba “gastos”. Bergonzi se dedica hoy enteramente a las ceremonias y a sus shows musicales. Dice no contar con ningún otro ingreso.
Este alto perfil, enfocado en un supuesto beneficio económico, y las presuntas irregularidades es lo que la Iglesia rosarina usó como argumento para romper relaciones, según pudo reconstruir este medio. En el Arzobispado vieron con recelo que ella pusiera su imagen por encima de la de la Iglesia. Los carteles de sus shows la mostraban a Leda, enorme, con sus manos en gesto de imposición y sanación, aunque solo fuera a cantar. Pero ningún representante del Arzobispado quiso dar su testimonio para esta nota.
Mientras tanto, la relación de Castillejo con ella comenzó a resquebrajarse hasta el punto de romperse a pedazos. Fue tras el show en Corrientes, también con baja convocatoria, que Castillejo sostuvo en agosto que la sanadora lo había estafado y que, junto a su secretaria, Nancy, habían viajado a Buenos Aires a organizar shows a sus espaldas. Dos días después, la Municipalidad de Rosario declaró el fin de los encuentros multitudinarios en la ex Rural bajo el argumento de que solo habían firmado por cinco encuentros y que, acercándose la temporada alta, el lugar ya no tenía disponibilidad.
Un mes después, la relación de Bergonzi y la Iglesia se rompió. El 12 de septiembre el Arzobispado de Rosario le quitó el acompañamiento de la Iglesia en un comunicado. Allí, advirtieron que hay “significativos elementos que necesitan ser purificados para que resplandezca la obra de Dios”. Hasta que se realice dicha purificación, suspendieron cualquier actividad pastoral realizada en nombre de la Iglesia Católica por parte del grupo Soplo de Dios Viviente. “Es de exclusiva responsabilidad de la Sra. Leda Bergonzi y del grupo Soplo de Dios Viviente las actividades y los espectáculos artísticos que ofrecen en distintos lugares, conjuntamente con sus organizadores, aun cuando con ocasión de ellos se anuncie que se realizará imposición de manos, gesto que la Iglesia siempre reservó a los sacerdotes para la comunicación del Espíritu Santo”, escribieron.
Ese mismo día, horas más tarde, Bergonzi suspendió un encuentro programado para el 15 de octubre en Rosario por ser de carácter religioso, bajo el Arzobispado. Unos días después, anunció que participaría en una función del Circo Rodas en la ciudad de Rafaela. Finalmente, comunicó una gira de shows de tres meses. Desde septiembre hasta noviembre recorrería distintas ciudades del país para cantar y realizar la imposición de manos, con costos de hasta $22.000.
Bergonzi fue crítica en sus últimas declaraciones a Valores Religiosos sobre la decisión de la Iglesia de desvincularla. Cuestionó que la imposición de manos solo se reserve a los apóstoles. “En Hechos de los Apóstoles dicen que ellos se imponían las manos unos a otros. No dicen que las imponían los sacerdotes. Según el Evangelio, cualquiera puede imponer las manos. ¿Cuál es la diferencia? Que yo tengo un carisma de sanación. ¿Qué culpa tengo? ¿Tiene que ver que soy mujer?”, reclamó. Además lanzó una advertencia: “Si obispos de otras diócesis me invitan, puedo ir e imponer las manos”.
Pese a exponer en público sus diferencias, Bergonzi niega que haya rispideces con la Iglesia y asegura que el distanciamiento se dio solo por “una purificación de carismas”. También sostiene que, junto con un grupo de sacerdotes que la acompaña, están en charlas para retomar la relación.
El vínculo con sus fieles también parece haberse roto. En la comunidad circuló recientemente una carta abierta escrita por ex miembros de Soplo de Dios Viviente a la que accedió LA NACION. Son laicos, católicos y cristianos evangelistas que denuncian que Bergonzi los engañó y se enriqueció personalmente a través de colectas y donaciones en eventos religiosos “sin transparencia”.
Fuera de esto, un grupo de entre 30 y 50 personas se reúne todas las semanas en Rosario en una nueva comunidad que conformaron bajo un objetivo común: hablar sobre la “traición” que sintieron de parte de Bergonzi. Las reuniones ocurren en la parroquia María Auxiliadora del sacerdote Alejandro Gómez, que funcionó como veedor e inspector de parte del Arzobispado sobre Bergonzi y su fundación. Se autodenominan los “heridos por Leda”.