Bukele con Milei en la Argentina: un viaje entre el hermetismo y una amistad marcada por las coincidencias

Nayib Bukele y Javier Milei, en el balcón de la Casa Rosada
Nayib Bukele y Javier Milei, en el balcón de la Casa Rosada - Créditos: @LUIS ROBAYO

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llegó a la Argentina dos días después de cruzarse con Javier Milei en Nueva York, en la Asamblea General de la ONU, donde el presidente argentino le pidió cambiar sus turnos como oradores para evitar cruzarse con el presidente iraní.

Allí, desde uno de los estrados más famosos del mundo, los dos presidentes lanzaron críticas al organismo multilateral el martes pasado. La sintonía de sus agendas también quedó demostrada con las reuniones que ambos tuvieron –por separado- con el magnate Elon Musk, con quien intercambiaron elogios y hablaron sobre inteligencia artificial, un tema que ambos priorizan.

Bukele dejó El Salvador para ver a Musk en Austin el 20 de septiembre y desde entonces, poco se sabe de sus actividades. Los periodistas en El Salvador se preguntan –sin obtener respuestas- qué hizo en Estados Unidos entre aquella reunión y su discurso en la ONU, cuatro días después.

Del mismo modo, se supo que el mandatario centroamericano –admirado por los dirigentes de derecha de la región por su eficaz y cuestionada “guerra contra las pandillas”- llegó a la Argentina el jueves pasado. Pero no hubo foto de esa llegada, como suele indicar el protocolo de un viaje oficial. Tampoco se conoció qué hizo los primeros cuatro días, en los que fue visto en un lujoso hotel de Recoleta, debido a que mantenía una agenda “privada” en la que alguna vez llamó la “ciudad más bonita del mundo”.

El hermetismo que rodea al mandatario centroamericano no es una novedad para los medios de El Salvador, donde el acceso a la información oficial fue desapareciendo a medida que el poder de Bukele se expandía. El presidente obtuvo un segundo mandato –a pesar de que la Constitución prohíbe la reelección consecutiva- con un arrasador triunfo en febrero pasado, cuando también consiguió una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (el Parlamento), mientras que la semana pasada logró completar una Corte Suprema con jueces afines al Ejecutivo.

La reunión entre Musk y Bukele, en Austin
La reunión entre Musk y Bukele, en Austin

Sergio Arauz, presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) y subjefe de redacción del sitio de noticias El Faro, dice a LA NACION que la información sobre el viaje de Bukele a la Argentina llegó a los medios salvadoreños por las redes sociales y las noticias desde la Argentina.

En ese sentido, menciona que el acceso a la información pública es “casi nulo” en el país, con la cooptación por parte del “bukelismo” del instituto que velaba por ese derecho, y las dificultades para acceder a fuentes oficiales. Los voceros del gobierno en general no responden a los periodistas “que incomodan” cuando les realizan preguntas; incluso a veces los descalifican o los bloquean en las redes sociales. El argumento más común que usa el gobierno a la hora de limitar la información es el de seguridad nacional.

Al inicio de las actividades oficiales en la Plaza San Martín, en un evento que fue transmitido por cadena nacional en El Salvador, Bukele habló sobre su vínculo con Milei: “Somos grandes amigos, estoy seguro de que vamos a lograr cosas muy buenas”, dijo. En total, se firmaron siete convenios, que abarcan temas desde la economía hasta la cultura y que se suman al acuerdo alcanzado en junio sobre seguridad, según dijeron en una conferencia de prensa la canciller salvadoreña, Alexandra Hill, y el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro. Bukele no tenía prevista ninguna cita oficial con la prensa durante su paso por Buenos Aires.

La sintonía entre Bukele y Milei también se ve reflejada en su relación con los medios. Mientras en El Salvador los periodistas denuncian restricciones en el acceso a la información pública, el presidente libertario estableció límites a ese derecho a través de un decreto. Además, ambos mandatarios y sus funcionarios han hostigado y acusado a periodistas y medios públicamente, tal como alertó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). En esa línea, con motivo de la reunión bilateral, la directora para las Américas de Amnistía Internacional llamó a que “se revierta el deterioro de la libertad de expresión y la tendencia al cierre del espacio cívico en Argentina y El Salvador”.

La situación de la prensa se ha degradado en El Salvador. Ha habido persecución, hay evidencias de espionaje y seguimiento a periodistas, acoso sistemático a cualquier voz incómoda y en este momento lo que reina es un temor generalizado, en las organizaciones de derechos humanos, la prensa y en la sociedad en general”, dice Arauz.

Según una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) publicada en junio, el 85,3% de los salvadoreños “identifica algún nivel de probabilidad de que una persona o institución pueda sufrir consecuencias negativas por expresarse de forma crítica sobre el gobierno y el presidente”, seis puntos más que hace un año, mientras que seis de cada diez personas dijeron tener más cuidado al compartir su opinión política. En ese sentido, Arauz señala que el principal temor reside en las detenciones arbitrarias y la falta del debido proceso en el marco del régimen de excepción que rige desde marzo de 2022, que si bien fue clave para la reducción de la violencia, también provoca denuncias de violaciones a los derechos humanos.

Viajes hasta 2027

La falta de información sobre este y otros viajes de Bukele también se extiende a nivel político. En El Salvador, la Constitución prohíbe al presidente salir del país sin licencia de la Asamblea Nacional, y en 2016, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema determinó que el mandatario de turno debía ir al Parlamento a explicar los motivos y las precisiones de cada viaje. Sin embargo, eso no sucede en la práctica y, de hecho, cada vez se sabe menos.

Javier y Karina Milei, en la asunción de Nayib Bukele
Javier y Karina Milei, en la asunción de Nayib Bukele

Hasta ahora, Bukele pedía permiso para sus viajes una vez por año, pero en julio, el nuevo Parlamento lo autorizó a realizar una serie de viajes –sin precisiones de fechas ni objetivos- hasta abril de 2027, una situación inédita. Entre los destinos estaban la Argentina, Paraguay y Costa Rica, cuyos tres mandatarios (Milei, Santiago Peña y Rodrigo Chaves, respectivamente) viajaron a su asunción el 1° de junio pasado.

La politóloga salvadoreña Karen Estrada, doctorante en Investigación en Ciencias Sociales por Flacso México, señala que Bukele “tiene el aval automático de la Asamblea Legislativa, donde tiene al menos de 56 de los 60 diputados, para la aprobación de todas sus peticiones, incluyendo los viajes”.

“Eso hace que se cuente cada vez con menos transparencia de las instituciones gubernamentales respecto de la labor y los gastos de la presidencia. No sabemos cuánto nos está costando el viaje, cómo se trasladó, cuánto cuesta el hospedaje, o los gastos de los días en los que no tuvo una agenda oficial. Incluso nos preguntamos cuál es el objetivo oficial de la visita”, dice a LA NACION. “Esto ha venido haciéndose desde el principio del gobierno de Bukele, pero cada vez con más restricciones para la información para la ciudadanía en general”, agrega, y menciona que si bien hay algunos cuestionamientos sobre el tema, especialmente en el ámbito de la sociedad civil y el periodismo de investigación, desde el gobierno “se tienden a minimizar, criminalizar o estigmatizar”.

Traspiés

La semana pasada, mientras Milei y Bukele coincidían en Nueva York, en la Argentina, Diario Popular publicó anuncios del gobierno de El Salvador en su edición impresa y en sus redes sociales que convocaban a médicos y profesionales de la construcción extranjeros a trabajar para el sector público salvadoreño. “¡Únete a la transformación y desarrollo del nuevo El Salvador!”, decía el anuncio, que también fue publicado en un medio colombiano.

El Colegio Médico de El Salvador (Colmedes) cuestionó la convocatoria y consideró que las autoridades de salud deberían priorizar e incentivar al talento local con mejores salarios, después de que el ministerio del área reconociera una “baja oferta” de especialistas en los hospitales públicos. Fue la última mala noticia para el gobierno de Bukele tras una serie de investigaciones periodísticas que podrían afectar a quien el año pasado fue coronado como el presidente más popular de América Latina.

Las más impactantes fueron la revelación de la compra de 34 propiedades y fincas de café y de caña de azúcar por más de 9 millones de dólares por parte de la familia Bukele durante su primer mandato y la filtración de audios de su exfuncionario y amigo Alejandro Muyshondt –quien murió mientras estaba preso- que expusieron una trama de espionaje y corrupción dentro del gobierno. En el ámbito de los viajes, el reporte de la adquisición de un helicóptero de 5 millones de dólares para el transporte presidencial y los vuelos privados para viajar al exterior también fueron cuestionados por algunos medios –aunque todavía no a nivel general- en un país donde casi un tercio de la población es pobre. El gobierno no respondió sobre estos temas.

El investigador Oscar Picardo, director del Instituto de Ciencias de la Universidad Francisco Gavidia, dice a LA NACION que estos escándalos podrían impactar en la aprobación de Bukele, y menciona que en las redes sociales ya se perciben críticas entre los salvadoreños que viven en el exterior, que representan alrededor de un cuarto de la población, y eran hasta ahora “incondicionales” al mandatario.

Es que Bukele creció rápidamente en la política salvadoreña con su eslogan “el dinero alcanza cuando nadie se lo roba”, por lo que las revelaciones sobre actos de corrupción en su gobierno derriban su mensaje central. Algo similar a lo que le sucedió a Milei con sus últimos actos, que le valieron comparaciones con la “casta” que él afirmó que iba a eliminar.