Bayrou, en busca de pesos pesados que den solidez a su Gobierno
(Actualiza con la convocatoria de una reunión de partidos para este jueves)
París, 18 dic (EFE).- El primer ministro francés, François Bayrou, prosiguió este miércoles los contactos para conformar su nuevo Ejecutivo, en el que según varios medios quiere incluir a pesos pesados de diferentes ámbitos para darle solidez, ante la ausencia de garantías parlamentarias de continuidad.
El jefe del Ejecutivo francés mantuvo este miércoles un nuevo encuentro en el Elíseo con el presidente, Emmanuel Macron, el tercero en poco más de 24 horas, y convocó para mañana jueves a todos los líderes parlamentarios salvo a la extrema derecha de Marine Le Pen y a la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
"Antes de proponer al presidente una composición del Gobierno quiero reunirme con ustedes para hacer aclaraciones y escucharles sobre el rumbo que debemos seguir", indicó Bayrou en una carta enviada a los presidentes de los diferentes grupos parlamentarios.
Ese encuentro se interpreta como la entrada en la recta final para el nombramiento del nuevo Ejecutivo, que el primer ministro prometió tener listo antes de que acabe la semana, aunque no hay ninguna garantía de que lo vaya a hacer, porque la agenda del presidente incluye hasta el domingo desplazamientos fuera de París.
La reunión de este jueves, a la que también asistirán los presidentes de las dos cámaras legislativas, es un formato inédito en Francia y parece buscar compromisos de los partidos para poder tener cierta solidez parlamentaria.
Hasta ahora, Bayrou había recibido a los partidos por separado, todos menos LFI y ha sido muy prudente a la hora de llegar con ellos a compromisos. Todos salieron del palacio de Matignon, sede de la jefatura del Gobierno, con buenas palabras, pero todos advirtieron que su apoyo al Ejecutivo dependerá del respeto de sus condiciones.
El encuentro de este jueves puede aclarar la posición de cada uno en un "momento de excepción", según Bayrou, que asegura que a la crisis presupuestaria que vive el país se suma ahora el drama de Mayotte, al que define como "la mayor crisis que ha sufrido Francia en su historia desde hace siglos".
El primer ministro tratará de superar las incompatibilidades que presentan los diferentes partidos, desde comunistas y ecologistas hasta la derecha moderada, pasando por los socialistas, cuyo apoyo parece clave en esta nueva etapa, y el bloque 'macronista'.
Para poder conciliar todas esas sensibilidades, Bayrou quiere contar con un Ejecutivo de talla reducida pero con nombres de peso que hagan menos popular el voto de una moción de censura que le aboque a la misma suerte que corrió su antecesor, el conservador Michel Barnier.
Entre los nombres que se han filtrado en las últimas horas está el del actual gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, bien visto por los medios conservadores y que fue jefe de gabinete del exministro socialista de Economía Dominique Strauss-Kahn entre 1997 y 2000.
El actual presidente del Tribunal de Cuentas, el exsocialista Pierre Moscovici, ministro de Hacienda con François Hollande, es otra de las figuras de la izquierda que pueden integrar el nuevo Ejecutivo, al igual que el alcalde de Saint-Ouen, Karim Bouamrane, reputado por sus políticas de inclusión en este municipio aledaño de la capital y con un alto porcentaje de población de origen inmigrante.
François Rebsamen, que también fue ministro con Hollande pero que se ha distanciado del Partido Socialista, es otro de los pesos pesados que puede ingresar en el Gobierno.
Con esos nombres, Bayrou aspira a evitar que los socialistas voten una moción de censura, pese a que su actual líder, Olivier Faure, ha asegurado que lo hará si mantiene las políticas macronistas.
El primer ministro también tendrá que hacer guiños a la derecha moderada, cuyos votos parlamentarios le son también necesarios.
El excomisario europeo Thierry Breton, que fue ministro de Economía con Jacques Chirac, es uno de los nombres que han salido a la luz, al igual que el actual presidente de la región Norte, Xavier Bertrand, que lo fue con Nicolas Sarkozy.
Además, los conservadores están presionando para mantener en el Ministerio del Interior a Bruno Retailleau, muy implicado en la crisis de Mayotte y miembro del ala más conservadora de su partido, cercano incluso a la extrema derecha en cuestiones migratorias.
Finalmente, Bayrou tendrá que pescar también en aguas del macronismo, donde aspira a convencer al ex ministro del Interior Gérald Darmanin, que goza también de la aprobación de la derecha, su partido de origen, y que puede ser el nuevo jefe de la diplomacia.
Otra de las figuras que suena es la de la exprimera ministra Elisabeth Borne, otra antigua socialista.
(c) Agencia EFE