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Por qué Argentina es el país más polarizado del mundo y con diferencia

La agencia Edelman ha publicado un barómetro en el que analiza la ansiedad económica, los desequilibrios institucionales, la división social y la batalla por la verdad en 28 países. Los resultados han servido para determinar el grado de polarización que se vive en las distintas sociedades. Y Argentina no ha salido bien parada.

Según el análisis, hay seis países con un grado severo de polarización. Son Colombia, Sudáfrica, España, Estados Unidos, Suecia y, por encima de todos ellos, aparece Argentina. Eso significa que a nivel interno hay una gran incapacidad en la sociedad, incluyendo instituciones, individuos y organizaciones, para encontrar posiciones comunes y lograr acuerdos.

La polarización está muy presente en la sociedad de Argentina. (Photo by Gustavo Garello/Getty Images)
La polarización está muy presente en la sociedad de Argentina. (Photo by Gustavo Garello/Getty Images)

Estos son algunos de los motivos que ayudan a entender por qué esta nación sudamericana lidera con tanta holgura una clasificación en la que seguramente preferiría no aparecer.

La división ya forma parte de la sociedad

Tal y como se muestra en la infografía, Argentina es el país de todos los analizados en el que un porcentaje mayor de la población tiene el convencimiento de que hay una profunda división. Se puede decir que es prácticamente en lo único en lo que todo el mundo está de acuerdo, pero no hay intentos importantes por cambiar esta situación.

No se va a cambiar la polarización

Una cosa es que una sociedad sea consciente de sus propias divisiones, lo cual puede llegar a ser positivo, ya que se pueden buscar las herramientas para hacerlo diferente, y otra es que esa sociedad tenga confianza en que se produzca otro escenario.

Eso es exactamente lo que ocurre en Argentina. La encuesta muestra que los argentinos creen de forma mayoritaria que esas diferencias no pueden ser superadas. Un pensamiento que, lógicamente, hace que ningún sector camine hacia el consenso y todos se mantengan en sus trincheras ideológicas.

El ellos y el nosotros en la política

Sin duda, uno de los motivos principales de crispación es la situación política, que en las dos últimas décadas no ha dejado de empeorar. El enfrentamiento entre kirchneristas y antikirchneristas ha ido en espiral ascendente y en 2022 alcanzó unas cotas no vistas antes en 40 años de democracia, con el intento de asesinato a Cristina Fernández.

Las diferencias entre unos y otros parecen irreconciliables, con la expresidenta considerándose víctima de una persecución judicial orquestada por la derecha y con la oposición denunciando prácticas corruptas. Este clima irrespirable se ha trasladado a las calles, con partidarios de ambos bandos mostrando sus diferencias. Así, los acuerdos y el diálogo parecen difíciles.

Un cartel contra Cristina Fernández. (REUTERS/Agustin Marcarian)
Un cartel contra Cristina Fernández. (REUTERS/Agustin Marcarian)

Una economía en crisis permanente

Lógicamente, este clima de crispación en el que cada Gobierno se dedica a deshacer lo del anterior hace que no haya ningún tipo de estrategia a largo plazo y la economía se ve muy afectada. De esta manera, los desequilibrios no han hecho más que crecer en los últimos años.

Los datos reflejan que la pobreza afecta a cerca del 40% de los argentinos. Entre julio de 2021 y julio de 2022 el peso se devaluó un 39% respecto al dólar, lo que produjo una significativa pérdida del poder adquisitivo. Además, no se puede olvidar la altísima inflación. Factores todos ellos que no ayudan a acabar con la polarización, más bien el contrario.

Sin confianza en Gobierno o empresas

La polarización social también lleva a la politización de las empresas, lo que dificulta su crecimiento y las alinea en una trinchera u otra. Solo el 33% de los argentinos creen que este sector puede evitar la polarización a la hora de abordar conflictos sociales.

Apenas el 20% confía en el Gobierno, el valor más bajo de todos los países estudiados. En el caso de las compañías, la confianza se sitúa en el 52%. Son ejemplos de que en Argentina prima la desconfianza hacia las instituciones. Para acabar con la polarización, este sería un buen punto de partida.

La polarización lleva a más polarización

La última conclusión es que la polarización llama a más polarización. El 64% cree que la población está más dividida que en el pasado. Una grieta que sigue creciendo y para la que no se avistan soluciones en el horizonte.

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