Un mundo en crisis: qué podemos esperar en 2023

El 2022 ya ha doblado la última página del calendario. Un año que ha estado marcado por la guerra de Ucrania y sus consecuencias a nivel global, con un alza importante en los precios de los alimentos y la energía, pero también con la superación del coronavirus.

Y es que si el 2020 se caracterizó por las restricciones y el 2021 por la llegada de las vacunas, este año recién concluido ha supuesto en la mayoría de rincones del planeta una progresiva recuperación de la vida anterior a la pandemia.

Ahora llega 2023, lleno de incertidumbre y con numerosos retos en el horizonte. Estos van a ser algunos de los acontecimientos que pueden marcar los próximos 12 meses a nivel global.

Una guerra en Ucrania sin final en el horizonte

Al igual que en 2022, el conflicto bélico entre rusos y ucranianos va a marcar de una manera importante la actualidad internacional. Es imposible saber cuándo y cómo terminará una guerra que este próximo mes de febrero cumplirá un año. Y desgraciadamente, no hay muchos motivos para el optimismo.

Ambos contendientes luchan por lograr sus objetivos, sin conseguir avances significativos. La única salida posible a día de hoy parece la negociación y la diplomacia, pero las dos partes se mantienen enrocadas en sus posiciones, por lo que previsiblemente el conflicto continuará y podría alargarse mucho en el tiempo.

El reto de la inflación y una economía volátil

Aunque aún es pronto para saber qué deparará la economía en 2023, los expertos sí que coinciden en que se avecinan nubarrones. A nivel global se espera una desaceleración, que se una a la inflación altísima (que en el caso de países como Argentina o Venezuela es crónica), tasas de interés elevadas para controlarla y una menor liquidez.

Estas circunstancias han hecho que los organismos internacionales vayan con pies de plomo y hayan rebajado las previsiones de crecimiento para el 2023. Para América Latina, por ejemplo, el Banco Mundial habla ahora de un 1,6% cuando antes era de un 2,2%.

Se espera además que Europa entre en recesión en 2023 y tendrá que batallar con los altos precios energéticos y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares. En este sentido, hasta el momento el invierno en el continente está teniendo temperaturas más suaves y está ayudando a lidiar con esta crisis.

¿Un año de oportunidades para América Latina?

Pese a las turbulencias políticas y económicas en el mundo, 2023 puede ser un año positivo para la región latinoamericana. Tal y como señala un informe de la organización británica Canning House, el contexto actual es perfecto para recuperar la influencia y el poder económico perdidos en las últimas décadas.

Señalan que la transición energética y los valores compartidos pueden llevar a una mayor implicación de Estados Unidos y Europa en esta región en la que China ya ocupa un lugar muy importante. Y es que los estadounidenses cada vez apuestan más por crear cadenas de suministro más cercanas, debido a los altos precios de transporte desde Asia y a la inestabilidad geopolítica. Y de esta relocalización se pueden beneficiar especialmente México, Centroamérica e incluso Sudamérica.

El clima y el intento de dejar de ser el gran olvidado

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27), celebrada en Egipto, fue muy decepcionante por los escasos logros que se produjeron. Los participantes mostraron una vez más su incapacidad para lograr acuerdos sustanciales en temas centrales como la limitación de los combustibles fósiles.

Habrá que esperar hasta el mes de noviembre para la próxima cumbre, que se celebrará en Emiratos Árabes Unidos, una nación que está intentando jugar un papel importante en la lucha contra el calentamiento global. Una nueva oportunidad para que los países se impliquen de una vez por todas en la crisis climática y logren acuerdos sustanciales.

China y el fin de la política de covid cero

El gigante asiático ha relajado las restricciones relativas al coronavirus en mitad de una intensa ola de contagios, acabando de esta manera con su política de covid cero, la estrategia que ha seguido para controlar la pandemia estos últimos años. Así, aunque más tarde que el resto, parece que China busca recuperar la normalidad prepandemia, con la vuelta del turismo y el fin de las cuarentenas.

Y también se espera que se produzca una progresiva reactivación de su economía, aunque el elevado número de casos puede influir negativamente. De hecho, el Banco Mundial ya ha señalado que para 2023 los tres grandes motores de crecimiento económico (China, Estados Unidos y Europa) sufran una desaceleración. Se puede dar la circunstancia incluso de que China crezca igual o menos que el crecimiento mundial, algo que ocurriría por primera vez en 40 años. Por tanto, habrá que seguir muy de cerca qué ocurre con el gigante asiático y su relación con Estados Unidos.

Unos Gobiernos latinoamericanos más unidos

Las cinco principales economías latinoamericanas estarán gobernadas por primera vez por la izquierda. Es el caso de Brasil (Lula), Colombia (Petro), México (López Obrador), Argentina (Fernández) y Chile (Boric). Previsiblemente, esta circunstancia llevará a una mayor colaboración entre los distintos Gobiernos y abre la puerta a que la región tenga una voz conjunta en cuanto a objetivos y desafíos comunes, lo que puede llevar a una mayor influencia global.

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