"Ya no ayudaré a nadie, que lo haga el gobierno": la venganza de los dolidos por la victoria de Sheinbaum

Imagen que circula en redes sociales tras la victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales en México
Imagen que circula en redes sociales tras la victoria de Claudia Sheinbaum en las elecciones presidenciales en México

Sofía Yunes, excandidata a una diputación local en Veracruz y que participó en el último proceso con el PRI,PAN y PRD, compartió en sus redes sociales unos mensajes que le costaron miles de críticas. Se trató de una imagen viral que corrió por Internet en las horas posteriores a las elecciones del domingo pasado. Yunes replicó la imagen en sus historias de Instagram. Básicamente ahí se decía que ya no daría dinero a los "viene, viene" ni a los limpia parabrisas. Tampoco ayudaría en casos como desastres naturales. Y hasta fue enfática.

Añadió su propio texto encima del que compartió y dijo que ya no iba a apoyar con medicinas, pues la gente tendría que buscar ese respaldo, así como en los citados desastres naturales, en el gobierno de Morena. Como era de esperar, la avalancha de críticas llegó de inmediato y Yunes no se lo tomó de la mejor manera ni con indiferencia tampoco (que habría sido hasta más sensato), pues respondió de manera hostil a quienes le cuestionaron por esa actitud: “no mames ni sabes hablar”, dijo en algún comentario.

Todo fue a peor para Yunes, sobrina del exgobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares. La lección no parece aprendida por la oposición (porque Sofía Yunes lo es, aunque apenas se haya sumado al bloque en abril, luego de renunciar a Movimiento Ciudadano al considerarlos aliados indirectos de Morena). Desde que se conocieron los resultados del conteo rápido, el discurso ya estaba perfectamente armado: este país perdió porque, según su visión, se dejaron vender por una beca. Así es como cierran su propia visión de México, sin querer entender el origen ni la profundidad de los problemas, y asumiéndose como salvadores que tienen todo para ganar... menos los votos.

Esto a algunos les podría parece un simple juego de redes sociales. Pero no es así: la imagen compartida venía acompañada de un mensaje potente. Era la clara expresión de que, si no ganan, si la gente no les da el voto, ellos simplemente se van a desentender de las personas. Así exhiben su doble cara de la peor forma y, lo más incongruente del caso, es que no parece darles vergüenza. Todavía le dio tiempo de seguirse haciendo la víctima en esta situación. Ya volverán todos los políticos que han asumido una postura de este tipo: en menos de lo que canta un gallo estarán pidiendo de nuevo el voto a las personas que hoy desprecian.

Es una muestra de la actitud que tanto se le ha criticado a personajes de la oposición a nivel mediático y también a sus simpatizantes, que han convertido el clasismo en su modo de respuesta ante la elección perdida el domingo pasado, en vez de comenzar un proceso de reflexión que les dé luz sobre por qué se encuentran en este momento histórico tan preocupante para ellos, una crisis sin fin que los pone como una oposición cuya principal misión es sobrevivir.

Hasta eso, la mera supervivencia, está en riesgo con esta postura que han tomado: culpar a las personas de su fracaso político en vez de asumir una actitud madura y de responsabilidad que les abra un nuevo panorama ya no electoral, sino de ideas: saber en qué sustentar su proyecto futuro y que tenga las bases necesarias para no derrumbarse a corto plazo. De eso peca el bloque opositor hoy más que nunca, por más que existan las voces críticas que desde el interior busquen una nueva alternativa: entender que en algo han fallado.