De villano a héroe, pelotero de los Marlins vive un carrusel de emociones y Miami barre a los Rockies

Tan triste se vela Jesús Sánchez que Skip Schumaker no vaciló en darle un poco de ánimo. El dominicano había sido castigado por no haber jugado a la altura de lo esperado en un juego contra los Nacionales y la angustia se reflejaba en su rostro.

“Le dije que lo quería y que no es que no lo iba a poner nunca más’‘, reveló el manager de los Marlins. “Me siento feliz de que haya respondido así, lo cual dice que ya pasó la página y ha crecido con lo que le pasó. Es muy bueno que haya sido él’‘.

De villano a héroe, así fue la transición de Sánchez, quien pegó el jueves en la tarde el sencillo que dejó tendido 5-4 a los Rockies en 10 entradas delante de 7,540 en un loanDepot park que vivió la primera barrida y racha de tres victorias en fila de los Marlins.

Con el zurdo Jalen Beeks en el montículo, Sánchez pegó un metrallazo por la banda izquierda que remolcó la carrera de la victoria y propulsó al fracaso a Colorado, que prefirió encerrarse en el clubhouse tras el resultado y efectuar una reunión de peloteros para discutir el pésimo momento que están atravesando.

Miami, por el contrario, experimenta un sentimiento distinto que quizá tuvo su momento de quiebre justo cuando Schumaker sentó a Sánchez por no estar atento a una pelota y permitir que un corredor le llegara a segunda en el partido final de una barrida ante los Nacionales.

“Skip me dio el voto bueno’‘, explicó Sánchez. “Me diijo que me había sentado, pero que sabía que al final del día yo era muy bueno, que le gustaba como yo jugaba. Este es el juego del béisbol. Un día pasan cosas malas, pero solo debe salir a divertirte y a hacer las cosas bien’‘.

El abridor de Miami, Edward Cabrera, no tuvo la mejor de sus actuaciones y si comenzó bien la temporada con dos sólidas aperturas, ahora ha dado un paso atrás o quizá uno al costado, porque en su presentación previa fue atacado por los Nacionales para llevarse la derrota y en esta ocasión no puede decirse que su faena resultó de calidad.

Ciertamente, el dominicano ponchó a nueve hombres pero regaló cuatro bases por bolas y no pudo ir más allá de cuatro episodios en los que admitió tres imparables, incluido un cuadrangular de Jacob Stallings con dos hombres en circulación en la segunda.

“Los boletos son una asignatura pendiente’‘, indicó Cabrera, quien salió a trabajar pese a no sentirse bien físicamente. “Es algo en lo que debemos seguir trabajando. Cuando yo resuelva ese problema todo será diferente’‘.

Cabrera se marchó con cuatro carreras limpias a su cuenta y al llenar las bases en la quinta entrada, reafirmando que es un producto inacabado que debe seguir trabajando muy fuerte para no padecer de los problemas de comando que han plagado su carrera.

Muchas veces se habla del potencial de Cabrera y el propio Schumaker ha comentado de que su arsenal, cuando lo domina, podría ser uno de los mejores de Grandes Ligas, pero la inconsistencia ha sido companera del dominicano en su todavía corta trayectoria profesional.

Por fortuna, se marchó con el juego empatado y luego de que sus colegas de quipo fabricaran cuatro anotaciones a Peter Lambert, un relevista que tuvo su primera asignación como abridor y que apenas completó 3.1 capítulos de cinco indiscutibles, uno de ellos cuadrangular de Josh Bell en el tercero.

Ahora, los peces marchan hacia California para enfrentar a los Atléticos de Oakland en lo que será la última visita al Coliseum y luego medirse a los poderosos Dodgers de Los Angeles.

“Creo que todo comenzó con el primer juego de esta serie’‘, agregó Cabrera. “Cuando vi que nos recuperarnos de estar debajo por cinco en la pizarra, me di cuenta de que algo distinto estaba pasando. Ahora tenemos que seguir construyendo sobre este momento’‘.