Uruguay despide a una desaparecida en la dictadura cuyos restos fueron hallados en un predio militar

Miembros del Partido Comunista de Uruguay sostienen banderas durante un homenaje a Amelia Sanjurjo, militante comunista cuyos restos fueron hallados en un predio militar en 2023, antes de su funeral en Montevideo el 6 de junio de 2024. (Eitan ABRAMOVICH)
Miembros del Partido Comunista de Uruguay sostienen banderas durante un homenaje a Amelia Sanjurjo, militante comunista cuyos restos fueron hallados en un predio militar en 2023, antes de su funeral en Montevideo el 6 de junio de 2024. (Eitan ABRAMOVICH)

Uruguay despidió el jueves a la militante comunista Amelia Sanjurjo, detenida y desaparecida durante la última dictadura (1973-1985), cuyos restos mortales fueron hallados hace exactamente un año en un predio militar aunque su identidad recién pudo confirmarse la semana pasada.

Centenares de personas desfilaron frente a su ataúd, cubierto de rosas rojas envueltas en el pabellón nacional, en el homenaje en la Universidad de la República en Montevideo convocado por la asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos.

"Hoy la tía Pocha vuelve a nosotros", dijeron sus parientes en un mensaje enviado desde el extranjero, donde residen, y que fue leído antes de que el cortejo fúnebre partiera al cementerio en el oeste de la capital, donde fue sepultada en medio de aplausos, puños en alto y banderas del Partido Comunista.

Amelia Sanjurjo Casal tenía 40 años cuando fue detenida el 2 de noviembre de 1977 en la vía pública en Montevideo. Era vendedora de libros, militaba en el barrio Colón y estaba embarazada.

Según información oficial, habría fallecido seis días después de su secuestro, golpeada al ser llevada a una sesión de tortura en "La Tablada", sede el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA).

Sus restos fueron encontrados el 6 de junio de 2023 en el Batallón 14 del Ejército, a 25 km de Montevideo. Pero su identidad se confirmó el 28 de mayo pasado por falta de material genético de parientes directos, ya que Sanjurjo no tuvo hijos y sus padres fallecieron.

"Fue un triunfo de la ciencia y del trabajo minucioso y la perseverancia de mucha gente", dijo el jueves a la AFP la antropológa Alicia Lusiardo, coordinadora del grupo dedicado a la búsqueda de detenidos desaparecidos en el país desde hace 17 años.

La cifra oficial de desaparecidos por acciones del Estado uruguayo entre 1968 y 1985, que abarca la aplicación de medidas de excepción por la violencia política y social y la posterior dictadura, es de 197 personas, la gran mayoría detenidas en Argentina por la colaboración entre los regímenes de facto.

De éstos, una treintena fueron identificados, siete de ellos en Uruguay, de los cuales Sanjurjo es la primera mujer. Además, están los de Roberto Gomensoro (aparecidos en 1973 e identificados en 2002), Ubagésner Chaves y Fernando Miranda (2005), Julio Castro (2011), Ricardo Blanco (2012) y Eduardo Bleier (2019).

El fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, dijo que solicitará la reapertura de la causa judicial sobre el caso de Sanjurjo, actualmente archivada, "para investigar quiénes fueron los responsables directos de su asesinato así como su desaparición forzada".

"Es necesario que el país los busque y que los responsables hablen. Porque el pueblo necesita, los familiares necesitan dónde dejar una florcita", dijo a la AFP Raquel Gadea, una trabajadora de la construcción de 56 años, al dar su último adiós a Sanjurjo "y llorarla como corresponde".

ad/cjc