Trump ha perdido en dos estados contra Haley y son irrelevantes para las elecciones

Es solo cuestión de tiempo que se pueda confirmar oficialmente que el duelo por la Casa Blanca será una reedición del de 2020. En un lado, el demócrata, Joe Biden. En el otro, el republicano, Donald Trump. Se trata de las dos últimas personas que han ocupado el cargo de presidente de los Estados Unidos, pero solo una de ellas conseguirá la reelección. La avanzada edad de ambos (suman 160 en conjunto) pronostica que para 2028 habrá relevo generacional.

Seguidores de Trump con banderas con la cara del magnate. (Photo by Arturo Jimenez/Anadolu via Getty Images)
Seguidores de Trump con banderas con la cara del magnate. (Photo by Arturo Jimenez/Anadolu via Getty Images)

Pero antes de que llegue ese momento, hay que centrarse en este 2024. Este 5 de marzo se ha celebrado el Supermartes en el que 15 estados y un territorio celebraban primarias. Una cita clave en el calendario porque se elegían un tercio de los delegados (874 de 2.429 totales).

Y aunque en otras elecciones anteriores ha sido decisivo, en esta ocasión solo ha servido para constatar lo que ya se sabía: que Biden y Trump ya son oficiosamente los candidatos a falta de quedarse solos en la carrera (Haley ha anunciado su adiós tras el Supermartes) o alcanzar el número mágico de 1.215 para los republicanos y 1.968 para los demócratas. A ambos solo les queda una línea fina para alcanzarlo.

Dentro del paseo que ha sido para los dos, hay un pequeño lunar en forma de derrota para Trump: Vermont, que se une también al tropiezo que tuvo en el distrito de Columbia, que contiene la capital, Washington DC, unos días antes. Las dos únicas ocasiones en las que Nikki Haley ha sido capaz de imponerse al gran favorito de las primarias republicanas. Pero la relevancia de estos pequeños fracasos es muy limitada.

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En primer lugar, por la importancia que juegan los dos estados de cara a la carrera presidencial. Se trata de dos de los tres menos poblados del país (junto a Wyoming) y la suma de ambos no llega ni a los 1,5 millones de habitantes. Eso significa que tienen muy poca capacidad de decisión respecto a los que cuentan con más población en el país. En el caso de Columbia son 19 delegados, en el de Vermont son 17. Es decir, simples migajas a la hora de alcanzar los 1.215 necesarios. Por poner dos ejemplos que muestren su peso, California otorga 169 y Texas 161.

En resumidas cuentas, pese a que Trump quería ganar en todos los estados en disputa, si hubiera tenido que elegir dónde perder, seguramente Vermont y Columbia habrían ocupado las primeras posiciones en su lista de deseos. Echando cuentas, las dos victorias de Haley son irrelevantes: mientras que ella ni siquiera ha llegado a los 100 delegados, Trump ya está en las cercanías de los 1.000, es decir, diez veces más.

Trump celebra sus resultados en el Supermartes. (Photo by CHANDAN KHANNA/AFP via Getty Images)
Trump celebra sus resultados en el Supermartes. (Photo by CHANDAN KHANNA/AFP via Getty Images)

Además, hay otro factor fundamental y no es otro que estos dos estados han sido tradicionalmente demócratas, es decir, a priori, el magnate ya los da por perdidos para los comicios y no va a depender de ellos para llegar a la Casa Blanca. Tanto en 2016 como en 2020 cayó de forma estrepitosa en ambos y son de esos lugares en los que tiene que ocurrir casi un milagro para que se imponga.

De hecho, los republicanos nunca han ganado en Columbia y llevan desde 1988, cuando George Bush padre ganó a Michael Dukakis, sin vencer en Vermont. Ambos territorios forman parte del considerado como 'Muro Azul, un término usado por los analistas para agrupar a casi una veintena de estados que en las últimas tres décadas han sido bastiones demócratas.

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Perder Vermont y Columbia no sería ningún drama para Trump en las elecciones de noviembre porque solo reparten tres votos electorales cada uno. Para asegurar la presidencia son necesarios 270, por lo que su contribución es limitada. ¿Suman? Desde luego. ¿Son claves? No deberían serlo porque los números republicanos para lograr el ansiado número pasan por otros estados.

Eso sí, con la elección tan apretada que se presenta, cualquier territorio puede llegar a tener un papel muy importante. Los sondeos muestran prácticamente un empate entre los dos candidatos, por lo que un puñado de votos pueden cambiar el rumbo de la elección. Habrá que estar muy atentos a cómo van evolucionando las encuestas en los próximos meses.

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