Los trenes del metro de Barcelona ayudan a recargar los vehículos eléctricos cada vez que frenan

Los trenes del metro de Barcelona ayudan a recargar los vehículos eléctricos cada vez que frenan

El metro de Barcelona se detiene, las puertas se abren y los viajeros salen a sus quehaceres cotidianos. Pero muchos lo hacen ajenos a que, mientras lo hacen, una ráfaga de energía se envía a la calle para ayudar a recargar un vehículo eléctrico.

Barcelona ha creado un paquete de tecnologías energéticas limpias para que el transporte público sea más ecológico, al tiempo que contribuye a combatir el cambio climático y al difícil paso de Europa al mercado privado de vehículos eléctricos.

Un total de 16 estaciones del metro de Barcelona forman parte del nuevo proyecto MetroCHARGE, por el que la energía de los frenos de los trenes subterráneos se utiliza para alimentar los trenes y las propias estaciones, mientras que el resto se envía por cables a la superficie para alimentar las estaciones de recarga a través de enchufe de los vehículos privados.

Bernardo Espinoza, ingeniero de 49 años, viaja a diario en el metro. También tiene un coche híbrido y acababa de enterarse de que tenía un nuevo lugar donde enchufarlo. "Estoy gratamente sorprendido, porque tengo un coche eléctrico y siempre estoy buscando dónde enchufarlo", dijo Espinoza antes de coger el metro en un barrio obrero del sur de Barcelona. "Y si es con la energía de los frenos del metro, mejor".

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Aprovechamiento de la energía de los frenos

Los frenos regenerativos llevan décadas en los trenes y ahora también se utilizan en algunos coches. Consisten en un motor eléctrico que capta la energía utilizada en la acción de frenado que los frenos convencionales perderían en forma de calor.

Esa energía puede utilizarse inmediatamente para acelerar el vehículo o, en el caso del metro de Barcelona, enviarse por cables para suministrar electricidad a la estación o a los cargadores de coches eléctricos.

Álvaro Luna, catedrático de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Politécnica de Cataluña, afirma que el sistema es innovador en la medida en que permite redirigir la energía reciclada a usos locales específicos, en este caso alimentar los coches eléctricos aparcados en las proximidades. Esto, dice, aumenta la eficiencia.

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"Como las estaciones de recarga están instaladas cerca, la energía, en vez de volver a la red eléctrica general, va directamente a las estaciones de recarga, y eso permite al proveedor ofrecer precios potencialmente más bajos", explica Luna. "Podemos decir que la innovación es urbanística, de poder aglutinar los usos energéticos dentro de una ciudad".

Hacer un mejor uso de la energía se ha convertido en un pilar fundamental para reducir el aumento de la temperatura global. El año pasado, los países participantes en las conversaciones sobre el clima de la COP28 de la ONU y los miembros del Grupo de los 20, países industrializados y mercados emergentes acordaron duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030.

Jordi Picas, responsable de sistemas de TMB, el metro de Barcelona, dijo que la empresa pública calcula que podrá recuperar los 7,3 millones de euros gastados en MetroCHARGE, que incluyen financiación de la Unión Europea, en cuatro años gracias a la reducción de los costes energéticos.

El sistema, que también incluye paneles solares, cubre todas las necesidades energéticas de 28 de las 163 estaciones del metro, desde las luces hasta los ascensores y los sistemas de ventilación, y ahorra el 6% de la energía total que gasta el metro, según Picas. Una media de 2,3 millones de personas utilizan el metro de Barcelona un día laborable cualquiera.

Impacto del cambio climático en España

Este inteligente programa llega en un momento en que surgen dudas sobre la velocidad y el coste de la transición ecológica de la UE, mientras el bloque de los 27 pretende eliminar los motores de combustión y seguir siendo líder mundial en normas de protección del medio ambiente.

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España, como otros países mediterráneos, está sintiendo el impacto del cambio climático, según los expertos, que prevén un aumento en los próximos años de la frecuencia de sequías prolongadas y fenómenos meteorológicos extremos como las recientes y devastadoras inundaciones de Valencia.

En 2021, el Gobierno español puso en marcha un ambicioso plan de coches eléctricos respaldado por los fondos de transición pospandémica de la UE. Los incentivos públicos han conseguido fomentar la inversión privada, como el anuncio de la semana pasada del fabricante chino de baterías CATL y el fabricante de automóviles Stellantis de construir una fábrica de baterías de litio en Zaragoza. El plan también incluía ayudas a los consumidores.

Pero España no ha sido inmune a los tropiezos del sector en toda Europa, mientras la UE avanza hacia la imposición de aranceles a los vehículos eléctricos chinos para intentar ayudar a los fabricantes continentales a ponerse al día. España, con su amplia superficie para ser un país de Europa Occidental, se enfrenta al reto adicional de desplegar estaciones de recarga.

España cuenta con 37.000 puntos de recarga, por debajo del objetivo de 100.000 que el Gobierno se había fijado para 2021, según ANFAC, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones. Así que, aunque el concepto de metro de Barcelona puede ayudar a trazar un camino a los planificadores urbanos, aún queda mucho trabajo por hacer.

Ángel García se mostró de acuerdo con el espíritu de la iniciativa mientras enchufaba su taxi híbrido a un punto de recarga alimentado por el metro de Barcelona. Pero también dijo que el Gobierno debería hacer más para ayudar a los compradores a adquirir vehículos eléctricos, porque "aquí la gente no se decanta realmente por los coches eléctricos".